martes, 28 de marzo de 2006

ESOS CACHONDOS DE ERC



A falta de revistas de humor inteligente para los lectores más inteligentes, algunos hemos de conformarnos con las quisicosas, gracietas y maldades que hacen nuestros políticos, algunos jueces y los chicos de “Caiga quien caiga”. Por cierto, mira que han caído bajo. En el puesto nº 1 de los cuarenta principales del cachondeo tengo situados desde hace un par de años a esos chicos tan vestiditos y rellenitos de la Esquerra Republicana de Cataluña. Su afán de liderazgo les exige que no haya día sin una de las suyas, así que los numeritos para llamar la atención deben de ser cada vez más osados y disparatados.


Los tres últimos gags no tienen desperdicio. El más gordo (venía preparándose desde hace tiempo) es obligar a los cargos del partido a entregar el 20 % de su sueldo con el argumento “tú te lo llevas calentito y el partido también”. Nada nuevo, por otra parte, en gente que se considera muy demócrata de puertas para afuera pero que dentro de su casita suelen hacer de su capa un sayo. O sea, lo de siempre: cuatro gatos politiqueros hacen y deshacen a su antojo y el que no pase por el aro que se vaya al paro. Si esto lo hacen con los suyos, ¿qué no serán capaces de hacer con quienes les importan un pimiento? Claro que como los políticos de esta calaña se creen que todo el monte es orégano, de vez en cuando tienen “errores” y envían cartas amenazadoras (con ceses y despidos) a gente que no son ni del partido ni de su confianza (funcionarios, asesores, cuadros técnicos…). Entonces advierten que un error lo tiene cualquiera y que tarari que te vi. Lo justifican como si fuera un chiste, le endosan la culpa del descubrimiento del asunto a la persecución política y santas pascuas: a seguir haciendo de las suyas. Yo es que, viendo este pedazo de morro, me descojono de la risa. Ni los actores profesionales tipo De Niro son capaces de representar mejor la función.


Para que los “errores” abandonen las páginas de los periódicos de Madrid, hay que distraer al personal con otro numerito menos obsceno pero más llamativo. ¿Qué tal si sugerimos que los ciudadanos deben hacer una objeción fiscal al Ministerio de Defensa, vulgo ejército español? Y en esas andan estos días. Pero como admiramos a estos camaradas, les cogemos la idea sugiriendo extenderla y democratizarla: que cada ciudadano, en las futuras declaraciones de la renta, pueda declararse objetor fiscal de cinco partidas presupuestarias en una cantidad previamente legislada. Así cada uno aplicaríamos nuestras inquinas a quien nos saliera de la gaita, y no sólo al Ministerio de Defensa.


La última carod-tada ha venido del líder carismático del partido, hospitalizado hace unos días tras sufrir una angina de pecho. Es una venialidad, pero no por ello menos descacharrante. Lo primero que se le ha ocurrido decir cuando ha recuperado la salud es que hace responsable del hecho a la persecución y crítica obsesiva que le han dedicado importantes sectores españolistas en estos últimos años. Y seguramente tiene razón. Sólo por los buenos y humorados ratos que don Carod y sus atildados chicos nos están haciendo pasar en esta legislatura, el Puñetas les sugiere que se presenten también por Andalucía en las próximas elecciones para así poder votarlos en la esperanza de contribuir personalmente a que su hilarante espectáculo continúe. Nos hace falta una política más apegada al cachondeo y la risa. El humor es muy saludable y por eso aquí solemos practicarlo a menudo. Entre las risitas de don Zapatero y el cachondeo de los chicos de ERC, poner enfrente a los siesos de Rajoy o Llamazares, es que no hay color ni humor, oiga.

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