viernes, 13 de octubre de 2006

UNA DE CRÓNICA NEGRA PARA AMARGAR A LOS OPTIMISTAS...


Yo es que alucino, vecino. O el personal está empezando a volverse tarumba perdido por esas cosas del cambio climático, la falta de cultura, el exceso de telecaca y una alimentación que ataca a las neuronas, o es que el que está como una chota es el Puñetas. Es que mira uno hacia el mundanal ruido que nos envuelve y es que no oye más que estrépito. Y sino hagamos una ligerísima prueba. Cojamos un periódico cualquiera y echemos una ojeada a lo que trae. Y para que no se diga que tiro hacia un lado o hacia otro, escojo un diario modesto, “La Opinión de Málaga” en su edición del miércoles 11 de octubre, a ver qué se cuenta. Verán que la cosa es para mear o para llorar. Una pena, penita, pena.


Empieza el asunto frenopático con que el Roca, no el de los sanitarios sino el mangante de Marbella que ha robado a manos llenas en los últimos años, se va a querellar contra la dirección de la cárcel en que se encuentra porque los funcionarios le quitaron cuatro cuadernos de notas, pensando que podía afectar a la seguridad del Centro. Ya hasta los delincuentes se ponen gallitos. Como Raúl V., de 26 años, que conducía sin carné a 170 km/h. Se saltó un control policial y huyó. Lo detuvieron porque se estrelló contra un árbol. Confesó y logró que un juez le redujera la pena a 16 meses de cárcel, que no tuvo que cumplir, claro. Apenas 24 horas después de salir del juzgado, se fue de bares… a robar. Con un par, oye. Y es que tiene uno la impresión que los chorizos y delincuentes saben que en España hay mucha manga ancha, cuando no impunidad, a la hora de reprimir el delito. Quizás sea la explicación por la que gente aparentemente normal se lía la manta a la cabeza y la emprende a tiros o a fuego con la parienta, en un ejercicio cobarde al que nadie pone coto. Ya van casi 60 mujeres muertas este año a manos de sus “queridos” cabestros, quienes seguramente se lo habrían pensado mucho si tuvieran conciencia clara de que aquí el que la hace, la paga. O sea, que ante asesinatos de este calibre, sólo se sale de la cárcel con los pies por delante y metido en una cajita de pino o de cartón.


Mas como parece que todo el monte es orégano, pasa lo que pasa. Se apuñala a la pareja en plena calle, o se la pega fuego quemándole el 97 % de su cuerpo ante el vecindario, o se mete la faca al médico del Centro de salud, con luz y taquígrafos. Así que ya tenemos hasta guardias jurados en muchos centros médicos, como el de la Trinidad de Málaga, donde casi el 75 % de los profesionales que allí trabajan han sido víctimas de algún incidente violento. Cuando no aparece el típico suicida que se lleva por delante a quien sea, a lomos de un coche, una jeringa o un destornillador. Sólo el Hospital Clínico de Málaga atiende cada día tres intentos de suicidio. La salud mental se arrastra por el suelo.


Así que a nadie puede extrañar que en los colegios e institutos se reclame policía, que estés tan tranquilito en tu casa y entren unos gachones cuando duermes y te roben hasta los calzoncillos o que te apaleen en ella para quitarte el reloj y los empastes. O que vayas a dar un mitin a Cataluña y pretendan romperte las muelas unos jóvenes pacifistas de “izquierda” (hoy día cualquier tonto del haba se dice progresista), para los que el adversario político mejor descalabrado y en el hospital que dando un mitin “fascista”. Y como el ambiente es de leña al mono, pues nada, se suspende una cumbre europea que iba a tener lugar en Barcelona dentro de unos días por la sencilla razón de que el gobierno zapatético tiene temor a los altercados. Una prueba más de que la calle es de los protestones violentos, los desalmados, los delincuentes, los chorizos y los alcohólicos del botellón que lo dejan todo perdido. Y una demostración palpable de que tenemos al ministro del Interior más incompetente e inútil que uno recuerda en muchos años: un tal Rubalcaba.


Y como el ambiente general es de “aquí vale todo”, lo mismo hallan a una recién nacida abandonada por la madre que la parió dentro de una bolsa de plástico en León (hasta el instinto maternal hace aguas), que se detiene a 19 tíos por vender droga en Jaén (con lo saludable que es el colocón de comerse un buen trozo de pan con aceite de oliva) o que encuentran muertos a tiros a dos recién casados en Castellón. Por no hablar del caso más paradigmático sobre la situación demencial en que nos encontramos: cuatro policías resultan heridos al ser agredidos en pleno centro de Madrid y ante decenas de ciudadanos cuando trataban de identificar a un individuo, que respondió atacándoles con un cúter. Ya hasta una patrulla de polis cae ante el desquiciado ataque de cualquier mindundi.


Todas estas maravillas de la delincuencia y el lumpen aquí contadas se han entresacado (había muchas más) de las páginas de un modesto periódico local, en un sólo día y por el módico precio de un euro. Moraleja: tenemos un presente estupendo y –de seguir así- un futuro aún más prometedor. Pese a todo, los hay que se empeñan en ser optimistas y ven siempre el mundo de color rosa . Gente con suerte…

2 comentarios:

Jc dijo...

Hace ya algún tiempo que un buen amigo me decía que aquí ibamos a terminar como en el oeste: todos con un colt 45 al cinto. En aquel momento le llamé exagerado pero, tal como van las cosas, me temo que al final tendré que acabar dándole la razón.

Anónimo dijo...

Entre el oeste y algunos lugares actuales, me quedo con el Oeste. Y entre las películas del Oeste y la basura ultra violenta de muchas de hoy en día, me quedo con las primeras.