sábado, 6 de noviembre de 2004

LA CHARLOTADA DE LOS NACIONALISTAS

Francamente, es que me parto de risa. A falta de revistas de humor (“EL Jueves” está a años luz de las antiguamente famosas “La Cordoniz”, “Hermano Lobo”, “El Papus” o el “DDT” infantil), se entretiene uno bastante con las ingeniosidades y virguerías de nuestros queridos políticos nacionalistas. Que, por cierto, cada día crecen como setas no se sabe si gracias al desnortado desmadre que luce en la cabellera mi buen amigo don Zapatero o a que el negocio funciona a las mil maravillas, económicamente hablando.

Pero vayamos al grano. Yo que la señora Caffarell, directora de la televisión pública española, les concedía a los principales partidos nacionalistas un programa ómnibus en horario de máxima audiencia para que nos divirtiesen al personal con su manera tan peculiar de entender el mundo no ya de la política, si no del deporte, la cultura, la historia y hasta el folleteo. Como hay tantísima gente que les ríe las gracias (y en verdad que son muy graciosos) estoy seguro que lograrían batir el record de audiencia de la televisión al tiempo que, con sus ingeniosas ocurrencias y sublimes paletadas, lograrían enviarnos a la cama con una sensación de plenitud y relajo absolutamente celestial, como la que le entra al cuerpo después de troncharse de risa. Vamos, es que si por mí fuera, los declararía como el agua mineral, de utilidad pública, y sus programas y panfletillos los repartiría hasta en las farmacias.

Pero mientras llega dicho momento (que no llegará porque la Caffarell es más sosa que un oso bailando boleros y porque en este país falta buen humor e imaginación y sobra mala leche) fijémonos en la última actuación de los susodichos. Desternillante a más no poder. Para Oscar al mejor guión, vamos. Resulta que “siete formaciones nacionalistas, ERC, CIU, PNV, EA, CHA, BNG y Nafarroa Bai han presentado una proposición no de ley en el Congreso en la que solicitan al Gobierno que declare el árabe y el tamazigh (bereber) como lenguas cooficiales en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. La iniciativa sostiene que hay que preservar “la identidad tamazigh, su historia, su lengua y cultura como parte fundamental de la identidad”". Proponen, además, que se imparta dicho idioma en la enseñanza primaria y secundaria.

Y se preguntarán vuesas mercedes. ¿Y qué coño pintan estos partidillos vascos, catalanes, alguno gallego y otro aragonés, metiendo sus narices en las ciudades de Ceuta y Melilla? Ellos, que siempre están reclamando que nadie meta las suyas en lo que consideran “sus” territorios, resulta que fisgonean y pretenden administrar la vida de dos ciudades como Ceuta y Melilla. Los que reniegan del idioma castellano, incluso como segunda lengua en su comunidad, pretenden que en unas ciudades situadas a mil kilómetros de distancia se haga oficial el “bereber” porque hay una gente que lo habla. Es como si se pidiese hacer oficial el idioma chino en Jabalcuerno del Porrón porque en el pueblo hay una pequeña colonia de chinitos de la China.

¿Y qué han respondido a todo esto en Ceuta y Melilla? Para empezar, a los ceutíes y melillenses -que ya tienen una vida bien dura por su situación geográfica y el abandono en que le tiene sumido habitualmente el Gobierno central-, no les ha hecho ninguna gracia la tontería de mis amiguitos nacionalistas. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, la ha calificado de “deleznable intromisión”, abriendo una polémica que no existía. Más clarito no lo ha podido decir: "Carece de cualquier fundamento la pretensión de que puedan ser consideradas como lenguas españolas el árabe -idioma de Arabia extendido entre los musulmanes-, y el tamazight -idioma de los bereberes-", y resulta "cuando menos paradójico que una lengua como el tamazight, hablada por todos los bereberes del norte del Magreb, de donde es autóctono, no sea reconocida como lengua oficial en Marruecos, e inclusive olvidada oficialmente, y se nos quiera imponer a dos ciudades españolas la cooficialidad".

Ya puestos a demostrar que aquí todo el mundo puede ser la mar de ingenioso, el presidente de Melilla ha finalizado con una gracieta la mar de sugerente (donde las dan, las toman): "¿Por qué no se declaran como co-oficiales las lenguas árabe y tamazight en Cataluña o en el País Vasco, donde es seguro que hay muchos más conocedores de las mismas que en nuestras ciudades?"

Seguiremos el próximo día, donde practicaremos el bello y divertido juego del hockey sobre patines, ahora tan de moda gracias a los camaradas nacionalistas, tan sandungueros ellos.

Última hora: “El gerente de la Comunidad Islámica de España y presidente de la Fundación Mezquita de Granada acaba de anunciar que sus organizaciones se preparan para plantear y exigir la cooficialidad del idioma árabe en Andalucía”. (Leído en el diario “El Mundo” de hoy).

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