lunes, 23 de mayo de 2005

HOMENAJE A LAS PALABRAS

PALABRAS EN EL RECUERDO INFANTIL
Juan Puñetas, cuando era un monicaco lo mismo que a la salida del cole se iba a disfrutar con la pandilla al trozo de campo verde que había al lado y se rompía los pantalones casi todos los días jugando al fútbol, por la noche –antes del “Vamos a la cama que hay que descansar” de la TVE- hacía sus deberes, estudiaba un poco y se inventaba cualquier cosa con tal de pasárselo bien. Hoy, haciendo limpieza de papeles, he vuelto a encontrar un pequeño trabajo titulado “Palabras humorísticas seleccionadas” que debí hacer durante algunas semanas de mi preadolescencia y en el que reflejaba un montón de palabras que había leído en mis queridos libros y que me habían hecho gracia o por el significado o por el sonido. He aquí algunos ejemplos de un niño inocente que aprendió a no aburrirse nunca.Triquitraque, pasarlo de rechupete, churro, pegote, repipi, descuajaringarse, sopapo, chupatintas, abrebocas, ser un calientabares, rechoncho, francachelas, zarandajas, capirotazo, respingo, macarrónico, mojiganga, cachirulo, apiporrarse, charranada, alifafes, ablandabrevas, tiquismiquis, mondongo, jeribeque, arrechucho, ¡yupi!, morrocotudo, lechuguino, tuturutú, cenutrio, paparrucha, dar la matraca, eres la monda, camastrón, ¡mecachis!, mirar de hito en hito…Las palabras, como los humanos, nacen, crecen, se reproducen y mueren. Algunas de las anteriores caigo ahora en la cuenta que casi nunca se pronuncian. Es más, tengo la impresión que cada vez la gente hablamos peor y que el número de palabras conocidas y que empleamos habitualmente está bajo mínimos. Y es grave porque como dijo uno que era muy listo pero del que no me acuerdo porque tenía un nombre muy raro, “a menor vocabulario en la boca, mayor ignorancia en el cerebro”.

PASEANDO POR EL PARQUE DEL DICCIONARIO
Ayer me encontré una palabra que no conocía: jelengue. Acudí al diccionario por interés profesional y por amor propio y encontré la solución: alboroto, disputa. Y entonces pasó lo que tenía que pasar: que me enrollé con la jota y me vino el jolgorio, la jocundidad y el jugueteo con las palabras que había en el apartado de tan sonora letra. Y pasé del jingoísta (fanático, patriotero,…) al jorungo (forastero, guiri…) y del juapao (latigazo, varazo…) al julepe (paliza, zurra…). ¡Y pensar que estas palabras hubo un momento en que la gente las pronunciaba con toda la naturalidad del mundo! Así que viajé un rato por entre las páginas joteras y me relamí con palabras olvidadas en mi más escondido rincón cerebral como jabato (valiente), jácara (bulla) , jabelgar (blanquear), jaculatoria (rezo), jajá (tacaño), jalisco (borracho), jeribeque (ademán), jicaque (ignorante), jipatez (decaimiento), jollín (alboroto, pelotera), joto (afeminado), ruanillo (propina, gratificación), juncal (apuesto), jupa (cabeza, testa), juruminga (embrollo)…Pienso que estas y otras maravillas del lenguaje, patria de nuestros antepasados más recientes y de algunos enteraos de ahora, no pueden quedar en el olvido ni reducirse al ámbito estricto de los buenos escritores. Que debería ser patrimonio de todos y especialmente de los juntaletras y juntapalabras que escriben y hablan en los medios de comunicación, empezando por los periódicos, pasando por el cine y acabando por la ramera televisión. Que no deberíamos decir siempre “cotilla” cuando existe palabra tan descriptiva como “juzgamundos”, que “joder” también significa “descomponer(se)”, que el político tal es un “judas” porque es un falso y un traidor a sus promesas electorales y que ya puestos a divertirnos podríamos decir que llevamos un jersey japonés, o sea, amarillo.Cuanta inteligencia hay escondida en un diccionario y qué poca atención le prestamos por pasear tan pocas veces por él. Palabra de Dios, te alabamos Señor, tururú que te vi, chinpón.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado caballero;

Debo confesar que he pasado un rato MUY agradable leyendo tan digno homenaje a las palabras.

Espero que no le importe que reproduzca algunas de las palabras que se ha molestado en elegir para un debate particular.

Saludos cordiales.