viernes, 6 de octubre de 2006

LA CULTURA DEL LADRILLO


Llámase cultura al conjunto de modos, costumbres y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, etc de una época, grupo social… Así que si el Puñetas habla de “cultura del ladrillo” no está haciendo ninguna gracieta sino reflejando un hecho absolutamente diáfano: en España el ladrillo es el punto de apoyo sobre el que gira toda nuestra actividad tribal. A ver si no. En este patio de Monipodio, todo gira en torno a la construcción. Somos un país de hormigón. Y “construcción” y “hormigón” riman con “corrupción”. Así de claro.


El año pasado se construyeron unas 800.000 viviendas. Dicho de otra manera, cada día se urbanizaron terrenos equivalentes a 3 campos de fútbol. Se hicieron más viviendas que en Alemania, Francia y Reino Unido ¡¡ juntas ¡! ¿Alguien lo entiende?


Cuando en muchos países el motor de la economía es el I+D, la industria, la ciencia, las nuevas tecnologías… aquí seguimos en lo de toda la vida: el ladrillo.


Algún imbécil podría pensar: pues vale, en España (donde el sentido de la propiedad de un pisito o casucha es casi genético), con tanta construcción y la oferta consiguiente, las viviendas estarán casi regaladas. ¡Tururú! Además, es un país muy extenso, con ingentes cantidades de pueblos abandonados, paisajes interiores de gran belleza, donde una modernización constructiva facilitará la recuperación y regeneración de esas zonas. ¡Tururú!


Aquí se rompen todas las reglas de juego y de la baraja. La vivienda está a un precio absolutamente insoportable para un bolsillo medio. Meterse en una significa entramparse para 40 ó 50 años. Encima las construcciones son de asco, con una pésima calidad, unos acabados de juzgado de guardia y un respeto hacia los derechos del comprador que raya en el insulto. Y se está destruyendo, o ya se ha destruido, el patrimonio paisajístico y cultural de cientos de años. He vuelto a pasar hace poco por lugares que no pisaba hacía tiempo, la Sierra de Cazorla (parque natural) o varios pueblos típicos de Málaga. Todo está irreconocible. Construcciones por todos lados mientras las infraestructuras siguen siendo las de antaño. Hoteles de cuatro estrellas en pleno corazón de la Sierra citada, de reciente construcción, con una carretera que no parchean desde hace 30 años. Centenares de chalecitos (nichos) adosados donde antes había una costa despejada o un hermoso cerro. ¿Pero esto qué eeeeeesssssss?


Cada día se están poniendo dos denuncias en Málaga porque las constructoras ocupan los arroyos. Hay una ley de aguas que impone sanciones de hasta 600.000 euros e incluso la demolición de la vivienda a quien ocupe el cauce de un arroyo. Bueno, pues siguen construyendo con total impunidad. En el arroyo de Totalán se ha construido un centro comercial que tapona el 60 % del cauce. Y no pasa nada, salvo que algunos han puesto la mano y se han forrado, claro.


Incluso en las ciudades asombra la desvergüenza de la desaforada construcción, a precios siempre de oro, plata y platino. El Ayuntamiento de Málaga acaba de inaugurar un aparcamiento para los vecinos en una barriada de la ciudad. El suelo era municipal así que no ha costado un duro. Cada plaza de aparcamiento (donde para meter el coche tienes que doblarlo por la mitad) cuesta 12.300 euros. Y el aparcamiento, a los 50 años, tienes que devolverlo. ¿Pero cuánto cuesta un kilo de ladrillos, un cuarto de cemento o el metro de cable de cobre o de PVC? ¿Pero a cuánto está la hora de peón albañil, de arquitecto que firma un proyecto y desaparece, de aparejador que duerme la siesta bajo un muro y así luego sale lo que sale? No me extraña que las empresas de la construcción hagan su agosto, septiembre, octubre y todo un quinquenio con una obrucha cualquiera. Eso sí, a la autovía (esta es otra, lo de las grandes obras públicas) se le abren las carnes en un par de años y el puente hay que apuntalarlo al cabo de un mes de situarlo no vaya a ser que pille a alguien debajo y la caguemos.


Una fiebre constructora en la que los políticos de todos los colores y careto mojan la oreja y el culo. Y menudas fortunas están haciendo tapándose los ojos y poniendo la mano para que caiga una manta de euros. Un dato: en Grazalema, empresarios irresponsables han desviado el cauce del río Guadalete a su paso por el pueblo hasta otro construido artificialmente donde más les convenía. Y el Ayuntamiento y la Junta, de turismo por las Bahamas. Cuando EL MUNDO de Andalucía y Ecologistas en Acción denunciaron el asunto, todos empezaron a gimotear y a poner denuncias en los juzgados. ¡Pero qué fariseos y qué sinvergüenzas!


