viernes, 25 de noviembre de 2005

PROGRAMA ELECTORAL: SEXO Y TELE

Como, afortunadamente, los españolitos del siglo XXI no tenemos graves problemas ni los vamos a tener en un futuro, nuestros excelentísimos gobernantes ilustrados (eso se creen los muy analfabetos) andan preocupándose básicamente sólo por dos cuestiones: las de atender a nuestra entrepierna y la de ampliar el cubo de la basura televisual.


Lo de la entrepierna es natural. Cuando no se tienen problemas serios en la vida (pagar un piso, salir del paro, llegar a fin de mes…) a la gente le queda todo el tiempo del mundo para dedicarse al asunto del fornicio y alrededores. Si encima eres joven, (o sea, que ni piso, ni paro, ni ná de ná), entonces puedes dedicarte al asunto a tiempo completo. En esta situación, nuestras autoridades, para que disfrutemos de lo lindo, procuran darnos buenos consejos. De ahí la frecuente proliferación de guías y folletos de educación sexual que vienen confeccionando algunas comunidades autónomas y ayuntamientos. Mientras que transcurre ese año de espera para que el otorrino te reciba e intente curarte esa otitis que ya se ha hecho crónica, será bueno entretenerse con los consejos y sabidurías que -para deleite de tus partes calenturientas- han elaborado las planas mayores de algunos gobiernos y gobiernillos.


Ciero que no hace ni puñetera falta que ningún concejal o funcionario desnortado nos diga lo que podemos hacer con nuestros adminículos placenteros -no somos idiotas- pero cómo no admitir que los capullos en algo tienen que entretenerse para justificar la nómina de fin de mes. Verbigracia. No hace mucho, allá por Castilla-La Mancha, sus jerifaltillos editaron una “Guía para chicas” que repartieron en coles e institutos. En ella –según los carcas del Partido Popular- se “alienta a las menores a relajarse y abandonarse en sus relaciones sexuales, e incluso llega al absurdo de tener un capítulo en el que en lugar de aconsejar cómo prevenir embarazos, se dan pautas para saber qué hacer ante un embarazo no deseado”. Otros cavernícolas –el clero, sin ir más lejos- han querido ver también un fomento del lesbianismo, que está muy guay. Qué manera más tonta de atacar los bellos desvelos de la Junta castellano-manchega por sus súbditos. Ahora ha tomado el relevo educativo y consejil el Ayuntamiento de Mallorca, quien en su correspondiente guía dedica varias páginas a la loa y beatificación del pene con consejos tan propios de políticos preocupados por el interés general como “debéis miraros el miembro viril de arriba abajo y no al revés”, “afeitaros el vello púbico si queréis hacer notar el pene más grande, tal como hacen las estrellas de la pornografía”, “el sexo es una cosa de dos o más” y todo un tratado estadístico sobre las dimensiones habituales de los penes españoles (“sean penes ladeados, arqueados….”) e incluso las técnicas existentes para su alargamiento.


Ya que estos pobres desgraciaos que nos desgobiernan no solucionan habitualmente problema alguno (es más, crean problemas donde no los había), espero que al menos consigan que nuestros jóvenes y jóvenas sepan darle al manubrio con la debida maestría, siguiendo aquel bello reclamo del sesenta y ocho que decía: “follad, follad, que el mundo se acaba”. ¿Para cuando otras guías, pero dedicadas a la franja de los cincuentones, esos que ya empiezan a andar de capa caída, o a los viejecitos centenarios? Si es que estos tipos – a los que pagamos demasiado para que no hagan nada provechoso- están mereciendo que les demos por.... atrás, por delante, por arriba y por abajo. Ojo, con la porra electoral, que nosotros somos más civilizados que ellos. Esa que los mande a casita de vacaciones, donde podrán masturbarse tranquilamente hasta el fin de sus días.


Claro que otros llegarán que buenos los harán. Así es de dura y absurda la vida. Pero, mientras tanto, nadie nos podrá quitar la risa. Encima, no sólo se meten debajo de nuestra entrepierna a fisgonear, sino también en el cubo de la basura. En cuestión de meses nos van a elevar exponencialmente el número de canales televisivos disponibles. El vertedero audiovisual amenaza con sepultarnos: hace poco la Cuatro, ahora la Sexta, una veintena de canales TDT, un montón de emisoras municipales y tropecientas de tarots, teletienda y tal. Hay que cultivar el intelecto –afirman nuestros líderes basurísticos-, que no todo van a ser goces y estertores placenteros. También el cerebro necesita educarse y trajinarse. Es ahí donde entra en acción toda esta patulea de nuevas teleles. Sexo y tele. Telesexo. Y todos contentos. Los de a pie y calle, porque así se lo pasan divinamente y los de poltrona y rol gobernante, porque de este modo se garantizan el amuermamiento colectivo del respetable, lo que les permitirá poder seguir sesteando y pastando sin dar un palo al agua. Quiero decir, sin resolver los problemas cotidianos que suele tener la raza humanoide de los curritos y los currantes que les vota.


Camaradas: Para follar no necesitamos de vuestros consejos ni guías sexuales. Para cancerigenar nuestro cerebrín, con un par de teles nos basta. Todas son la misma basura. Vuestra obligación –para eso os pagamos- no es hacernos felices ni entretenernos. Lo vuestro es –con nuestra ayuda- resolver la injusticia social, mejorar la sanidad y la educación, garantizar nuestra seguridad y tantas cosas que no hacéis. Todo lo demás son cuentos de la china. O sea, folletadas.

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