miércoles, 8 de diciembre de 2004

IMPULSO DEMOCRÁTICO HACIA EL DESPILFARRO

Regresa uno del largo puente de la Inmaculada y la santa Constitución y me encuentro con la portada del diario El Mundo: “Envuelto en un plan de impulso democrático. Chaves pacta con el PA e IU blindajes millonarios para todos los políticos”. Joder, una vez más el capataz del cortijo andaluz aprovecha que medio pueblo se va a visitar al otro medio para colarse en el bolsillo unas “stock options” de lo más apañadito.

Algunos compis me han reprochado la “dureza” con que trataba a los rectores del Servicio Andaluz de Salud en mi última parida y, por extensión, al señor Chaves, presidente de la Junta de Andalucía. Sigo comprobando como el síndrome de Estocolmo es la enfermedad más abundante por estas tierras del Sur. Por cierto, que en dicho comentario escribía (y por dos veces) el nombre de CHAVEZ en vez de CHAVES. Un lapsus que ni realizado a conciencia. Venezuela y Andalucía bailan el mismo Cha, cha, cha…

Así que, de vuelta a casa, y tras comprobar que si uno hace 500 kilómetros por autovía a una velocidad casi constante de 120 kilómetros por hora (el máximo permitido), el menda adelanta sólo a los camiones de gran tonelaje y a los abueletes que circulan todavía con sus “coches de época” (lo que significa que en este país la gente cuando quiere volar usa el coche y no los aviones), el choque con la cruda realidad lo da la portada de cualquier periódico del día. Los petardos de ETA pusieron en el puente una bomba de celebración constitucional en un parque de mi querida ciudad para así poder salir en la prensa (cuando lo suyo sería no salir nunca, pero del psiquiátrico) y don Manuel Chaves, cabeza ilustre de esta tierra, se saca de la manga un “Plan de impulso democrático” a ver si logra seguir engañando al personal otra legislatura más y, de paso, embolsarse unos milloncejos en la faltriquera.

En esas estamos. El señorito Chaves, con la venia aprobatoria de todos los partidos políticos –menos los tontos del PP- se ha procurado con el nuevo Plan las siguientes bicocas para cuando un siglo de éstos deje el invento: una dotación económica para mantener una oficina adecuada a su categoría y con posibles para atender las eventuales “atenciones protocolarias”; una indemnización económica durante dos años equivalente al 80 % del sueldo presidencial; a partir de los 65 años, una retribución mensual equivalente al 60 % de lo que ahora cobra como Presidente; un puesto vitalicio en el Consejo Consultivo y un fondo de pensiones que, desde el 2005, tramitará sin demora la Mesa del Parlamento. No es listo ni ná el señorito Chavez (perdón, Chaves).

Pero como pertenece a un partido eminentemente “obrero”, “socialista” y tal y cual, sus privilegios -para cuando deje el carguete- quiere hacerlos extensivos a toda la clase política andaluza. De modo que, igual que los ex presidentes, los ex altos cargos sin excepción, los ex diputados y hasta los ex delegados de la Junta disfrutarán de sustanciosas pensiones al cesar en sus puestos, además del plan de pensiones, pulses, permisos y otras bagatelas. Y los concejales, en lista de espera para que nadie se quede sin chupar de la teta. Todo este derroche (¿les parece poco del que ya disfrutan cuando están en el ejercicio de su cargo, a menudo consistente en la ingrata tarea de calentar el asiento y escuchar las órdenes por teléfono?) ocurrirá en una comunidad modestísima en la que uno de cada cinco ciudadanos vive bajo el umbral de la pobreza. Pero ya lo adelantaba premonitoriamente en mi granítica parida anterior: ande yo caliente… y ríase la gente, que escribió el satírico Quevedo cuando aún no se imaginaba que la corrupción y el despilfarro de su época iba a verse empequeñecido por el de la democrática España y sus lindas autonomías de ahora.

En fin, para mear y no echar gota, que diría un enfermo de próstata. Los mismos que jubilan a los médicos a porrazo limpio, preparan su particular jubilación a talonario completo. Tiene bemoles la cosa, que diría un músico. Y es que el Estado de las Autonomías (con sus capataces, sus meretrices y sus mamporreros) tiene estas minucias. Y si no, un ejemplillo ilustrador: el presidente de la Generalitat catalana gana un 80 % más que el mismísimo presidente del Gobierno español, el sonriente señor Zapatero. Como diría el clásico, esta casa es una ruina y en varias generaciones no quedará de ella ni una triste piedra. Optimista que era el chico…

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