viernes, 14 de septiembre de 2007

CRISIS EN EL TRINQUE DE LA VIVIENDA: ¡QUÉ BIEN!


Vengo leyendo desde hace meses que el negocio de la vivienda ya no es lo que era. Que el personal ha dejado de comprar tanto piso, chalé y nicho. Que eso está implicando una desaceleración en el sector de la construcción que puede acarrear una seria crisis económica, una elevación de las tasas de paro, un cierre masivo de inmobiliarias, tropecientas suspensiones de pagos y otras lindezas. A lo cual que el Puñetas dice ¡qué bien!, encantado de que lleguen las vacas flacas a un sector que ha vivido más cerca del “latrocinio” durante los años de vacas gordas que del negocio “honrado”.

Sé que miles de trabajadores (muchos de ellos inmigrantes) se quedarán a dos velas: sabemos desde que el mundo es mundo que en los grandes negocios el personal asalariado sólo recibe las migajas y que en las ruinas el premio es una patada en el culo y, si hay suerte, un pequeño desempleo. Lo que no podía ser es que en este país la construcción de viviendas fuese superior a la que se realiza en los principales países de la Unión Europea…¡juntos!, y que pese a tan altísima oferta, los precios estuviesen por las nubes, subiendo sin parar año tras año, mes a mes, semana tras semana, como el Puñetas pudo comprobar personalmente cual notario aficionado. Y para rematar el gran timo al consumidor, ofreciendo unas construcciones en lugares inverosímiles (cuantas inundaciones previsibles!), con deficientes acabados y usando materiales de segunda cobrados a precios de escándalo. Miles y miles de familias, necesariamente hipotecadas hasta las cejas, pagando cifras estratosféricas por un metro cuadrado de aire rodeado de ladrillos. Centenares de políticos chupando del frasco de la vivienda con artimañas legales y paralegales, de las que muy pocas han salido a la luz pública. Empresarios corruptos y plusvalías intolerables de los mercenarios del negocio. Todo un maravilloso ejemplo de lo que no debe ser una política de vivienda, considerada en los papeles como un bien de uso público. Un enorme tejemaneje (del que unos pocos se han beneficiado a costa de muchos miles de perjudicados) que nació en la era Aznar y ha perdurado en la de Zapatero, con unas ministras florero de escasa experiencia, poquita formación técnica y mucha voluntariedad de cara a la galería.


Ahora el sector empieza a llorar con hipócritas lágrimas de cocodrilo. ¿Dónde estábais cuando os llenábais los bolsillos a manos llenas? ¿Nos tomáis por idiotas? Muchos nos alegramos de que determinadas inmobiliarias se vayan al carajo (no valían nada más que para el engorde artificial del mercado), y que algunas constructoras de medio pelo se hundan (es lo que se merecen). Ley de vida: en los tiempos de naufragio –que tenían que llegar tras la avaricia desmedida y el saqueo consentido- suelen sobrevivir sólo los más fuertes, aunque sería deseable que también lo hicieran los más honrados, que algunos había en el sector. Son las leyes del mercado y tal, ¿no? Si antes buscabas un albañil para hacer cualquier chapuza, la broma te podía costar un ojo de la cara. Ahora, se ofrecen a precios “baratísimos”, atiborrando de ofertas los buzones y las farolas del barrio. Los que no oyeron nuestras quejas cuando la situación les beneficiaba tan artificial y descaradamente, no esperen que ahora sus lamentos sean comprendidos por la gran mayoría de afectados. Así que el que compró un piso, o dos o tres para especular, que se los coma ahora con patatas.


La famosa burbujita de la vivienda desmedida y y sobrevalorada, un día u otro tenía que reventar. ¡Y bien reventada está!


Jodé, qué descansao me he quedao hoy con este desahogo…


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POR UNA VIVIENDA DIGNA



LA CASITA DE PAPEL - LOS GOFIONES

3 comentarios:

FREIXO DE ESPADA A CINTA dijo...

Mi siempre admirado D. Juan:
Participo de su opinión sobre la especulación ligada a la vivienda, pero ....y aquí está mi reserva...¿Puede decirme que sector económico -incluso, y esto es lo más grave, entre los gestionados, participados ó tutelados por las instituciones públicas- no se rigen por criterios casi exclusivamente especulativos.
Si ello es así....¿Por qué un currito con sus ahorros o un pequeño empresario con los suyos no puede encauzar su economía hacia aquello que puntualmente genere más valor?.
Y felicitémonos que haya sido así, pues con la cuasi impunidad con que se mueven ciertas actividades ilícitas, muchos ciudadanos y grupos empresariales se hayan ido al vulgar "ladrillo".
Y que conste que disiento totalmente de la especulación salvaje como método de enriquecimiento, pero, en vista del panorama -especialmente, las corruptelas en el entorno político-, parece que es pragmáticamente ético.
Siga Vd. saludablemente...

Juan Puñetas dijo...

También admirados saludos, don Freixo. Entiendo perfectamente lo que opina al respecto: en la cosa de la vivienda, como en otras, no todo es podredumbre y corrupción. Por ejemplo, sé de gente que se ha embarcado en una segunda vivienda como medio de asegurarse un poco su vejez ya que ese patrimonio -en su día- le dará unos recursos que de otro modo nunca tendrían. Y mientras tanto podrán disfrutarlo hijos y allegados. O sacarse unas perras extras con el alquiler, para seguir tirando.

Mi "reflexión" de hoy era un tanto primaria, al punto que la catalogaba de "desahogo" en el último renglón. No por nada personal o ajuste de cuentas (ya sabe que el Puñetas es un ser algo etéreo, que suele estar por encima del bien y del mal, como es lógico en un personajes de ficción), pero cuando oye uno decir a muchos constructores (que se han estado poniendo las botas en estos años) que la situación actual es de crisis, que necesitan ciertas ayudas -obras públicas, por ejemplo- y sus quejas nos llegan por tierra, mar y aire, pues uno va y les dice agriamente que menos lagrimitas y más trabajar pensando en los demás, y no sólo en el negocio. Y que a las duras y las maduras. Las vacas gordas y las flacas, etc.

Encantando de tenerle por aquí de vez en cuando y, amigo, sin reservas, dígame lo que estime conveniente. Uno anda por la vida tambaleante y dudando de casi todo, por más que a veces parezca lo contrario, por necesidades del guión. Cuando no hay contraste de pareceres, crítica y opiniones diferentes, llegamos a lo que suele abundar en la esfera política: el encefalograma plano, el sí señor, el soy más chulo que nadie...

FREIXO DE ESPADA A CINTA dijo...

Obrigadinho, amigo....