viernes, 2 de febrero de 2007

ATENTOS, DESGRACIAOS: ÉL, “NO ES UN CIUDADANO MÁS”.


Menudo cabreo ha pillado el señor Ibarretxe, mandamás mayor del País Vasco –con permiso de la Eta-, porque el Tribunal Superior de Justicia de su querida nación le ha pedido explicaciones sobre el encuentro que mantuvo en la sede de la Presidencia del Ejecutivo de Vitoria con tres pobres diablos de Batasuna, dentro de la ronda de conversaciones con los partidos vascos iniciada por el lehendakari tras la declaración del alto el fuego de ETA. La Sala de lo Civil y Penal ha decidido admitir la querella criminal presentada tras dicho encuentro por el colectivo Foro de Ermua. “El tribunal tiene que considerar si en aquella reunión se desobedeció la sentencia de ilegalización de Batasuna, en base a la Ley de Partidos, y si se quebraron las medidas cautelares impuestas por la Audiencia Nacional, que suspendió sus actividades como formación política”. (De la prensa). Bueno, pues el cabreo de don Juan José es de los que hacen historia, apoyado naturalmente por su partido, que tampoco es manco. Fíate tú del agua mansa y de los que hablan mansurronamente cual hermanas ursulinas.

El Puñetas -viendo el espectáculo- también está cabreado, pero como el menda es un don nadie, un desgraciao de los pies a la cabeza, no puede presumir como don Juanjo de tener a su lado tropecientos cargos públicos y privados lamiéndole la píldora. Pelotillas del partido peneuviano y del gobierno ibarrecheril que afirman sin ningún rubor que don Iba “no es un ciudadano más”. Eso ya lo sabíamos, criaturillas. Como sabemos que por mucha Constitución y Estatutos varios, en este país hay dos clases sociales perfectamente definidas: la clase dominante y la clase dominada. (Mira por donde, ahora le sale a uno la cultureta marxistoide que mamó en sus años mozos de estupidez política). Dentro de la clase dominante se encuentran, por supuesto, todos los meapilas del poder, sean de derechas, centro, izquierdas o medio pensionistas. Esos a los que, en épocas electorales, les ves venir apresurados para pasarte impúdicamente la mano por el lomo y babearte que eres un ciudadano con múltiples derechos, que la ley es igual para todos y que les votes, por el amor de dios. Luego el personal deposita el cheque en blanco en la urna y la estafa adquiere rango de ley: si te he visto no me acuerdo. Trincado el voto, los Ibarreches de turno se dedican a lo suyo: a violar al personal, exigiéndole encima que grite de placer y lo agradezca mirando para otro lado.


Bonito espectáculo, oye, pero a veces se pasan de la raya en la desvergüenza, la prepotencia, el embuste y la jodienda, así que los desgraciaos de turno más lúcidos y echaos palante tenemos perfecto derecho a llamarles entonces trileros, chulos y otras inocentes lindezas, infinitamente más livianas que las que ellos nos endilgan cuando agarran la vara de mando para arrearnos en los lomos y el cerebro, sin piedad alguna ni remordimiento. También tienen derecho a desahogarse los parias que sólo participan en la historia como sujetos pacientes y dolientes.


Uno quisiera ver al lendakari tan cabreado como ahora cuando sus primos hermanos descarriados de la Eta hacen de las suyas matando o arrasando todo lo que encuentran a su paso, sea un autobús de viejecitas o un contrarrevolucionario cajero automático. “Estoy imputado por hablar para arreglar las cosas” –ha bramado nuestro Pepe Gotera vasquista, cogidito de la mano de su compañero de fatigas y chapuzas parlanchinas, don Otilio Imaz. “Tengo un compromiso político con la sociedad vasca” –ha tronado el hombre, aunque ya sabemos de sobra qué entiende por “sociedad vasca” y a quienes integra en ella. “Volveré a reunirme en el futuro con todas las sensibilidades políticas” –ha susurrado tiernamente, al tiempo que acariciaba una serpiente de peluche.


