martes, 2 de mayo de 2006

UNA DE PIRATAS Y OTRA DE ANUNCIOS MILAGROSOS





















UNA DE PIRATAS

Ya no quedan piratas como los de antes. Esos que se echaban a la mar a por los tesoros que otros llevaban en los barcos, se jugaban la vida en conseguirlos y mantenían en bastantes casos cierta deontología profesional. Aquellos piratas que ni eran todos tuertos ni tenían la pata de palo, volaron con la modernidad. Los piratas de ahora son de variados pelajes, pero los auténticos –los de pata negra-están localizados en el sector de las telecomunicaciones y nuevas tecnologías. Son los Memosoft, Timofónica, Launa, Sogeplus… Compañías a las que tienes que pagar para poder ponerte en contacto con ellas aunque la razón se deba a un fallo o incumplimiento imputable a su servicio. Pedirles información equivale a perder cinco, diez o más minutos escuchando mensajes de espera, música ambiental mientras se huele el morro y la risa que sus gestores se traen con esta situación. A más espera, más recaudan. Piratas sin moral que no saben darte una respuesta satisfactoria en la mayor parte de los casos. Embaucadores profesionales que te venden humo a precio de oro y que lo hacen porque no tienes otro remedio o alternativa. Trileros que a todas horas te restriegan por los medios masivos de propaganda que son maravillosos y que tu vida está en sus imprescindibles manos. Gentuza que te roba en relación al deficiente servicio que te prestan y a la que -encima- debes de estarles agradecido. En una sociedad en que el pirateo popular alcanza cotas de Guinnes, no está mal recordar el de esta tropa, que ese sí que es de Champion. Claro que no sé quienes son más piratas impresentables: si estas compañías o los gobiernos que toleran sus prácticas torticeras.


LOS ANUNCIOS MILAGROSOS

Muchos de nuestros gobernantes y gentes de bien vivir han encontrado la solución a todos los problemas: hacer anuncios.* Que la gente no abre un libro ni en la sala de tortura: anuncio en las teleles contando lo feliz y contenta que se pone la gente leyendo. “¡Lee, burro, y verás como te desaparece el acné!” Y ya todo está solucionado: la gente se pone a leer hasta la extenuación.* Que el personal se espachurra en las carreteras por exceso de confianza, prisa o distracción: anuncio en las televisiones y asunto solucionado. “¡Entérate que la vida es puro accidente!”. Ya está, un problema menos. Los conductores aprenden el mensaje y la lección y cuando se ponen al volante se acuerdan del anuncio y se vuelven muy modositos y tortugueros.* Que los maridos y novios pegan o matan a sus parejas: anuncio al canto indicando que eso está muy mal y que la vida de la mujer es sagrada. Y ya está todo solucionado. De ahora en adelante, cuando al energúmeno le entra el pronto y agarra la navaja para cortar en rodajitas a la parienta, se acuerda del anuncio ese de la tele y se la clava a sí mismo en profundo acto de arrepentimiento y justicia. * Que cada vez más jóvenes le pegan al canuto y al pincho… pues anuncios, cientos de anuncios diciendo que hay que engancharse a la vida, que es muy maravillosa y que no veas lo que te pierdes. Varios días más tarde la mayor parte de los bares juveniles de la movida y el botellón hacen suspensión de pagos y todos los jóvenes y jóvenas se hacen socios de la Liga Antialcohólica.Esta creencia de que con hacer unos anuncios y echarlos miles de veces en las teles ya se resuelven los grandes problemas sociales es tan absurda como pensar que con hacer una ley la realidad cambia por arte de magia. Pero el sistema ahí está, no funciona pero muchos viven estupendamente del cuento. Como dijo el clásico, “la vida es un anuncio detrás de otro y a ti te encontré en el televisor”. (Aristóteles Cebolleta).

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si, mi dilecto amigo, retomo su frase genial
"....Claro que no sé quienes son más piratas impresentables: si estas compañías o los gobiernos que toleran sus prácticas torticeras."
Las compañías...a lo suyo, que es ganar pasta gansa con o sin deontología profesional.
Solo que a ellos no los hemos elegido ni les pagamos cuando nos ¿aprovechamos? de sus servicios y, en última instancia, nos damos de baja por la buenas o las bravas.
Sin embargo, a tipos como el responsable político de este desaguisado, que se ocupa de grandes expresos europeos y otras zarandajas y zaraopas de mayor nivel, pero no de proteger a los curritos de a pie -que para eso le pagamos- más conocido por "El amontillado", si, pues le tenemos que aguantar cuatro años o lo que la mala pata nos depare. Y aquí no hay baja que valga..y a aguantar a alfalfabetos políticos.
Caro amigo, vamos de mal en peor, pues lo del parche los votamos nosotros con harta frecuencia.
Aguayajo.