viernes, 28 de abril de 2006

MÁS VERGÜENZA Y MENOS MALA MEMORIA



Una proposición de ley de Izquierda Hundida (Unida para los recalcitrantes optimistas) ha declarado esta semana que el 2006 sea el año de la Memoria Histórica, que significa en su jerga (y en la del resto de partidos suscribientes) que la II República fue un dechado de virtudes democráticas, antecedente directo de la Constitución de 1978 que tan felizmente nos cobija. Hace unos días fue también la conmemoración del 75 aniversario de la II República, festejada por cuatro gatos (en mi Málaga, medio millar de personas), pese a lo cual algunos proclamaron hasta quedarse roncos que hace falta la III y dar puerta a la monarquía actual. Y es que algunos quisieran que –como ocurrió con la Segunda- la Tercera República llegase de golpe, casi sin avisar: se hacen unas elecciones municipales y se proclama la República porque se han logrado los ayuntamientos más importantes, aunque se tengan menos votos que la alternativa monárquica. Así respetaron algunos la legalidad de entonces y así les gustaría a otros respetarla en estos comienzos de siglo.


Esto de declarar lo que resta de año como periodo de comedura de coco en torno a la brillantez de un periodo histórico que sólo recuerdan los nostálgicos que no lo vivieron y que lo tienen en el magín mágico de la leyenda, es un ejemplo más de la memez política e intelectual en que estamos instalados en este país de un tiempo a esta parte (o sea, desde hace unos tres mil años, je, je). El que desee estudiar y comprender la II República, que se vaya a una librería y se compre cientos de libros sobre el tema, escritos por gente de derechas, centro, izquierda y mediopensionistas y que, por sí mismo, saque sus particulares conclusiones. ¿A santo de qué viene ahora lo de evangelizarnos desde el Poder y el Gobierno (con lo sectarios y mentirosos que suelen ser siempre, sean de la orientación política que sean) con las historietas y matracas que pasaron hace ya la tira de años?


Corre uno el riesgo (para estos meapilas de la historia) de alinearse con la derecha, el PP, que ha votado en contra de la ley de marras. Me importa un bledo porque a estos maniqueos sólo les funciona medio cerebro, anclados en el “quien no está conmigo, está contra mí”. Allá películas. Pero ponerse a estas alturas –repito, desde el mismísimo Poder y Gobierno- a loar y vanagloriarse de un periodo histórico aciago, en el que hubo más sombras que luces, más violencia que paz, más incultura que ideas, más estupidez que inteligencia, es una torpeza y hasta un suicidio político. Hacerlo de una época que acabó en una tremenda guerra civil de tres años, la cual dio origen a una dictadura durante unos 40 aciagos años, es síntoma de estupidez, candor o maldad. O las tres cosas juntas. Si acaso, habría que mostrar de aquellos convulsos años todo lo que se hizo fatal (que fue mucho) para evitar su repetición con nuevas y actualizadas músicas. Más no es esa la intención de los que propugnan la memoria de aquellos tiempos utilizando la palanca del poder que ahora detentan. A eso todos los santones de la izquierda tradicional (desde Carlitos Marx a Bakunin, pasando por Mortadelo y Filemón), le llaman adoctrinamiento. Quieren adoctrinarnos en las viejas ideas de 1931 cuando nuestro mundo actual y los habitantes de este país –o lo que sea- nos parecemos a aquello como un huevo a una castaña.


Manda narices que esta apoteosis del pasado la defiendan especialmente los grupos políticos que vienen de aquellos tristes lodos. (O quizás será por eso). Tiene bemoles que el PSOE, el PCE (o sea, Izquierda Hundida sin disfraz), ERC y PNV –que ya hacían de las suyas por aquellas históricas fechas- nos quieran ahora vender la burra sobre la bondad de las mismas. Lo que todavía estamos esperando muchos descreídos es que, desde estas variopintas siglas centenarias, se pida perdón en nombre de sus antepasados políticos e ideológicos por todo aquello que no se pudo, supo o quiso hacer en aquel entonces. Señoritos políticos: aunque les duela, aplíquense un poquito de autocrítica partidista y luego dejénnos en paz. Los que -salvo contadas excepciones- estuvieron de vacaciones durante la larga dictadura de Franco (menos el PCE, todos los demás), pretendieron engañarnos durante los últimos 30 años de que lucharon contra ella, como si el personal fuésemos gente boba o subnormal. Ahora quieren retroceder más de 70 años para enseñarnos el Paraíso perdido de sus tatarabuelos políticos. Ya puestos, el Puñetas preferiría que nos trasladasen a la época de Adán, Eva y la serpiente. Aquello sí que debió ser pura ecología, paz y armonía y no lo de estos cantamañanas comedores del pasado y vividores del presente con aspiraciones a seguir chupando del poder en el futuro hasta que la muerte nos separe.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy atinado,"come di solito.." respetado Don Juan, pero la cosa bien parecería una broma si esta tropa no estuviese jugando "con las cosas de comer".
Viendo este panorama que raya en la subnormalidad (alianza de bribones, memoria histórica de pacotilla, elucubraciones simias, etc.) solo caben tres respuestas..
1) No saben que hacer (esto es lo menos malo..) y se dedican a las pijadas..
2) Si saben que hacer, pero creen que así distraen mas a la afición..
3) Hacen prácticas para ingresar en la Real Academia de Historia con temas muy peligrosos.
En cualquiera de los casos, y visto que semejante tropa ha sido elegida por la "ciudadanía", ando buscando ya un hueco en la ciudadanía de cualquier pais, incluida Mongolia, que creo son bastante más racionales y que si se han sumado al rollo de las civilizaciones del Sonrisas es porque no saben en que lío los ha metido este liante.