jueves, 18 de septiembre de 2008

VUELTA AL COLE-RESTAURANTE

La noticia más llamativa de la vuelta al cole de este año sucedió en Vallirana (Barcelona). A los niños pequeños los enviaron a un restaurante  a dar clases. Las lluvias y la huelga de transporte han hecho –dicen los que desgobiernan- que el nuevo cole aún no esté a punto de caramelo. La huelga creo recordar que sólo duró unos cuantos días y lo de llover, pues bueno, de vez en cuando las nubes descargan lluvia, ¿no? El caso es no reconocer la propia incompetencia en la planificación y ejecución de las obras. Ni siquiera se les ocurre acudir al tan socorrido “¡no somos perfectos!”. El dueño del restaurante ha cedido su salón gratis, así que –encima- la chapuza también les saldrá gratis a estos incompetentes. Es la atávica costumbre… Desde aquí aplaudimos la idea del cole-restaurante porque es bueno que la educación esté íntimamente ligada a la sociedad. De esto no se dan cuenta los antipatriotas de siempre. Y si encima, al cabo de varios días, los preescolares tienen que ser desalojados por una mínima pero divertidísima fuga de gas detectada en la cocina del local,  miel sobre hojuelas y más a mi favor sobre la necesaria integración social de la escuela. Niños, ¿queréis una tapita de calamares al abecedario?

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