Ahora, muchas constructoras importantes están haciéndose dueñas de las principales compañías eléctricas del país. Abren sus tentáculos a nuevas fuentes de esquilmación. El Gobierno ya ha anunciado que va a subir el recibo de la luz. Aconsejo el avituallamiento de velas y pilas porque en un par de años la electricidad estará por las nubes y será de una calidad ínfima. ¡La madre que los parió a los unos y a los otros!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ay¡ Mi querido amigo...ha dado Vuecencia (excelencia es atributo al
mérito no al cargo, y el mérito es suyo)en el clavo.
Sabe VE que
1)Nuestro políticos son fiel reflejo de la sociedad
2)El "ladrillero" corrompe con su dinero
3)El "político" es corrupto con NUESTRO dinero.
4)Las sociedades más avanzadas optan POR CONTROLAR CON RIGOR
al que tiene el poder. Vg.: Si le pillan con las manos en
la masa, dobla o triplica la pena respecto a delito similar
en el ejercicio de la actividad privada.
Aquí pillan (haciendo a veces un pacto de sustitución)a cualquier funcionario,
jefe de obra, pagador, etc. para que se "haga cargo del asunto" y hasta la
próxima. O a propio "ladrillero", que si protesta no toca
otra obra en su puñetera vida.
Y luego, nuestro concejal, consejero, etc., encima perdonándonos
la vida y dándose bombo como ejemplo de honestidad.
6)Y lo más grave: El poder judicial no es hoy una garantía
para corregir estos desmanes. Ya se han encargado de cargar
la división de poderes.
Salud y siga así...denunciar tipo "dazibao" es lo único que nos
a los gobernados.

Jc dijo...

Pero eso sí, en los maravillosos planes de vivienda de nuestros siembre bien amados políticos figuran barbaridades como los famosos ¿pisos? de 30 metros cuadrados. Y esos, con suerte, en 25 añitos de nada los has pagado. ¿Te parece poco, amigo Puñetas? Te han reducido a la mitad el tiempo de hipoteca. Eso sí, a cambio, te has dejado por el camino dos tercios de lo que es una vivienda normal y tres cuartas partes de tu sueldo de esos 25 años y un 98% de tu paciencia y capacidad de aguante.

Anónimo dijo...

¡Bien hallado, amigo Galitzia! Ya le hacía exiliado, emigrado en cayuco hacia algún país del Primer Mundo.
Celebro el reencuentro y pásate por aquí cuando gustes. ¿Reanudarás la bitácora o mejor no meneallo?
Deduzco de tus conclusiones (que comparto hasta la última coma) que consideras que no vivimos en una "sociedad avanzada". Pero, hombre de Dios, con la de gente tan estupenda que tenemos haciendo política, deporte, cine, empresas... ¡Pero si somos el país más avanzado del mundo en libertades y perendengues! Ve la última ley de Dependencia, más bella y brillante que un sol, pero a la que le pasará lo que a casi todas: que no habrá dinero suficiente para financiarla y al final será una chapuza y una frustración. Claro que esto no lo predicen sus autores, pero los perros viejos que venimos ladrando y lamiéndonos las mismas heridas desde hace la intemerata de tiempo, ya desconfiamos hasta de nuestra sombra, cuanto más de la de esos políticos corruptos, ora con el ladrillo, ora con lo que le caiga del erario público. Un saludo a Vuesa merced y aquí tiene su casita.

Juan Carlos pone en la llaga no un dedo sino la mano entera. No sólo se forran con el ladrillo sino que encima nos hacen pedorretas sacándose de la manga pisuchos de 30 metros cuadrados que valen como si fueran palacios de marajás. O sea, que te entrampas a 25 años en vez de a 50, pero a cambio vives en un cuchitril donde la cama y el frigorífico son casi incompatibles por la falta de espacio. ¡Tiene bemoles la cosa! El otro día, un amigo estuvo mirando algo similar por Benalmádena pueblo, que ya no tiene nada de pueblo y sí de tugurio de adosados y apartamentos de una habitación y cocina. Eso sí, con el campo de golf al lado. Tan al lado, que el hoy 14 lo tienes a un metro de la ventana. Con vistas magníficas a la piscina (siempre que te subas al árbol que casi se te mete por la chimenea). Y al módico precio de 40 millones de las antiguas pesetas. Oiga, una ganga, poder jugar al golf y bañarse en una piscina casi olímpica por ese precio. Y tener una chimenea con la que pasar los crudos inviernos de Benalmádena (una media de 20 grados). A lo que mi amigo, un incrédulo y un chistoso, respondió a la vendedora con su sorna habitual:

-Me parece buena idea lo del golf y la piscina, porque la covachuela es tan pequeña e inhóspita que invita todo el tiempo a estar fuera de ella, y qué mejor que practicar deporte sin salir de la urbanización. Y cuando lleguen los amigos no hay que preocuparse por donde recibirlos: por el campo de golf o la alberca.

Mi amigo sigue buscando pocilga a precio de saldo. Ni en lo alto del cerro más abandonado de la provincia la encontrará, pero él es un tío optimista y persistente. Que Alá le acoja en su gloria...

Anónimo dijo...

Pronto, amigo y dilecto Don Juan, volveré a parir gritando contra tanto desafuero. Aunque no espero grandes resultados de estos gritos, pues en mi ánimo preveo ya nacionalizarme luso y abandonar la alianza de bribones y el pastel de naciones, que tanto gustan a la progresía-caviar e incautos subyugados por el camarada sonrisas.
Aprovecharé mañana un ratillo para contar algunas cosillas de presuntos próceres detestados en el pais vecino, a quienes las urnas u otros factores han castigado sin piedad y aquí se les considera casi como unos héroes. Cosas de Spain...