viernes, 24 de junio de 2005

ESTUPIDIARIO



Los periódicos (sean de papel, digitales o de chorizo) vienen cada vez más sucios. No hablo de la suciedad de la tinta, que se te quedan los dedos como los de Kunta Kinte, si no de la suciedad social, política, deportiva y económica que nos invade. Chapapote periodístico, reflejo del que nos comemos todos los días. De modo que los periódicos, más que diarios deberían llamarse estupidiarios, por aquello de la estupidez imperante. Y como aquí somos muy científicos, aquí van unas cuantas pruebas.

Leo en el diario SUR que en Cataluña, con los mismos kilómetros de costa que la provincia de Málaga, tienen 126 barcos quitanata, mientras que por las playas malagueñas sólo hay 11. Eso sin contar con que no hay depuradora en Nerja y que no funcionan las de Torrox y Algarrobo. Así que más de uno este verano se va a tomar la nata en la playa. Y encima el personal no colabora. Así que en vez de banderas azules sería más juicioso hablar de banderas marrones. Y en vez bonitos nombres (Costa del Sol, de la Luz, Tropical, Esmeralda y otras gaitas), ¿qué tal Costa de la hez?

Pero guarros hay en todas partes. La foto que ilustra el comentario de hoy es un ejemplillo. En la noche de San Juan el personal, como borregos, se va a las playas a pasarlo bien, o sea, a enmierdarlas, porque a ellas se va a comer y beber y como es muy pesado echar los desechos en los contenedores y papeleras, pues nada, se dejan al lado de uno, que ya estamos acostumbrados a tanta basura. ¡Si nosotros mismos somos parte de ella! La fotito es de una playa urbana de Barcelona, al amanecer. Oiga y la gente, como si estuviera rodeada de rosas y amapolas.

Por fin el camarada Polanco va a tener una televisión. Quiero decir, una televisión más. Como siempre, son sus socios del PSOE quienes se la regalan para que los de Prisa y Sogecable nos informen con la independencia y exactitud con que vienen haciéndolo desde la noche de los tiempos. Lo que más me ha gustado han sido las declaraciones de un alto mangatario de Prisa, un tal Santillana: “Con esta decisión se genera una mayor atractividad porque hay un mayor número de productos en variedad de formas de prestar servicios y que todo lo que sea generar más concurrencia es bueno". ¿Este tío donde ha estudiao?

Pero la mayor cagada de la semana ha sido cosa de la “justicia”, donde al parecer hay más incompetentes que en la política, o será que existe por ahí mucho juez politiquero, con lo que se duplican los factores de riesgo. Ante la previsible alarma social y ataque a la inteligencia que ha creado la sentencia dictada por varios jueces según la cual el terrorismo callejero vasco es simple delincuencia, ya que no utilizan armas de fuego (o sea, pistolas, metralletas, misiles o cañones…), el Consejo General del Poder Judicial ha salido en su defensa diciendo que se puede criticar una sentencia pero nunca a los jueces que la dictan. Lo califican de falta de respeto al Estado de Derecho. Desde que me enteré de esta idiotez me ha entrado una diarrea que no paro de ir al W.C. En cuestión de minutos he pasado del Estado de Derecho al Estado de Defeco y de seguir así unas horas más ya estaré en el Estado de Desecho.

Pero, quietos paraos, que todo está arreglao. La vanguardista Junta de Andalucía va a hacer que queramos más a nuestros pobres juececitos. Y va a empezar por la escuela, como siempre, que es donde se resuelven los problemas de hoy. Para ello ha elaborado un programa piloto (tiene 800.000 en cartera, para distraer al paisanaje) titulado “Educando en justicia”. Dirigido a los alumnos de la ESO “explicará de forma accesible la historia, las palabras y los símbolos de la Justicia, además de cómo se juzga y se emite una sentencia”. Eso, eso, que empiecen explicando cómo se come lo de que el terrorismo callejero es vulgar delincuencia.

“El pueblo de Lanjarón celebra la noche de San Juan tirando seis millones de litros de agua a la calle”. Se trata de la tradicional carrera del agua, una estupidez más de las múltiples que tienen lugar en los pueblos y ciudades de España, por mucha tradición, solera y populachería que se le endilgue. En época de dura sequía, es un doble insulto. Doce mil personas participaron en semejante mamarrachada, empezando por el Ayuntamiento. “Somos conscientes del problema de la sequía, pero esta es una tradición muy arraigada, llevamos 26 años haciendo la carrera, aunque la costumbre de mojarse viene de antaño". Pues no se hable más, señora concejala de “Cultura y Dislates”.

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