lunes, 6 de junio de 2005

PASAR VERGÜENZA AJENA

Uno, desde su independencia puñetera, es que alucina. Mira el país éste que le rodea y es que no sabe si darle a la máquina de hacer lágrimas hasta emborracharse o soltar amarras y reírse hasta que se le descoyunte el cerebro, el cerebelo y hasta el bulbo raquídeo.

Las paridas habidas en torno a la manifestación del sábado pasado en Madrid, convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo con el objetivo claro de proclamar un “no” mayoritario y multitudinario al diálogo con ETA, ha colmado ya mi última capacidad de vergüenza ajena. No es por dármelas de listo en este país de tontos (en realidad soy un tonto en un país de “listos”), pero en el comentario del 4 de marzo titulado “Las víctimas de Peces Barba” ya dejaba casi sentenciado el tema: acabarán ilegalizando a la AVT.

Aquí, por estas tierras, somos más geniales que en ningún sitio del planeta. Para serlo sólo necesitamos tener identificado y en funcionamiento un solo hemisferio cerebral. Si es el derecho, tú eres el único que garantiza la unidad nacional, quien defiende las esencias patrias, quien hace que la economía funcione y que las víctimas del terrorismo sean atendidas correctamente. Por el contrario, si tu único hemisferio en funcionamiento es el izquierdo, las cosas también están claras: eres el único defensor de los débiles y de las políticas sociales, sólo tú tienes derecho a manifestarte en la calle y todo lo que hagas estará bien porque eres un ser maravilloso que todo lo hace por amor a la humanidad y a Marte. En síntesis: si eres del espectro político de la derecha cañí, o tú o el caos. Si, por el contrario, lo tuyo es la izquierda espectral, el discurso también es claro: tú o el caos. Y los espectadores, ese pueblo aburrido, cansado, hastiado y que un día armará el dos de mayo cuando se le inflen los cataplines, viendo el espectáculo desde la fila de butacas diciendo para sí: ¿y estos imbéciles de qué van?

Pues van que –vuelvo a la mani de la AVT apoyada por el PP- la derecha parece ser que no tiene derecho a manifestarse, aunque sea detrás de la AVT como hacía el PSOE e IU detrás de los actores, ecologistas y gente de buen vivir cuando la guerra de Irak o el Prestige. Pasa que la manifestación del sábado no era defendible desde la “izquierda” porque iba “contra el Gobierno” (EL PAIS dixit). ¿Y contra quién demonios van las manifestaciones, contra el ángel de la guarda de Norma Duval? ¿O es que cuando mandan los figurines del PSOE están mal vistas todas las manifestaciones críticas, salvo que sean de adhesión y besitos muá muá?

Pasa que la derecha pepera está empezando a hacer lo que criticaba tanto a la oposición. O sea, política pancartera, movilización de gente cabreada poniéndole gratis los autobuses y los bocadillos, criticando a las telecaca pública que ya va por la cuarta glaciación basuril (la tercera duró 8 añitos, qué casualidad, cuando mangoneaban los figurines del PP). En fin, pasa que aquí los que van de “listos” tienen una memoria muy frágil (eso les pasa por usar sólo medio hemisferio cerebral, el derecho o el izquierdo) mientras que los que vamos de “tontos” nos acordamos hasta de cómo llevaban las bragas y los calzoncillos los unos y los otros cuando nos la hincaban en su época gloriosa de gobierneo. Vale que la honradez es un bien escaso en esto de la política, pero no les costaría nada a los mandarines de uno y otro hemisferio cerebral hacer un cursillo acelerado de “técnicas de dramatización” para que no se les note tanto el mal cantar, el mal chillar, el mal joder y el mal olvidar.

Regresando al tinglado montado por unos y otros con la última mani (a la que era natural que acudiera Aznar pues él sí que es víctima de ETA) disfrutemos un poco con las cosas de estos pelagatos de uno y otro signo. Así, el palanganero zetapil Joan Puigcercós (ERC) acaba de decir que "los muertos no pueden marcar la política", ya que esta "es para los vivos". Viniendo de un tío que parece que siempre viene de asistir a un funeral (por el semblante, por su tristeza y por su vestimenta) la cosa resulta bastante cómica. El ínclito Peces Barba también ha parido: “Yo represento al Gobierno, no a las víctimas”. Y se quedó en casita durmiendo o echando un mus, mientras tropecientos mil se echaban a la calle por un tema que a él le debería sonar a algo. Don Zapatero diciendo banalidades, como casi siempre: “Todas las víctimas estarán en el corazón de los españoles”. Vale, abuelito. El doctor Llamazares (que de niño quería ser bombero) sigue con el disco rayado: “La derecha degrada el dolor de las víctimas en rencor político y las manipula”. Este gachó siempre echando leña al fuego. El camarada Aznar, que sigue con el bigote puesto, afirmando: “Soy una víctima del terrorismo y eso me llena de orgullo”. El amigo, tras su etapa de zascandil guerrero, va ahora de mártir masoca. El negrero del PSOE, ese que hace todo el trabajo sucio para que otros se pongan la medalla (un tal Blanco), dice: “Sería esperpéntico que el Gobierno se manifestase contra el propio Gobierno”. Amiguito, sería la mar de saludable y excelente para el medio ambiente. A lo mejor así, os aclarábais un poco.

Y mientras que los unos y los otros se llenan la boca y los bolsillos con las víctimas (que protestan porque adivinan el negro porvenir que les espera), la vida real continúa con sus problemas habituales, a los que los semiparalíticos cerebrales de derechas y de izquierdas con mando en plaza no ponen remedio porque no pueden, no saben y –además- no les da la gana. Un ejemplillo: “Málaga celebra el Día Mundial del Medio Ambiente sin tener resuelta su principal asignatura. La depuración de las aguas se mantiene como el problema ambiental más grave desde hace 20 años” (Diario SUR). Más de 20 años, majetes… Toda una vida. Y eso que las suecas llegaron a la Costa del Sol hace ya la calentura de 45 años. Menos política basura y menos días ambientales y más hacer lo que hay que hacer.

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