El problema vasco que nos viene dando por saco desde que apareció la Eta, se ve que es ahora una cuestión de sensibilidad, solucionable con una charleta voluntariosa con los primos etarras y batasunos, txiquito en mano. Bueno, también hará falta un milagro proporcionado por San Sabino Arana y todo el santoral limítrofe, pero don Juanjo no puede decirlo públicamente pues entonces sería el hazmerreír de medio mundo ateo y se rompería en mil pedazos su fabricada imagen de hombre serio, moderno, trabajador y hasta progresista. Lo cierto es que entre don Iba y sus antecesores llevan ya más de 25 largos años intentando el sexo oral con los etarras, pero a estas alturas de la película (pornográfica, por supuesto) todavía no hemos pasado de un casto beso en la mejilla. Y es que los primos hermanos de la eta van más por lo anal que por lo oral. No sé si me explico. En cualquier caso, si llamo “incapaces” a todos los lendakaris de la actual democracia, no estaré haciendo si no un acta notarial. Siendo tan suyos con lo suyo, espero que no tengan la desfachatez de echarle toda la culpa del fracaso a “Madrid”. Si lo de la violencia asesina de Eta va ya para cuarenta años, supongo que algunas cuotas de responsabilidad tendrán los gobiernos vascos y el PNV en su inicio y en que hoy todavía estemos prácticamente igual que al principio, pese al intento de seducción con el piquito y la lengua.


Tiene el buen hombre “la conciencia limpia” y “la seguridad de haber hecho lo que debía”. Todos dicen lo mismo. Ninguno se equivoca. Siempre actúan por el bien del prójimo, hasta cuando le fastidian. Si es que son unos benditos a los que habría que canonizar cuando se mueran. Y todos demócratas, claro. El no va más. A su lado el resto de los mortales somos unas vulgares colillas. La razón siempre la tienen de su parte. Supongo que porque la compran, claro. Con estas mimbres -volviendo al camarada-, en el futuro mantiene que seguirá haciendo "lo mismo, con todos" (o sea, con los suyos). "Lo he hecho, lo estoy haciendo y lo seguiré haciendo", mantiene el lehendakari en plan chuleta. "No se puede criminalizar el diálogo" –ha dicho el muy dialogante. ¡Pues, oiga, debe usted dialogar fatal porque los años pasan y seguimos empantanados! No sé, déles un puesto de trabajo en la policía autónoma a esos tipos de las pistolas, regale varias asesorías jurídicas a los jerifaltillos de Batasuna, póngales un pisito o un comercio de bebidas a los chaveas de la kale burroca esa, convenza a los más irreductibles y cabezones a golpe de jubilaciones anticipadas y viajes al Caribe con todos los gastos pagados… ¡Haga algo, hombre, aparte de darle a la sin hueso! Para eso, en la transición, les dejaron a ustedes el kiosko casi en propiedad, para que hicieran lo que a estas alturas todavía no han empezado: limpiarlo de malas hierbas y olores. Claro que a lo mejor no les interesa pues entonces la gente sería más libre, no tendría miedo a expresarse ni a criticar en público, votaría a quien le saliera de la perinola y, en fin, entonces podrían pasar esas cosas que la morrallita vulgar y corriente suele hacer cuando no hay nadie que les retuerza el pescuezo, cuando no hay nadie por encima de la ley, o sea, ni usted, don Juan José, ni el PNV, ni el capo del sindicato, ni el matón batasuno con cara de cerdito, ni el pistolero paranoico. Todos iguales, cosa nada difícil en un lugar o nación tan pequeñita como el País Vasco. ¿Es pedir la luna?


En fin, queridísimos embusteros. Cada pueblo tiene el gobierno y gobiernillos que se merece y este axioma no admite componendas dialogantes. Sigan por tan brillante camino y luego me lo cuentan en el más allá. Suponer que van a arreglar el cotarro de la teta vasca con un poco de cháchara y dos excarcelaciones es algo que ni al más crédulo de los crédulos se le pasa por la imaginación. Además, que mientras las años pasen con el timón al mando… que nos quiten lo chupao. Así lleváis 25 inviernos y los que te rondaré, inútiles míos.


PD: Noticia de estos mismos días. “Tony Blair, interrogado de nuevo por la policía en relación a una supuesta financiación irregular de su partido”. Don Antonio se lo ha tomado con la habitual flema británica. Igualico, igualico que el lehendakari chulito…

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