viernes, 30 de septiembre de 2005

HISTORIA DE MERCEDITAS, LA ETARRA

Hoy vamos a contar una bella historia, con la que en un futuro se podrá hacer una película y todo. Resulta que había una vez una chica llamada Merceditas que un día, hace ya muuuuuchos años, se quedó preñada de las ideas de una banda de gente de bien, llamada ETA. Los socios de aquella banda sólo querían hacer de su pueblecito un país independiente para así poder jugar con él a las casitas y las muñecas, entre chato y chato de vino. El problema estaba en que algunos chalados de ese pueblecito –por cuestiones genéticas, sobre todo- eran ateos y no comulgaban con la labor, así que o se los mandaba callar o se los enviaba a mejor vida, a la derecha del Padre.


Merceditas, que era muy generosa y echada palante, se ofreció como voluntaria para la ocasión. Otros muchos amigüitos de la banda ya se dedicaban a tan altas labores desde hacía años, pero entre ellos pocas mujeronas había. Y Merceditas se dijo que, ante todo, la igualdad entre el hombre y la mujer. Si ellos eran capaces de enviar al paraíso a aquellos malos vascos, ella –mujer de pelo en pecho- no iba ser menos. No era la primera, pero intentaría ser la mejor, la más eficaz y aplicada.


Y la estudiosa Merceditas se convirtió con el paso de unos años en la mujer que más atentados criminales ha cometido por orden de la banda. Matrícula de honor. Catedrática en muerte y tiro o bomba por la espalda. Pero como a todo cerdo le llega su San Martin, a todo/toda etarro/a le llega su hora de rendir cuentas ante un juez. Un mal día la poli se la merendó y la envió recluida a una casita muy fea y cochambrosa llamada cárcel.


Al cabo del tiempo, la justicia se pronunció. Y lo hizo como se suelen hacer las cosas en Hispania: exagerando cantidubi dubi dá. Por su implicación directa en 17 asesinatos cometidos desde 1977 le echaron 829 años. Se supone que unos cuantos los cumpliría en vida y el resto en el más allá, digo yo. A los jueces no los entiendo. O será que los pobrecicos están peleados con las matemáticas. Así que, para que salieran las cuentas, aquellos 829 años debieron rebajarse a 30 años, que es el límite máximo fijado por la espléndida legalidad hispánica, para gloria de chorizos, mangantes, asesinos y seres de bien vivir.


Pero, ya digo, los jueces no saben contar muy bien, y lo que eran unos exagerados 829 años se quedaron en 30 y, por arte de birlibirloque, al final han sido sólo 19 añitos. Más o menos, a un año por cada asesinato que Merceditas escribió con sangre ajena en su valiente biografía. Así que ahora ya está la audaz chicarrona del norte en la puñetera calle y más contenta, claro, que unas castañuelas. ¡Milagros de una justicia española que ni sabe matemáticas ni, en muchas ocasiones, sabe de justicia!


La heroica Merceditas (que todavía está en edad de merecer) ha redimido en la cárcel más de 10 años gracias a que ha seguido siendo tan aplicada como siempre, pero esta vez en los estudios de pedagogía y en las actividades de limpieza, aerobic, mecanografía y fútbol sala, según cuentan las crónicas periodísticas. O sea, que a lo que parece en la cárcel se lo ha pasado tan ricamente: se ha sacado una carrera que podrá desempeñar en un colegio (se supone que enseñará a los pequeñajos cómo enseñar a disparar en la nuca) y ha matado el tiempo (obsérvese lo sutil del verbo empleado) en actividades tan gratificantes como las reseñadas. Y todo ello, gratis total. Los que estamos fuera de las cárceles (¿o, en realidad, somos los que “estamos dentro”?) por aprender mecanografía o aerobic tenemos que desplazarnos y pagar. Merceditas no tenía esos problemas. A dos pasos y sin soltar un duro. Pagábamos nosotros. Así da gusto.


Ahora el Ministerio Fiscal anda intentando inventarse una triquiñuela para que la fulana siga en el trullo. Vamos, que quiere que durante unos cuantos añitos más, Merceditas se saque el doctorado de Pedagogía y la Licenciatura en aerobic, aparte de que siga dejando el retrete de la cárcel como los chorros del oro. Pero ya llega tarde. Y es que muchos de nuestros jueces, aparte de legos en matemáticas y de manga ancha, encima son unos despistados que cuando se dan cuenta han perdido hasta la cartera.

1 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.