viernes, 31 de marzo de 2006

MARFEA



De nuevo Marbella (de ahora en adelante, Marfea) en el candelero de la actualidad del choriceo y el mangoneo. La otrora ciudad lĂ­der del turismo en España, cosmopolita y de gente guay, convertida en comidilla general tras el ingreso en prisiĂłn de su alcaldesa y de una patulea de gente afĂ­n. Naturalmente que lo de Marfea es una manera de hablar porque la ciudad sigue tan bella como siempre y la vida continĂşa con las apreturas habituales, pero es inevitable que el personal generalice cuando comenta “la Ăşltima de Marbella”.


Pues vamos a decir un par de cositas que en pocos sitios se dicen. La primera es que desde que el señorito Gil y Gil, aquel pastoso e impresentable presidente del At. de Madrid, un dĂ­a decidiĂł meterse en polĂ­tica, fundar un partido propio –el GIL- y sentar sus corruptelas en Marbella y ciudades colindantes, ya se veĂ­a venir el asunto. El paso del tiempo (más de una dĂ©cada, ya con el caballero de cuerpo presente) no ha hecho más que agravarlo. O sea, que estaba cantada la corrupciĂłn pero aquĂ­ todo el mundo miraba para el otro lado. Los ciudadanos votando por mayorĂ­a absoluta una y otra vez. Ahora, ¿de quĂ© protestan? Tienen lo que han votado, aĂşn a sabiendas de a quĂ© tramposos y delincuentes les entregaban el cheque en blanco. Los polĂ­ticos de la Junta de AndalucĂ­a han estado tambiĂ©n missing porque más de uno seguro, seguro que ha trincado algo, como ya Gil denunciĂł en más de una ocasiĂłn. Ahora parecĂ­a que le iba a quitar al Ayuntamiento marbellĂ­ las competencias urbanĂ­sticas una vez que se olĂ­a la tostada requemada que se preparaba, pero ha llegado tarde. Ni la proliferaciĂłn de vendettas en suelo marfeĂ­, señal de que algunas mafias se han instalado allĂ­ gracias a la polĂ­tica de puertas abiertas que hizo Gil; ni el declive publicitario de la ciudad a consecuencia de tanto escándalo; ni la llegada de gentuza del petardeo famosil han producido cierta regeneraciĂłn de la vida polĂ­tica y pĂşblica de la ciudad. Ahora, por muchas manifestaciones y muchas gaitas que los dirigentes nacionales y regionales proclamen, ni por muchas protestas vecinales que hagan los hasta ayer mismo miopĂ­simos habitantes de la ciudad, nadie va a evitar el descrĂ©dito y el cachondeo de Marbella, la ciudad con mejor clima de España y de Europa, oferta turĂ­stica incluĂ­da. Como siempre, en este paĂ­s llegamos tarde a la funciĂłn. Cuando ya se está bajando el telĂłn empiezan a aparecer por la puerta los primeros espectadores. Tragad ahora como estĂşpidos lo que no supĂ­steis arreglar o cambiar como seres inteligentes.


Pero hay otra cuestiĂłn más, nada baladĂ­. Marfea es el chivo expiatorio perfecto para los piratas de la distracciĂłn y el pingoneo. Pese a todo, el grado de corrupciĂłn existente en la ciudad es muy inferior al que hay en la capital de la Corte, ese Madrid en el que se cuecen las grandes fortunas y los magnĂ­ficos trapicheos; muy inferior al que hay en la capital del Estatut, esa Barcelona donde casi todos los partidos están corruptos hasta las cejas (el 3%...) y donde el silencio campa por sus fueros; no digamos en ese PaĂ­s Vasco donde la ETA y la corrupciĂłn peneuvista tienen apalancados casi todos los sectores sociales y, en fin, tantĂ­simos lugares donde el pelotazo (no nos olvidamos de AndalucĂ­a, esa Cádiz, esa Sevilla o Huelva…) es moneda corriente y moliente. Pero en el caso marbellĂ­ hay un aspecto muy interesante y diferente del que se da en el resto de lugares con idĂ©ntico o superior grado de mangoneo: sus polĂ­ticos van por libre y allĂ­ los partidos tradicionales que trincan a nivel de todo el Estado (a menudo legalmente, que esa es otra) no se comen una rosca. O sea, que todos contra Marfea porque en ella gobiernan unos intrusos de la polĂ­tica que han hecho de las finanzas de la ciudad su exclusiva rapiña. En el resto del paĂ­s, los partidos "profesionales" tambiĂ©n suelen jugar a lo mismo, aunque habitualmente se reparten el pastel con la debida discreciĂłn y tapándose mutuamente sus vergĂĽenzas: yo cierro los ojos ante tu trinque y tĂş entornas los tuyos ante el mĂ­o. Es claro que los que no tienen porvenir alguno en el mundo de la polĂ­tica y de las finanzas son siempre quienes no pertenecen a las grandes multinacionales de la polĂ­tica y economĂ­a, sin agarraderas ni paracaĂ­das con que tapar el delinque. Eso de que en las Españas sĂłlo en Marbella la alcaldesa y algunos concejales se lo llevan calentito, no se lo cree el Puñetas ni harto de cazalla, vino, cerveza y gĂĽisqui.

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