martes, 15 de noviembre de 2005

EDUCACIÓN BANANERA (2 DE 2)

Cuando la burricie campa a sus anchas en los ministerios educativos, sean estatales o autonómicos; cuando lo hace desde hace al menos 20 años y cuando ya hemos logrado situar nuestro sistema educativo en la cola de Europa y la semicola del mundo mundial, pretender imponer una ley como la LOE -que viene a asesinar al muerto y ya bien muerto-, no deja de ser una obra de ingeniería mortuoria de la que el partido psocialista se enorgullecerá en años posteriores, cuando ya no quede un estudiante vivo en escuela e instituto público. Eso sin exagerar, que exagerando, no veas.


Antes de aportar algunas soluciones para intentar revivir artificialmente al cadáver, muestro algunas opiniones muy sensatas recogidas del foro de “Periodista Digital”, por ser muy elocuentes. Algunas reman en contra y algunas a favor de la corriente. ¡Si es que hay gente pa tó!:


“Yo no soy franquista ni ahora ni antes, pero la enseñanza que yo he recibido en la época franquista, bachiller y carrera universitaria es un millón de veces mejor que la actual. Todos los conocimientos adquiridos de todas las disciplinas y los datos memorizados (aunque no se recuerden con exactitud la mayoría de ellos) crean un poso que se llama CULTURA. Tengo tres hijos de 25, 23 y 19 años, los tres han estudiado siempre en centros públicos y han sacado unas notas magníficas incluso en las carreras que ya han completado las más mayores y puedo decir que los considero a los tres unos incultos totales, no saben nada de literatura ni de geografía ni de historia ni de física ni de química ni de tecnología y les importa un bledo los temas de actualidad, así me explico que programas como el desaparecido Crónicas Marcianas y el todavía en vigor Gran Hermano tengan gentes que lo puedan ver sin vomitar”.


“Yo estudie sin medios pero con disciplina y en colegio de curas, soy agnóstico, pero aprendí de verdad y hoy tengo mi vida resuelta”. “La sociedad es diversa, heterogénea. Hace más de 15 años, a los institutos llegaban alumnos seleccionados, muchos hijos de papá, y algunos (pocos) hijos de clase "baja". Ahora, hasta los 16 años, en toda Europa se tiene derecho a la enseñanza obligatoriamente. En los centros tenemos unos alumnos que son reflejo de la sociedad, no solo en España, sino en todos los países”. “No se puede educar-enseñar a los niños y jóvenes con la mentalidad del profesorado de hace cien años. Los tiempos han cambiado. Me parece un error atribuir solo a una ley el éxito o el fracaso de la educación”. “Al gobierno le conviene una juventud (por no decir toda la población) ignorante y drogada. Saben muy bien lo que hacen. Viendo a los nietos ir a la escuela, cuando la gente de mi generación casi nunca pudo, y viendo lo que los nietos "aprenden",cada día que pasa me alegro mas de no haber casi ido. No saben leer ni las reglas, la educación y urbanidad brillan por su ausencia, la disciplina, materia que necesitaran cuando sean mayores y tengan que ganarse la vida, ni la conocen. Menos mal que soy mayor...” "Hay un extensísimo mundillo de soluciones. La pose cómoda es la de quejarse y no contribuir, juzgando desde una supuesta altura moral o desde un atril: sea un político de la oposición, unos padres frustrados y permisivos con sus hijos, o un catedrático en un insti”.


De acuerdo con este opinante, demos unas cuantas soluciones para intentar resucitar al muerto educativo. Porque, por mucho que se opine a favor o en contra, una cosa es cierta: “La educación española es la peor de los 25 países de la Unión Europea”, según un informe de la Comisión Europea y recogido por la prensa en estos días. Que algunos no quieran reconocer la realidad es un problema suyo.


¿Cosas que se pueden hacer? Pongamos a funcionar la batidora cerebral a ver qué sale:


Retorno a las aulas de todos los desertores de la tiza (para rematar definitivamente al cadáver). Introducción de las TICs en todos los centros educativos, para que el Emule y la caza de marcianitos contribuyan al desarrollo informático y humano de los estudiantes que aún no tienen cerebro plano. Que los inspectores educativos se metan en las aulas para inspeccionar el asunto y que lo hagan a pelo. Que los conflictos escolares los resuelva una comisión paritaria formada por 5 jefes de banda, elegidos democráticamente a comienzos de curso, con participación de profes, padres y alumnos. Que los conserjes vuelvan a ser guardias civiles retirados (como en la época franquista) para que así haya al menos un santo varón en cada centro educativo. Que los profesores enseñen la vida y no materias muertas como el lenguaje o las mate. ¿Qué tal si las lecciones giran en torno a la Liga Española, Gran Hermano o el último disco de Los Pichas Locas? Que por cada diez alumnos matriculados en un centro educativo público haya un psiquiatra, un guardia jurado, un educador de pollos (para la educación sentimental de la entrepierna) y un árbitro de fútbol (para que se lleve todas las bofetadas y así los chavales liberen adrenalina y se calmen). Que se pongan cabinas o mamparas de separación entre la mesa del profesor y las de los alumnos. Que se invite (sin avisar) a los jerifaltes educativos más cercanos para dar una charla semanal sobre “la convivencia en el barullo cotidiano”, a ver si son capaces de repetir la experiencia.


Tenía más soluciones pero se acaba el espacio, je, je. Reconozco que con ellas el muerto seguiría más muerto, aunque mucho más divertido. Pero es que al menda le pasa como a los del ministerio y delegaciones educativas: no tiene ni pajolera idea de cómo favorecer la educación de este país. Yo, al menos, lo reconozco y –además- no cobro por ello. Los ceporrones rectores educativos cobran por su ignorancia supina y encima pretenden hacernos creer que esto es Jauja. ¡La madre que no los educó!

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