viernes, 24 de octubre de 2008

LOS LLORONES, DE MERCADILLO...

Andan llorando todo el año con grandes lágrimas de cocodrilo contra el Estado opresor, pero en cuanto llega la aprobación de los presupuestos estatales pierden el culo por hacerse imprescindibles. Este año volvió a ocurrir: el PNV y el BNG permitieron al Gobierno zapaterino aprobar los presupuestos de 2009. “En aquella pobre democracia elemental de hace cien años –decía Mingote en uno de sus geniales chistes-, se compraban votos por un duro!...” Ahora se siguen comprando pero en los vestíbulos del Parlamento, en un intercambio de carísimos cromos, carente de toda responsabilidad y finura. Se compran votos  -y se venden-  para “sacar tajada”, en palabras reveladoras de José Erkoreka, portavoz del PNV. Y el Gobierno, encantadísimo. Otro trámite más pasado por la trituradora de los votos y la pasta gansa mientras que el primer partido de la oposición sigue tan cegato y torpe como siempre. Hubiera bastado darle algunos votos al Gobierno o abstenerse en unos cuantos diputados para que nos hubiésemos ahorrado el espectáculo habitual de los nacionalistas poniendo el cazo –sin dejar de lloriquear- para tener unos presupuestos generales que, esta vez, nacen más falsos que Judas. Faltaron en el mercadillo los alegres chicos de la CIU catalana, omnipresentes durante muchos años, pero cuando te desalojan del poder ya eres un cero a la izquierda.  Estos sí que lloran a lágrima viva y con razón porque el cazo ya lo tienen otros. ¡Cuánto os echamos de menos, paisas!  

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