lunes, 27 de junio de 2005

LA COMISIÓN DEL 11-M ESTUVO EL 11-M DE VACACIONES

En estos días acaba de dar carpetazo a su mongólico trabajo la Comisión esa del Congreso encargada de no enterarse de nada de lo que pasó el triste 11M en España. Es decir, aquel atentado que se llevó por delante la vida de 200 personas pero del que a fecha de hoy sólo se sabe que no se sabe nada. Lo que sí se conoce, según las conclusiones de la citada Comisión, es que los machupichus que gobernaban entonces (el Aznar y sus chicos de la gasolina) metieron la gamba hasta los tuétanos. Naturalmente, los del PP dicen que ellos se portaron como unos hombres y que los que hicieron cochinadas fueron los que ahora tienen la sartén por el mango, esos psocialistas que que no saben ni lo que vale un peine. Como la mencionada Comisión era exclusivamente política (o sea, formada por políticos profesionales del desencanto, expertos en ver las pajas en ojos ajenos pero nunca las vigas en los propios, y tan libres que casi siempre tienen que pensar y votar según lo que les dice el jefe que les coloca en las listas electorales), pues eso, que mejor hubieran dedicado todo este tiempo a beber cerveza, hacer el amor o dormir a pierna suelta. Cualquier ser avispado (yo mismo) ya sabíamos cuando se constituyó la mongólica Comisión qué cosas iba a decir, contra quien y –lo más importante- qué se iba a callar: todo lo que realmente interesa a la población, desde quién asesinó a por qué lo hizo, cómo y si la historia se puede volver a repetir cualquier otro malhado día.

En vista de la situación y con ganas de marcha, el Puñetas se ha ido a su hemeroteca particular a buscar qué escribió aquellos días posteriores a la tragedia. Ha pasado ya de aquello algo más de un año y yo mismo me sorprendo de algunas cosas que ya entonces escribí. Francamente, no me beso porque no llego, pero tristemente compruebo que mi periscopio de entonces no iba muy descaminado en el oteo del horizonte. Así que, para demostrar a la inútil Comisión del 11M –y también al perdonavidas Aznar- que muchos ciudadanos no somos gilipollas y no tragamos carros y carretas porque no estamos subidos a ninguno de los despeñaderos politiqueriles que abundan por estas tierras, aquí van copiadas las dos opiniones interneteras que parí en momentos posteriores al atentado, justo después de celebradas las elecciones del 15-M, cuando todo estaba aún muy calentito.

Gente sin prejuicios, con la mente abierta y el bolsillo sin un duro: aquí hay larga tela que cortar. Con que uno sólo crea que lo que escribí por aquellas fechas es más real que muchas de las conclusiones y contra-conclusiones que ha esgrimido la inútil Comisión, ya me doy por contento. Demostrará que no estoy solo, lo cual en estos tiempos no es poco. Con la cerveza en una mano y la paciencia en la otra (vale la lectura a plazos) aquí va lo que escribía tras el 11M el Juan Puñetas de las narices.

16/03/2004
CUENTO BANANERO CON MASACRE AL FONDO (Acto 1º)

No sólo en un segundo cambia la vida de una persona si no que los habitantes de esta república bananera llamada España o “yo que sé” (porque cada uno la llama de una manera diferente), han mostrado al mundo que también la vida de un colectivo de 40 millones de personas puede pasar en cuestión de horas del blanco al negro o viceversa. Tras el 11-M tenemos 200 pobres ciudadanos menos en el censo. Entre ellos no hay políticos, ni famosetes ni futbolistas ni intelectuales del cinema. Se nota que las fuerzas vivas de esta república no viajan en tren ni se levantan tan temprano. Hasta aquí algo normal pues ETA nos tenía acostumbrados a tener bajas ciudadanas, aunque no tan numerosas de golpe. El goteo de los muertos de tráfico (más de cinco mil al año) también atempera bastante el aspecto cuantitativo de la masacre de Madrid. Incluso los militares muertos en Irak o volando en aviones mercenarios como el Yack 42 nos han acostumbrado al drama siniestro de la desventurada, imprevisible e injusta guadaña.

