sábado, 15 de noviembre de 2008

NI CONTIGO NI SIN TI TIENEN MIS MALES REMEDIO


Una de las primeras medidas que pretenden los capitostes  reunidos en Washington estos días es la reactivación inmediata del consumo. Si la gente no compra, el mundo se para y el tinglado de la sociedad consumista que hemos montado desde mediados del siglo XX se viene abajo. Hay que rascarse patriotamente el bolsillo para adquirir cientos de productos, mayormente inútiles e innecesarios. De la minoría que no podemos prescindir por razones obvias –ropa, calzado…- ya se encargan las industrias de que su vida útil sea la menor posible para que así las compras se multipliquen. El problema es que si no hay trabajo o el sueldo es una merde, ya me dirán cómo demonios se consume, pero eso no importa, hay que seguir comprando y vendiendo… como sea. 

El rey del mambo en el consumo desaforado es el coche. Lo han convertido en un objeto de placer (con él alcanzan diariamente el orgasmo de la muerte varios miles de personas en el planeta); en fuente de libertad (cómo hacer un vía crucis diario camino del trabajo); en cachivache devorador de una fuente de energía, el petróleo, que la naturaleza ha tardado en fabricar millones de años pero que se merendará en poco más de un siglo; en una caja de cerillas que ha quemado –literalmente- millones de kilómetros de naturaleza, abriendo caminos de asfalto para su descomunal reinado.  Hoy día es que sin coche no eres nadie. Así que cuando han llegado las vacas flacas, con el personal rascándose los bolsillos semivacíos, uno de los primeros sectores en padecer la crisis es la derrochadora y sobredimensionada industria del automóvil.

Millones de personas están con el alma en vilo porque en estos duros tiempos de encogimiento crediticio y de falta de pasta se venden menos coches. Sin salir mucho de casa, “en Europa, las ventas de automóviles se han estancado. Apenas han conseguido crecer un 1,1% durante el pasado año, hasta alcanzar los 15,95 millones de unidades”. Venden ¡16 millones anuales de coches! sólo en Europa y pretenden seguir aumentando las ventas cada 365 nuevos días. ¿Pero en qué mundo vive esta gente y dónde tiene el principio de la realidad y el sentido común?

Sí, el personal la sigue palmando masivamente a lomos de sus cabalgaduras motorizadas, en las calles de las ciudades ya no cabe un coche más y el aire del planeta se hace cada vez más irrespirable por culpa de los gases vertidos por los tubos de escape; pero –como contrapartida- millones de personas en el mundo viven gracias al coche, fabricándolo, arreglándolo, construyendo túneles y autopistas, poniendo multas, dirigiendo el tráfico, haciendo campañas publicitarias para que el personal se lo pase guay al volante, haciendo otras para que ese mismo personal no haga locuras al conducir, abriendo aparcamientos subterráneos… Millones de carteras no están vacías a final de mes –y pueden consumir todo lo consumible- gracias a que sus propietarios trabajan en el largísimo tinglado tentacular del automóvil. Llevamos tantos años adorando al becerro del cuatrolatas motorizado que ya no podemos prescindir de comprarlo ni en los momentos en que no hay ni para adquirir el pan de cada día: está amenazada la paz social, nuestro estilo de vida y el descacharrante bienestar que disfrutamos. Sí, el coche origina muchos problemas, pero el peor de todos es que cada año no se vendan más ejemplares. Como diría el clásico, “ni contigo ni sin tienen mis males remedio: contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero”.    

Lo que nadie dice es que el sector está ahora pasándolas canutas porque se ha montado en una burbuja –otra más, junto con la inmobiliaria y la financiera- absolutamente desproporcionada. Salvo que pretenda que, en vez de un pan, cada niño que venga al mundo traiga un coche debajo del brazo. ¡Digo!, venden casi 16 millones de coches en Europa en un solo año y encima pretenden seguir aumentando la cifra, con crisis o sin ella… ¿Están locos estos gobernantes y esas voraces multinacionales del becerro de hojalata? ¡Lo están!  

Actualización: lunes 17, 02.30

Cuando hablábamos de la "burbuja del automóvil" no lo hacíamos a humo de pajas, aunque nos hemos quedado cortos. Aquí el enlace que viene a darnos la razón en el uso del término.

== VIDEOTECA ==

EMILIO JOSÉ - NI CONTIGO, NI SIN TI



U2 - WITH OR WITHOUT YOU (CONTIGO O SIN TI)

0 comentarios: