domingo, 13 de abril de 2008

PARIDAS DE CINE

La semana pasada, la actual Presidenta de la Academia Española del Cine, doña Ángeles González-Sinde, se marcó una conferencia en el Foro de la Nueva Sociedad que tuvo la virtud de no aburrir ni dormir a nadie. Cosa muy meritoria viniendo del cine español (el chiste me ha brotado tan de pronto, que soy incapaz de censurarlo, le pese a quien le pese). De las cosas que allí dijo vamos a destacar unas cuantas, de creer a los medios de comunicación que las han divulgado.


Al parecer criticó que exista “una falsa idea progresista de que la cultura debe ser gratis”. Eso debería preguntárselo a los progresistas oficiales de este país, entre los que se encuentra una gran mayoría del personal que hace cine, a tenor de lo que suelen decir en las entrevistas cuando se les pregunta sobre el particular. Al Puñetas le parece estupendo que en el terreno de las ideas, la cultura y el cinema predominen los críticos, los iconoclastas, los ilustrados y los echaos palante. Así que veamos si lo demuestra una de sus más ínclitas representantes.


Por de pronto, afirmar que la cultura no debe ser gratis (si le damos la vuelta al calcetín del entrecomillado de más arriba) demuestra un apego por el negocio y la retribución pura y dura que nos llama poderosamente la atención. Pero que sepamos nadie va a una sala de cine con la intención de que no le cueste un duro. En realidad, una familia de 4 personas ya no puede ir un día a ver una parida cinéfila actual porque entre la peli, las cocacolas, las palomitas y alguna que otra menudencia, se les va un pico que luego necesitará en la cesta rutinaria de la compra. El cine es caro (como todo) y por ahí (unido a su habitual falta de calidad e ideas -¿para cuando Superman XII o Alien VII?) van los tiros de la falta de espectadores. El personal prefiere engancharse en casa, donde la bebida y las palomitas salen a precios más módicos. Sí, hay que tragarse tropecientos anuncios como contrapartida, pero para eso se ha inventado el frigorífico, el WC, el cigarrillo, el balcón y tantas cosas más.


A la doña se ve que no le gustan mucho las últimas y modernas tecnologías, pues seguramente el personal las utiliza exclusivamente para bajarse pelis gratis que luego se podrán ver en casita tal como si se vieran en la gran pantalla, ¿eh que sí? Sólo le faltó decir “¡guarros, que sólo queréis los gigas para bajaros nuestras extraordinarias películas, por eso no vais al cine a verlas, pasando antes por taquilla!”. Sorprende la fijación oral (y algunos hasta anal) que tienen determinados personajes de la cultura musical y cinematográfica con la interné esa. Si cuando gobernaba la momia de Franco la falta de ideas e industria se solucionaba apelando a la censura de la dictadura, ahora ya han encontrado otro filón: la puñetera ADSL. “Seamos sinceros, ¿para qué necesitamos todos una línea de ADSL de no sé cuantos gigas?, ¿para mandar emails? Telefónica sabe que el 80 % del volumen de tráfico de sus líneas es descarga de archivos” –remató en plan acusador nuestra Presidenta. Pues nada, o cerramos la interné, o que las telecos le manden a la policía un extracto mensual con las descargas de cada cual o, mucho mejor, que el Gobierno aplique un nuevo canon individualizado al personal según los bytes descargados. (Aunque éstos sean vídeos chorras de Youtube o fotos de particulares realizadas en sus viajes por el mundo).

Pero toda actitud crítica y honesta no puede limitarse a poner a parir a los demás, sin antes alabarse a sí mismos. Así que nuestra iconoclastilla Presidenta advirtió que “es vergonzoso y provinciano seguir acomplejados porque somos una industria creativa y consolidada”. ¡Que no falte la autoestima, leñe! También señaló que la industria se beneficia muy poco de las subvenciones públicas (“más o menos como cualquier museo importante”), que los chicos de Hollywood se mueven por las salas españolas como Pedro por su casa, abusando sexualmente de nuestro cine y que las telecacas deben seguir invirtiendo por ley un 5 % de sus beneficios en el cine. La Presidenta considera dicha cantidad como una “compensación a toda la sociedad”. Incluso, ya puestos, dijo más clarito que el agua: “Debería considerarse al cine español como un instrumento estratégico en la economía del país. Esto lo saben en EEUU. El cine es la locomotora que tira de otras industrias: vende historias, razones, ideas... Hay que proteger al cine europeo de la aniquilación, porque es un material sensible y vulnerable". Alguien que defiende lo propio con tanto ardor como lo hace doña Angelita merecería que la aplaudieran hasta con las orejas, cosa que hago en estos momentos: plis, plas, plis, plas.

También nos ha llamado la atención su alusión a que “puede haber una fuga de talentos” como ocurre en el ámbito científico. De hecho –esto ya lo decimos nosotros- Penélope y Bardem, dos científicos más talentosos que don Ramón y don Cajal, ya están ganándose los garbanzos y las habichuelas en los USA. Tiene la impresión este humilde juntaletras (anclado en el cine clásico) que la doña, tras los besos y abrazos de rigor preelectorales, está pidiendo hora a mister Zapatero (mejor actor que Bardem, de aquí a Lima) para reclamarle la pasta prometida. Por mi parte lo veo muy saludable, pero al precio que se está poniendo la cesta de la compra y el paro, me parece que los científicos que vamos a tener que largarnos a trabajar a otros países vamos a ser nosotros, esos pelagatos y currantes a los que nunca nos dedican ningún Festival, por no hablar de que no nos ponen jamás ninguna alfombra roja para que desfilemos glamourosamente por la calle y aceras. ¡Nosotros sí que estamos jodidos, doña Ángeles!

== VIDEOTECA ==

GRANDES MOMENTOS DEL CINE – Una selección como otra cualquiera…

MOON RIVER - AUDREY HEPBURN

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Suscribo totalmente la frase de la Vicepresidenta primera del Gobierno de la Legislatura pasada, la juez María Teresa Fernández de la Vega: "el cine es cultura, pero también es industria".

Lo que pasa es que se me hace que eso fue en la Legislatura pasada, y queda algo lejos. Tan lejos como que no volvemos a pasar por ella nunca más.

(¿Será malo seguir diciendo "la juez" en vez de "la jueza"?).

Juan Puñetas dijo...

Pues sí, el cine es cultura e industria (chica lista, doña Mari Tere, tú y yo, je, je), pero yo diría que ni un 10 % de las películas que se han hecho desde que se inventó el cine hasta ahora merecerían llamarse cultura. El principio general es perfecto, pero fallan los casos particulares. (Igual que no todo lo que se publica como libro es literatura o cultura).

Dejo aquí (evidentemente, para provocar) un par de perlas cultivadas nacidas de mi reflexión irreflexiva y de una lectura del libro "La fábrica de sueños" de Ilya Ehrenburg (Editorial Melusina), quien vio nacer el cine con sus propios ojitos:

"En la fábrica de sueños se imbrican intereses económicos de enorme calado así como estrategias políticas guiadas por una nueva razón de Estado". "El cine, y no la religión, es el verdadero opio de las masas, un paraíso simbólico de dos dimensiones en el que anhelamos zambullirnos cada noche para olvidar nuestras propias y efímeras vidas".

Supongo que la señorita Sinde no estará muy de acuerdo con estas peregrinas ideas...¿O no son tan peregrinas?