martes, 25 de noviembre de 2008

YA NO SE PUEDE IR AL PLENO NI VESTIDO DE ROMANO...

Atiborrados de información sobre la alta política y los grandes meneos nacionales, a veces deberíamos mandarlos a paseo y centrarnos en lo que ocurre a pie de calle, en cualquiera de los miles de pueblos de este país. Así que hoy nos hemos ido a Valdepeñas, no a beber tintorro del bueno, si no al Pleno del Ayuntamiento donde –según leo en ADN- se ha armado una gorda. Y todo porque un concejal del PJL (Pueblo, Libertad y Justicia) se ha presentado a la reunión vestido con una túnica blanca, a modo de senador romano. Los 72.400 euros de retribución bruta que recibe el alcalde piensa éste que le otorgan la suficiente autoridad para expulsar del Pleno a dicho concejal, quien protestaba reivindicando la “libertad” de la que adolece desde que fue elegido en las últimas elecciones municipales con algo más del 8 % de los votos de su pueblo.

El alcalde psocialista también dispone de una amplia mayoría (15 ediles frente a los 5 del PP y uno de PJL), suficiente para imponer al díscolo concejal del PJL la forma de ir vestido. (Oiga, como si va disfrazado de lagarterana… Mientras vaya limpio y educado...). Pero es que -a tenor de lo que éste manifiesta en una página web, con fecha de abril de 2008- parece que el equipo de gobierno, encabezado por el alcalde, le está ninguneando demasiado. (A veces los jefecillos locales son más duros de pelar que los nacionales…). En este enlace, fechado en abril pasado, pueden leerse algunas quejas del edil del PJL, algunas bastante razonables y que ilustran mucho sobre al talante talentoso del alcalde. Con la avanzada edad que parece tener el concejal liberal, no creemos que lo suyo sea el llamar la atención de su pueblo yendo disfrazado de romano al Ayuntamiento. Es más, algunas de las cosas que dice y se leen en la página de su partido nos resultan bastante refrescantes y oportunas. Tenemos la impresión de que el hombre está bastante  cabreado con el trato que se le dispensa y por eso ha explotado de manera tan llamativa. ¡Marchando una de romanos! 

Como era previsible el alcalde, apelando al bochorno que le producía la situación, “que no se merecen los ciudadanos” -explicó el portavoz correveidile, y poniendo por delante del carro al buey de la dignidad, que quien manda se vuelve la mar de digno (excepto para subirse el sueldo 12.000 euros de golpe), expulsó al díscolo concejal utilizando el procedimiento habitual del diálogo bien entendido: a mí los guardias y ese, a la calle. Los alegres chicos del PP también acabaron largándose en solidaridad con el romano y por otros perendengues previos, típicos de la soberbia de unos y otros. Desde aquí proponemos que no basta con presumir de buen vino en el municipio si no se utiliza en su principal órgano de gobierno como recurso de buena compañía y sosiego para que todos se lleven bien y arrimen el hombro común al pueblo. Una copichuela previa al orden del día e incluso en medio del espectáculo plenario le sentaría divinamente a la corporación municipal actuante, animando a la deseable y civilizada entente cordiale, aunque tengo la impresión de que a los unos y a los otros lo que más les priva es el anís cazallero, ese que nubla un poco la vista y los sentidos, preámbulo luego de la bronca, de la marejada y del “tú más”. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El concejal ha pecado de falta de imaginación. Tendría que haberse vestido de don Quijote o de Sancho Panza. Seguro que, viendo el percal y la vestimenta, el alcalde no le habría expulsado.

Anónimo dijo...

Pero...¡coño¡.....ese Ayuntamiento es la repera. El Concejal, un soldado de fortuna sin soldada, osa enfrentarse al Capitán del Tercio y espera que la cosa pase sin pena ni gloria.
Estas cosillas solo ocurren en Burkina Fasso, Côte d'Ivoire y Chachakistan.
En paises civilizados sería condenado irremisiblemente a galeras,que la democracia ("a democracia é do demo" -decía un amigo gallego) también tiene cosas diabólicas....como ésta.
En caso de que fuese yo, no iría vestido de romano, si no de Baco, a ver si el tío se atrevía a expulsar a un defensor de las virtudes del morapio.
Por cierto, allí tienen un vino insuperable y un Concejal genial.

Juan Puñetas dijo...

Tiene razón, don Freixo. Mejor ir vestido de Baco que de Quijote. Lo digo porque muchos ediles la cultura no la han olido ni en pintura, mientras que la cosa del vino les interesa mucho más.Y es que un pueblo que le da al morapio es menos peligroso que uno que tiene la funesta manía de leer. Peligroso para los que mandan, claro. Y aunque sea en pueblos pequeños aunque importantes, como Valdepeñas, el bastón de mando manda mucho. Hasta prohíbe que vayas vestido de romano.