Pero a lo que no estábamos acostumbrados era a decidir en unas elecciones con el peso del terror planeando encima de nuestras cabezas. Los pueblos civilizados (y sus gobiernos y oposiciones) habrían corrido un estúpido velo, habrían dejado a la policía investigar la autoría de la masacre con tranquilidad y tiento, los políticos se habrían escondido en sus madrigueras o sacado a la luz el bálsamo del patriotismo. Máxima preocupación por las víctimas y stop total a las preocupaciones políticas y electorales. Nadie se habría dejado llevar por los cantos de sirena de los mensajeros del odio ideológico, por los bastardos intereses de ciertos clanes profesionales del ámbito de la cultura y la comunicación o –simplemente- por un hecho cuyas repercusiones más inmediatas deben ser las sanitarias y psicológicas, dejando las políticas para mucho más tarde. Tiempo de espera, paciencia y reflexión. Pero, ¿quién demonios tiene paciencia, reflexiona y medita en esta república de bananos llamada Spain?

Todos perdieron el culo por saber qué canallas eran los que estaban detrás de la masacre. “¡Queremos saber la verdad!” Sí, mamones míos… Unos para incrementar sus réditos electorales, ya de por sí engordados por un abuso torticero y partidista de los éxitos tenidos contra la banda terrorista de la boina. Los otros para aprovechar la desgracia y sacar tajada carroñera. En las desgracias es facilísimo. Pero parece ser que esta vez no pasaba como en lo del Prestige. Vamos, que todo se organizó rápidamente, que la gente estuvo pronto en sus puestos de socorro y que –dentro de la improvisión ante el horror- las cosas se estaban haciendo medianamente bien. Por ahí nada que rascar. Así que habría que acudir a la historia de siempre: a la política informativa (o sea, desinformativa) y a la manipulación que el gobierno de turno hace siempre con ese arma de destrucción masiva que se llama TVE. Y, naturalmente, aquí había un filón con bastante experiencia. Bastó que –como un pardillo- Acebes y la compaña contara lo de una furgoneta y una cinta de Operación Triunfo en versión arábiga para que el garbanzo empezara a torrarse. Y como había mucha gente con ánimo de zurrarle la badana a un tal Aznar por miles de razones que no vienen al caso, los ánimos ya estaban calentados y no hizo falta mucha mecha. Si en vez de ser las elecciones tres días después de la masacre, llegan a ser una semana más tarde, aquí se lía una guerra civil. Un espectáculo muy edificante y propio de este país cainita donde los que se dicen de izquierdas se consideran los reyes del mambo y los que no se dicen de derechas por pudor y desvergüenza, aún necesitan otros veinticinco años para quitarse el pelo de la dehesa.

Eso sí, todos teníamos que ir a votar el domingo para fortalecer la democracia, como si a ETA, a Alqaeda o al Bin Laden de los cojones les importase mucho nuestra democracia. A los verdaderos demócratas lo que les importaba y avergonzaba era el espectáculo mezquino y miserable que unos y otros (esos tipos que viven de la asquerosa política) estaban montando. Cada uno actuaba con sus armas. El Gobierno usando el poder los despachos. La oposición de izquierdas y los nacionalistas de la boina echando sus huestes a la calle, que por fin ya no es de Fraga si no de estos fulanos. Todo muy democrático, muy edificante y muy esclarecedor de cómo anda el patio por este corral gallináceo.

Así que Juan Puñetas decidió que a unos y a otros los iba a votar su puñetero padre. A unos tiparracos que se estaban cargando la democracia con sus actitudes tan antidemocráticas los iba a votar Rita la Cantaora. De modo que este menda fue uno más de los 7.628.756 ciudadanos que les hicieron un corte de mangas a esta pandilla de borricos. Y es que somos mucha la gente que no se entera bien del cuento. Sin ir más lejos hoy mismo don Pedrito Almodóvar, el peliculero, en una rueda de prensa ante medios de todo el mundo, acaba de dar crédito a un rumor internetero sobre que “el PP estuvo a punto de provocar un golpe de estado el sábado por la noche”. Empiezas a reírle las gracias a los bufones y acaban creyéndote imbécil. Más la gran superproducción tuvo lugar la noche del domingo con el resultado de las elecciones: contra todo pronóstico había ganado Bambi. La historia de España pasaba, de un plumazo, de la crispación a la ternura.


18/03/2004
CUENTO BANANERO CON MASACRE AL FONDO (Acto 2º
)

Cuando el domingo por la noche puse la televisión portuguesa para enterarme de las elecciones en España (yo es que de la información de los medios españoles ya no me fío ni borracho), dispuesto a presenciar la aburrida película de estos últimos años, o sea, victoria de la derecha y arriba españa, veo que aquello está más emocionante que las aventuras de Harry Potter y que también en esta peli electoral hay magia potagia y que de la chistera no sale el conejo bigotudo esperado sino mi estimado amigo don Jose Luis R. Zapatero, al que en casa todos llaman ZP, de lo bien que nos caen sus bellos ojos y amigable sonrisa.

