martes, 8 de noviembre de 2005

LA ESPAÑA PLURAL, EL PLURALISMO Y OTROS CUENTOS CHINOS (2 DE 2)

Si lo de la España plural es un cuento chino, viendo lo que vemos todos los días, lo del “pluralismo” es que ya supera la ciencia ficción y las mil y una noches . Aquí lo que hay son etiquetas más viejas que Matusalem y Matusalema. Hagamos unos cuantos experimentos.


Un buen día agarras el ratón ese de la interné y te paseas por las principales páginas de la prensa nacional. Verás que las siete u ocho noticias que ofrecen (mira que hay miles y miles en el mundo mundial) coinciden en todo como si fuesen aquellas gemelas del franquismo, llamadas Pili y Mili. Si ojeas los telediarios televisuales, comprobarás estupefacto que la semejanza de imágenes y comentarios alcanza categoría universal. ¡Si es que unas declaraciones de un político o de una señora de la limpieza (que estuvieron largando durante hora y media) salen con las mismas palabras y el mismo corte de siete segundos! ¡Si es que un entrenador de esos que tienen más tiempo el micrófono en la mano que el balón en la pierna, sale ante la prensa, le hacen diez mil preguntas y luego resulta que todas las televisiones ponen en pantalla la misma parida! Tanta unanimidad no es casualidad. Es simplemente, “pluralismo”.


Si te gustan los suplementos literarios, tranquilo colega, lo tuyo es de psiquiátrico porque resulta que todos los periódicos publican el mismo día el mencionado suplementillo. Para que sólo leas uno, claro, o te compres el kiosko entero. Y si lo que te gustan son los suplementos de viajes, nuevamente tranqui, porque tendrás que comprar todos los periódicos del sábado, que es cuando se han puesto de acuerdo los diarios para sacarlos a la luz del día. Esto es, como no podía ser de otra manera, pluralismo bien entendido. Ni mala leche, ni poca idea, ni mente plana ni uniformidad. Puro y duro pluralismo: todos hablando y escribiendo de lo mismo, el mismo día y a la misma hora.


O vete a la radio. Mira que hay emisoras, tú. Pero si hoy juega el Real Madrid con el Chorras Club de Fútbol, todas las radios estarán aullando detrás de la chatarra espacial madridista (antes llamados “galácticos”). Así que si no te gusta el fútbol ya puedes recorrer los varios kilómetros de dial radiofónico que no encontrarás más allá de dos emisoras libres del peloteo. La una emite música clásica y la otra música de Manolo Escobar. ¡Viva la diversidad y el pluralismo! Y así en todas las franjas horarias. Las tertulias, todas a la misma hora. Los programas de análisis deportivos, todos pasada la medianoche. Y en las teleles, el mismo tran tran, pero con imágenes.


Pero, menos mal, que la uniformidad se va a acabar. ¡Llega la Cuatro! Sí, esa nueva cadena del wáter (quiero decir, telecaca) que va a abrir la ventana española a los vientos del pluralismo. “La Cuatro”, esa tele echa por la misma gente que hace diarios, cine, libros, radio, televisión digital y no sé cuantas cosas más. Los mismos de toda la vida: Polanquillo y su trouppe. Y dentro de unos meses, no veas la de teles municipales que abrirán sus antenas. No estarán en manos de desnortados, picarones, gentes de mal vivir o disentir. No, teles dirigidas, mangoneadas y momificadas por el poder político de turno local que, pobrecico, no tiene donde caerse muerto ni posibles para hacer llegar su mensaje tórrido al puteado e inculto ciudadanín. ¡Viva el pluralismo bien entendido, y encima, costeado por los currantes y la morralla!


Ya digo, y decía el otro día. Tenemos una España “plural” que sí nos merecemos y un “pluralismo” que ya quisieran tener los chinitos de la China, a pesar de que son una tropa la mar de nutrida. Y es que, a pesar de tanto remachar con los mismos cuentos y a las mismas horas, luego resulta que la gente apenas se entera de nada. Así, por ejemplo, tras dos años de estar dándonos la matraca publicitaria con el Estatut ese, al menos el 40 % de los currantes todavía no se ha enterado de qué va la cosa. ¿Es una nueva marca de anchoas en lata o el nombre de una película de ? Debe ser que el personal somos muy torpes. Yo creo –más bien- que la plebe, señor, esa que trabaja de sol a sol para poder comprarse un DVD, un teléfono móvil y un cuatro latas con dirección asistida, está mal entrenada y peor dirigida. De modo que, amigüitos, hay que cambiar los métodos de entrenamiento. Si los grandes hitos culturales y sociales que conforman el ocio y la formación del personal son “Operación Triunfo”, “Gran Hermano”, “el Real Madrid-Barça” y la peli o del Plus, dejémonos de las “Obras Completas de Machado” a 12 euros o de la “Historia de España” en 500 fascículos. Utilicemos esos programas y las diversiones al uso para meterle al personal de manera subliminal, entre fellatio y fellatio, entre gorgoritos y gorgoritos, entre gol y gol o entre nominación y nominación, meterles digo, algo de inglés, de matemáticas divertidas, de política financiera o breves nociones medioambientales antes de que se eche a perder la mitad del paisaje que nos queda. Que el personal no es que sea tonto, es que con el tren de vida que lleva, no se entera de nada como no se le motive aprovechando el momento en que disfruta con la cultura popular futbolera y televisual de toda la vida.

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