viernes, 9 de septiembre de 2005

CON SEGURO A TODO RIESGO

Este verano hubo un incendio muy gordo allá por Castilla-La Mancha, en el que murieron once integrantes de un retén forestal, en el que miles de vecinos las pasaron canutas y donde más de 12.000 hectáreas se fueron a tomar por saco. Tras la tormenta politiquera y no politiquera que se armó con el dichoso incendio, la consejera de Medio Ambiente (en realidad, Cero Ambiente) presentó la dimisión con cara muy compungida, seguramente obligada a punta de pistola por algún superior.


-O te ceso, Charito, o me capan. La cosa está clara –vino a decir, en plan ultimátum, el presidente manchego a su consejera. Ya se sabe que el culo de un presidente autonómico vale muchos más euros que el de una subalterna que encima se dedica a esa tontería del Ambiente.


Dicho y hecho. La chica, o señora, salió por las teleles con el careto de no haber roto un plato en su vida (ni haber apagado un incendio) y dijo para la posteridad que ella no valía para esa tontería de aferrarse al cargo con uñas y dientes, como habían hecho otros dirigentes del partido de la oposición (curiosamente, no citó a otros mandones de su propio partido, empezando por su presidente). Así que “como todos no estamos en política por las mismas motivaciones”, dijo que se largaba y se acabó.


La señora, o chica, psocialista ella, quiso quedar –como es marca de la casa- por encima del bien y del mal. Así que el Puñetas, que se conoce el paño como la palma de su mano, se dijo entre dientes viendo a Charo:


-A esta ya le han buscado acomodo en otro chiringuito. Lo único que queda por saber es cuanto tiempo será capaz de aguantar sin chupar de la teta del carguete público-político.


Ya sabemos el tiempo que ha transcurrido entre la dimisión de Rosario Arévalo y su nuevo empleo pesebril: mes y medio. Y como esta gente que se dedica a la política, además del seguro a todo riesgo (que cubre incendios, huracanes, tornados, prestiges, carmelos, y todo tipo de desastres) tiene una formación técnico-profesional del copón coponero, es cesar o irse de un sitio y a los cuatro días ya la tenemos de capataz en otro cortijo. Así que en mes y medio (unas vacaciones bien merecidas) ya tenemos a la susodicha trabajando (es un decir) como Directora General de Relaciones Institucionales de Enusa.


¿Y qué demonios es Enusa? Pues la Empresa Nacional de Uranio Sociedad Anónima. Una empresa pública dedicada a la producción y suministro de derivados del uranio para las centrales nucleares. Y así, en menos que canta un gallo metido en un devastador incendio, la que antes era Consejera Autonómica de Medio Ambiente de Castilla-La Macha ha pasado a dedicarse a la cosa nuclear, que como todo el mundo sabe, es pura ecología medioambiental. Cuando se trata del papeo el personal abandona los principios que nunca tuvo -pero que siempre pregonó farisaicamente- y se agarra a la antítesis de la tesis o a la antinomia más brutal con tal de seguir en el machito del ordeno y mando, con buen sueldo y seguro a todo riesgo incluido.


Claro que todo es pura envidia del personal pues como ha dicho el que la hizo dimitir “todo el mundo tiene derecho a buscarse un trabajo cuando deja un cargo público”. Y el señor Barreda, que así se llama el interfecto, se ha quedado tan ancho. Teniendo en cuenta que en todos los partidos políticos tienen lugar casos como éste y que miles y miles de sacrificados “trabajadores” de la política “democrática” llevan viviendo del cuento en España desde hace un cuarto siglo, rotando periódicamente de cargo o responsabilidad hasta que les llegue la jubilación, lo de Charo tampoco es para que nos pongamos muy enfadados. Por eso, desde esta comprensiva columnilla, felicitamos a nuestra amiga y le deseamos larga vida en su nuevo puesto. Eso sí, la próxima vez que la echen de un cargo, que se calle y no presuma de lo que no tiene ni es. Aunque esto, claro, es pedirle peras al olmo. Quiero decir, a Charo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

El comentario ese del tal Barreda (el jefe de la exconsejera) diciendo de que "todo el mundo tiene derecho a buscarse un trabajo cuando deja un cargo público" me parece de una desfachatez impresionante.Primero porque "todo el mundo" no tiene un cargo público. Segundo porque el derecho de buscarse un trabajo nadie lo discute. Tercero, porque el tal Barreda oculta lo más importante: que la tal Charo (jo, Puñetas, es que tienes unos golpes...) deja un cargo público (por incapaz e ineficaz) para volver a ocupar otro también público, preparado para la ocasión por sus padrinos políticos. Lo que esperamos los de a pie es que la tal dama no vuelva a meter otra vez la gamba porque lo nuclear es aún mucho más serio que un incendio.