Como soy tonto de capirote pensé que si la masacre se había producido porque el tío esaborío del bigote nos había metido en la guerra de Irak, el segundo término de la ecuación era evidente: los canallas integristas islámicos habían influido en el desenlace de las elecciones modificando el sentido del voto a miles y miles de españolitos. En la primera rueda de prensa de Zapatero ningún periodista español le planteó la cuestión a don Jose Luis, salvo algunos masones del extranjero. ZP contestó que los españoles habían votado cambio. Después hubo risas y “¡otra pregunta, chavales, que hoy es un día para festejar y no de amargamiento!”.

En España hemos asistido a un nuevo milagro del Señor. Spain tiene que seguir cumpliendo su misión histórica ancestral: ser faro y luz del mundo. Lo fuimos con Suárez, que poco menos que casi resuelve el conflicto árabe-israelí. Lo fuimos con González, alma máter de la UE, la cual no sería lo que es sin el arte torero de Felipe. Lo hemos sido con Jose Mari, quien nos ha aupado a la medalla de bronce de los juegos olímpicos de países. Ahí está la foto demostrativa de las Azores: en primera posición los USA, con el panoli del Bush; en el segundo puesto los England con el bizqueras del Blair, y en tercer lugar la España gaviotera, con el mesías Aznar. Pero, ay, la gaviota estaba ya muy vista y demasiadas veces se nos había hecho pis encima, así que para seguir siendo ejemplo del mundo mundial, luz y guía de las tinieblas, era necesario un recambio. Y todos se empeñaron en ello, hasta los salvajes integristas islámicos. Así llega ZP: ecología, diálogo, pacto, solidaridad, paz, amor… Y humildad, mucha humildad. Lo malo es que al nuevo jefe (que nada más abrir la boca ya ha socavado los cimientos de medio mundo con su anuncio de la retirada de los soldaditos bolivianos de Irak) le acompaña una retaguardia de viejos conocidos que me ponen los pelos como escarpias: Rubalcaba, Caldera, Peces Barba y algunos nuevos fichajes (Magdalena Álvarez, Carmen Calvo…) que la gente del Sur ya conocemos tristemente bien.

Total, que en este cuento al final todo el mundo está contento. Los terroristas porque han conseguido su objetivo: cambiar el rumbo político de España para intentar mover la silla a los USA en el país de Sadam. Los socialistas porque por fin vuelven al poder a hacer de las suyas. Llamazares porque ha conseguido el sueño de su vida: salir en una peli de Almodóvar haciendo de bombero torero perseguido por la guardia civil en un golpe de estado de la infame derecha. Don Manuel Chaves, porque ya podrá dirigir el cortijo andalú desde el mando a distancia situado en la mesilla de noche de su pisito de clase media o medianía. Los directores de cine y restos de la tribu cultural e intelectual porque, una vez desaparecido Franco II, podrán por fin dar rienda suelta a su imaginación y crear esas obras maestras del arte que todos esperamos. Los periodistas porque tienen garantizado trabajo a destajo para los próximos cuatro años, incluidos aquellos que se dedican a componer los jeroglíficos destinados a la página de pasatiempos. Hasta los franceses y alemanes se las prometen muy felices pues ven retornar a la díscola y frescachona vecina, la Carmen de España y olé, a la que intentarán volver a meter mano y otras cosas más turgentes. Y todos, toditos contentos. Así da gusto.

Ojalá que no se equivoque mucho ZP porque al final ya sabemos quienes son los que se llevarán las bofetadas: los desgraciaos de siempre que para malvivir tienen que levantarse a las seis de la mañana y coger un tren con destino a veces incierto. En cuanto a Aznar y su cuadrilla (los malos de la peli), que hagan un curso de reciclado y emigren a otro país más agradecido. Los mismos a los que libras de ir a la mili te dan la boleta, te llaman asesino y terrorista y te mandan al carajo. Jose Mari, alegra esa cara, hombre. Este pueblo de amnésicos, como pasó con Suárez o González, un día reconocerá tus indudables méritos de salvador de la humanidad, aunque sea a misilazo limpio. Ahora ya tiene un nuevo juguete al que destrozar y con el que entretenerse: ZP.

Joder qué tropa y qué país tan bananero. (De ésto los 200 fallecidos, los casi dos mil heridos y algo más de siete millones de abstencionistas no tienen culpa de ná. Que conste).

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