miércoles, 3 de noviembre de 2004

MALTRATADA, VEJADA Y HUMILLADA

Así declara sentirse una señora (que encima es malagueña, o sea, que lo mismo me la cruzo cualquier día en un semáforo) porque en el programa ese de “Gran Hermano” que defeca la telecaca Tele 5 (Telepingo para los amigos), los concursantes hicieron “una burda y grosera parodia del sacramento del bautismo católico”. La remilgada señora ha presentado una denuncia ante el Juzgado de Guardia, sección “Chorradas”, al considerarlo “un grave insulto al catolicismo y una burla inadmisible en unos momentos políticos y sociales donde se pregonan y exige el más absoluto respeto a todas las creencias religiosas”.

La mencionada señora pide una indemnización de 300.000 euros, lo que muestra la alta estima en que tiene su integridad religiosa y moral. Con dicho dinero pretende financiar la construcción de un centro hospitalario para enfermos terminales.

Que unos zarrapastrosos concursantes, que juntos no suman ni dos gramos de cerebro en buen estado, hagan un simulacro religioso en un programa pensado para echar carnaza al personal, es simplemente una estupidez más dentro del montón de majaderías previsibles. Que una señora tan religiosa y mojigata se dedique a ver semejante programa televisivo es una prueba de que anda la buena mujer algo desorientada. Lo que tiene que hacer es enchufarse a la tele Popular, que es de la COPE, o sea, de los obispos españoles. Seguro que ahí no encontrará ningún programa salido de madre ni sentirá mancillado su honor religioso con ningún programa. Pero se ve que a mucha gente le va la marcha. O sea, que se mete donde no le llaman, que ve con ojos abiertos como platos lo que afirman aborrecer, que disfruta con la memez para acusar luego que sólo se publicita basura. Puro masoquismo o ganas de fastidiar. Y eso sí que no. Mayorcitos somos la mayoría y deberíamos saber claramente qué estamos mirando o comprando, qué oímos y a quien votamos cuando vemos una cadena televisiva, entramos en un supermercado determinado, escuchamos una emisora de radio o votamos a Pepito, alias el Timador.

Hay quien se pica por nada. La crítica a la religión, incluso la burla, es sana y provechosa. La crítica de la política, de la economía, de la filosofía y de todo lo que se mueva, son recomendabilísimas. Aquí, en esta Bitacorilla, la practicamos siempre que podemos y nos luce una salud de hierro y una tranquilidad física y espiritual del copón divino. A las ideas no se las veja ni se las humilla. A las personas, sí. Y para que esto ocurra hay que establecer un trato personalizado, de tú a tú, que en el caso de esta encopetada señora, no se ha dado. Hay quien confunde el culo con las témporas y el jamón ibérico con el de York. Sólo falta que cada bicho viviente personalice en sí mismo cualquier parodia, crítica, comentario o risotada que se haga de cualquier idea o cuestión general. Si yo digo, por ejemplo, que los futbolistas son unos guarros, eso es como un brindis al sol, una tontería, o una verdad o una cipotada, pero ningún futbolista en ejercicio podrá sentirse herido en su honor y bolsillo con semejante frase. Si yo dijese que Fulano Zutano, jugador del Cantarón Club de Fútbol es un guarro, con toda la razón del mundo el Fulano podrá sentirse ofendido y poner el grito en el cielo y en mi oído, siempre que mi afirmación sea una vulgar mentira o patraña.

Desgraciadamente hay mucho personal que –de una manera absurda- se toma las cosas a nivel personal, como si ellos fuesen los reyes del mambo y del mundo. Como le ocurre a esta señora malagueña. O como el joven de origen marroquí que mató ayer al cineasta holandés Theo van Gogh, el cual había realizado una película en contra del Islam. “Yo soy el Islam”. “Yo soy el Cristianismo”. Usted, joven, usted, señora, son unos pobres desgraciaos. Como aquel señor, esa señorita y este menda lerenda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si sale alguna vez otro majarón, pero este agnóstico o ateo, y se va al Juzgado para poner una denuncia contra tanto listo y lista que se cree que por tener una religión tal o cual es superior moral o éticamente a los no creyentes. Que aquí todo el mundo ve la viga en el ojo ajeno pero nunca en el suyo. Y si el juez le diese la razón, no veas la de obispos y papas que habría que meter en el trullo.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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