miércoles, 6 de mayo de 2009

MAREANDO OTRA VEZ LA PERDIZ

Hace ya unos añitos, cuando había que cambiar las placas de matrícula de los vehículos porque la numeración antigua se agotaba, los partidos nacionalistas nos dieron la tabarra por tierra, mar y aire sobre la necesidad de que en ellas figurase sólo el distintivo territorial. Lo de la “E” de España les parecía un abuso de autoridad. Como fue Aznar quien tomó la decisión, optó por la E, claro, y eso –como es lógico- provocó aún más el enfrentamiento entre los paletos periféricos y los paletos peperos. Nosotros propugnábamos entonces que –junto a un número identificativo regulado para todo el Estado- cada conductor  añadiese a la matrícula de su coche las letras y dibujos que le diera la gana (o no añadiese nada). Como es natural, los paletos de uno y otro signo no contemplaron esta democrática propuesta pues funcionan a piñón fijo: imponer siempre “sus” ideas y principios, aunque sea usando demagógicamente palabras como “libertad”, “pluralidad” y “jamalají-jamalajó”.

Hoy, los alegres chicos de ERC vuelven a la carga pues si no se salen con la suya es que no están contentos, los angelicos. Amparándose en que ahora gobierna en “Madrid” un amiguete -que, encima, es del Barça- y que en Francia se acaba de poner en marcha un proceso de regionalización de las matrículas, pretenden que los cuatro euros que todavía nos quedan en los bolsillos nos los gastemos en cambiar nuevamente la placa del utilitario. El argumento de Francia les es muy querido (“incluso en un Estado de larga tradición centralista y jacobina” –dicen los muy cínicos),  pero si tanto les gusta la idea francesa de las matrículas bien podrían transigir también con el tipo de Estado, que en lo de republicano les encantará pero en lo de centralista y jacobino les debe oler a cuerno quemado y vade retro, Satanás. Se ve –sin embargo- que estos niñatos de papá y mamá no soportan lo de estar a las duras y a las maduras, que es a lo que estamos habituados la mayoría de la gente con sentido común.

Si ya el Puñetas tiene unas ganas locas de mandar su coche al paro para  acabar con la sangría de gastos e impuestos que semejante bicho lleva aparejada, sólo faltaría el detalle éste de la plaquita de marras para enviarlo definitivamente a hacer gárgaras. Si a los de ERC les encanta poner la bandera cuatribarrada en la dichosa placa, que la pongan, con burro o sin él, pero a los demás que nos dejen en paz, o sea que nos dejen con la matrícula actual (yo todavía tengo la anterior a ésta, o sea que...).  Dicen los que viajan mucho que están encantados de ir a cualquier parte de Spain y que su coche pase desapercibido, con el ahorro consiguiente de rotura de lunas, rayados de pintura o aperturas del maletero. El que quiera presumir de patria chica, grande o mediana tiene perfecto derecho a hacerlo añadiendo a la matrícula común de todo el Estado lo que le venga en gana: una merluza al pil pil o un percebe, por ejemplo. Porque a cuatro chiquilicuatros de ERC o aledaños les encante llevar la bandera de su patria chica hasta en los calzoncillos y bragas, no vamos a tener que pasar todos por el mismo trágala. Si son tan plurales como dicen con la boca pequeña y mentirosilla, deberían aceptar y comprender a quienes nos negamos a llevar encima todo tipo de banderas, placas y chorradas patrioteras, sean del cortijillo natal o del cortijazo global.

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