martes, 6 de marzo de 2007

EL JEFE MANDA Y TODOS PIERDEN EL CULO POR OBEDECERLE


Que uno sepa, nadie está a la fuerza en un partido político, ni siquiera aunque sea un dirigente del mismo. Pero se ve que en las reuniones, antes de entrar por la puerta, todos dejan el cerebro en la percha y sólo se dedican después a aplaudir al jefe, se llamase Aznar antes, se llame ahora Zapatero. ¿Pero cómo puede ser un partido democrático cuando ni un solo miembro de todo un Comité Federal tiene los bemoles suficientes para levantarse y decirle al jefe...?


-¿No te habrás precipitado, sapientísimo Zapatero, tomando la decisión esa de enviar a casita a ese bienhechor de la humanidad llamado De Juana? ¿No nos dejas con el culo al aire a gran parte del partido, a costa de un tipo al que nada debemos y que nos ha echado un pulso inadmisible, a cambio también de nada? ¿No crees, queridísimo camarada, que hay cuestiones que deben resolverse con más consultas al personal del partido, que para eso estamos?


Ya pasó con lo de la famosa guerrita de Irak. El mamoncete del Aznar (que presumió ante Jose María García de que él “nunca perdía ningún partido” –menudo profeta) hizo lo que le salió de sus gónadas sin encomendarse más que a él mismo y al Bush. Sabemos que el partido le arropó desvergonzadamente, cerrando el pico y el gaznate, aunque hubo algunos que abrieron un poco la boca y el jefe los mandó a galeras o les pegó la patada para adelante. Así que ahora, con el caso del Chaos dichoso, en el PSOE han hecho lo habitual en el “democrático” mundo de los partidos: el jefe toma la decisión junto a su pequeña camarilla y los tropecientos mil pringaos que están más abajo en el escalafón dicen chitón y obedecen. En todo caso, ya se les dará un manual donde figuren escritas las palabras que deberán cacarear cuando alguien les pregunte o les ponga un micro delante de los morros. Eso sí, después salen de la reunión los muy cínicos presumiendo del espíritu crítico de la izquierda, de la rebeldía natural de los socialistas y de otras cuantas monsergas que sólo se creen ellos mismos y los tontos de los pueblos, que hay muchos porque las subvenciones para tapar bocas no sólo corren, si no que vuelan.


-¿Pero, oiga, no va a haber ni una sola voz discrepante dentro del PSOE oficial –los que cortan el bacalao y se lo comen, no los que hacen el indio pegando carteles y repartiendo papelitos cuando llegan las elecciones- que al menos tenga la decencia de discrepar de lo que ha hecho el jefe? Otrosí, ¿no va a haber tampoco nadie en el partido de la oposición –ese Partido Popular que tiene de popular lo que yo de cura- que diga a su jefe respectivo que a lo mejor la genial idea de Zapatero se le vuelve en contra dentro de poco y eso viene bien al partido, así que mejor no hacer mucha leña del asunto? ¿Pero aquí qué coño pasa: que sólo mandan dos tíos en este puñetero país y el resto sólo van de acompañantes en el bautizo, en la boda o en el entierro? ¿Pero esto qué es: una democracia que mangonean cuatro pelagatos o un régimen abierto, plural, donde los propios partidos tienen implantado un mecanismo interno de opinión y debate en torno a las grandes cuestiones de gobierno o acción política?


Que un tal López subraye en plan “pelota-total” en el Comité Federal que no existe "ni una fisura" en el seno de los socialistas respecto a la decisión adoptada respecto al psicópata De Juana Chaos, y que el partido "no sólo defiende al Gobierno, sino al Estado de Derecho en su conjunto y los valores democráticos", viene a confirmar que en dicho Comité todos son muy obedientes, muy sí señor, muy amén y muy lacayos del poder, de su propio poder, o sea, del que emana del gran jefe manitú. Y que encima esta actitud corderil y borreguil la defiendan sacando pecho y presumiendo ser unos progresistas del copón, unos demócratas del amor hermoso y unos izquierdistas divinos, sólo demuestra que a estos tiparracos lo único que les preocupa es el grosor de la cartera (que depende del jefe, claro) y que en realidad son unos fachas del carajo porque un facha es un señor que no tiene opinión más que la del jefe y que si éste le dice “grita”, él va y “grita”, y si le dice “muerde” él va y muerde. Eso sí, después todos estos jefecillos aplican el mismo cuento cuando ellos actúan de mandones en sus áreas de actuación respectivas. La historia, así, vuelve a repetirse: lo que usted diga, camarada, sí señor, le beso el culo y lo que haga falta, a sus órdenes mi secretario general, siempre suyo, mi presidente autonómico, le quiero mucho, señor alcalde…


Asco de gente. Por eso el Puñetas jamás podrá pertenecer a este tipo de camadas, jamás podrá estar en un grupo en el que siempre hay que estar bailando el agua y la píldora al capullo de turno que en cada momento gobierna, jamás podrá pensar y hacer lo que los capos del partido le digan que piense y haga. Porque una cosa es que en un grupo haya opiniones variadas, se sometan a discusión y votación si es preciso y luego se defiendan con relativa vehemencia, y otra muy distinta es que unos pocos piensen y hablen y el resto del escalafón obedezca como ciegos, sordos y mudos. Eso no tiene nada de democracia, monada. Presumir, encima, de gente liberal, progresista, rebelde y otros cuentos chinos, sólo demuestra tener un cinismo descomunal y un morro más duro que el hormigón.


PD: La Ejecutiva Federal del PSOE prohibió hace poco que los dirigentes socialistas participasen en programas de la cadena autonómica madrileña hasta que ésta “no ponga fin a la censura y la manipulación”. Todos, como buenos chicos, asintieron sin ningún rubor y cumplen militarmente con la orden. Sólo un viejo psocialista ya de vuelta de todo y con un poco de decencia en el caletre, ha roto la estúpida norma y acudió hace unos días a decir sus cosas a Telemadrid: Joquín Leguina. "¿Cómo no voy a venir ahora, por qué, porque ha dicho no sé quién no sé qué? Yo soy un hombre libre, todavía". Pues es usted una de las pocas excepciones que aún nos quedan, lo cual es una pena y una vergüenza, y así pasan después las grandes desgracias que pasan…

2 comentarios:

Jc dijo...

Siempre he sido crítico con los partidos "democráticos" (mucho más con los que no lo son, pero al menos estos tienen la decencia de reconocerlo) por su falta de democracia interna.

Yo siempre he defendido que si, como ocurre en este putiferio, existe la disciplina de voto en el parlamento, no tiene sentido estar manteniendo 350 diputados. Con uno por partido que tenga tantos votos como escaños haya obtenido sería suficiente, y, ¿has pensado, amigo Puñetas, la cantidad de pasta que nos ahorraríamos en impuestos?

Juan Puñetas dijo...

Pues no se conforman con 350. Aquí en Andalucía, con lo del Estatuto, pretendieron subir el número de "tragaaldabas" que asisten su culín en el parlamento andaluz. No estoy seguro porqué no salió al final la cosa, aunque me parece que el PP puso el grito en el cielo y no pasó por esto. (Seguramente porque pensaría que a más diputados, más difícil aún de llegar al poder, no porque los tíos estén por la labor de reducir diputados "digitales" -esos que son nombrados a dedo y cuyo trabajo consiste mayormente en apretar con el dedo el botón que previamente les han dicho sus jefes que aprieten-).

Lo tenemos crudo, amigo...