miércoles, 16 de abril de 2008

YA ESTÁN AQUÍ LOS CHICOS/AS DE HACIENDA

Éste y los anteriores gobiernos han demostrado su ineficacia en resolver el grave problema hídrico que padece España desde el tiempo de los reyes godos; su incapacidad para dotar a la Justicia de un funcionamiento y organización del siglo XXI (en vez del XIX actual); su incompetencia para ponernos al día europeo en aquello que los ciudadanos más admiramos de los países de nuestro entorno: sus sueldos. La vivienda, la sanidad, la educación, la inflación y otros asuntillos de poca importancia andan como putas por rastrojo, por falta de medios, de organización eficaz o de ideas claras.


En cambio lo de Hacienda funciona a las mil maravillas. Para renovarte el carné de identidad o resolver una papela en cualquier departamento administrativo, incluido Hacienda, tienes que echar el día ante la ventanilla, llevándote el bocadillo para no perder el turno, pero si se trata de sacarte los cuartos no vas a desperdiciar ni un minuto de tu preciado tiempo. La mismísima Hacienda pública te envía a casa un bello sobre con el borrador de tu declaración anual de la Renta. En el mismo te detallan con pelos y señales todos tus números económicos, tus ingresos y gastos bancarios, etc, cosa que ni tú mismo sabes o te has puesto a comprobar todavía. Sólo hace falta una firmita en el borrador o entrar en la paginilla web correspondiente y, et voilá, ya has cumplido con tu deber ciudadano de soltar la pasta para el uso y disfrute de la nación, sus nacioncillas y sus cortijillos.


¡Qué eficacia, qué organización, qué pedazo de informática! Cuando se trata de controlar el bolsillo para sacarte los cuartos, el Estado y los gobiernos respectivos no tienen dudas, ni trabajan lento, ni permiten que escaseen los recursos, ni nada de nada. Todo está perfectamente controlado para que parte de nuestra sangre dineraria se trasvase a las arcas estatales y autonómicas. ¡Qué pericia, qué puntualidad británica, qué primor informativo, qué trato tan exquisito! En asuntos de impuestos, nos tienen supercontrolados pero a cambio nos tratan como a un señor (o señora).


Naturalmente, hablo de los que podemos ser controlados porque somos asalariados y tenemos una nominilla de mierda. De nosotros salen los grandes tantos por ciento de los ingresos, junto a los impuestos que gravan directamente los productos de consumo, y a nosotros dirigen todos sus esfuerzos de gobernantes eficacísimos. Aquellos que no pueden ser tan fácilmente controlados tienen asesores fiscales, carros y carretas legales para escaquear miles o millones de euros sin el más mínimo problema. Las bolsas de fraude fiscal siguen siendo bastante altas pero con lo que aportan los chicos de la nómina mensual ya hay para empezar a tirar de presupuesto y de derroche.


Así que, casi con tres meses de adelanto a la finalización del periodo declarativo, muchos ya tenemos en casita nuestro borrador fiscal, enviado por el eficacísimo Ministerio de Hacienda. El resto de los Ministerios y temas funcionan como pueden… o no funcionan. Ya se sabe que lo primero es lo primero y, a veces, casi lo último. Una cosa es que tengamos que contribuir en cantidades industriales (que esa es otra) a la causa común del país y a los servicios públicos y otra que nos tomen por el pito del sereno en todo lo demás. Son así, los muy tunantes…

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