miƩrcoles, 10 de junio de 2009

MI QUERIDO TECLADO

Necesito pronto comprar un teclado porque el actual tiene tendencia a coger las de Villadiego en cuanto me descuido. Tiene seis o siete años y habrÔ escrito millones de palabras a golpe de dedito va, dedito viene. Así que debe estar ya harto, aunque el menda no piensa desprenderse de él hasta que se le caigan las teclas de viejecito pues dudo mucho que el próximo tenga la robustez, la fiabilidad, la comodidad y hasta la simpatía del que tengo. Mucha investigación científica, mucha modernura tecnológica pero los cacharros que hacen hoy día tienen mÔs fragilidad que la porcelana y su vida es tan escasa que es difícil encariñarse con ninguno.

En fon, quiero decir fin, (¡este decrĆ©tpito tclado!), que me da pena tirar a la basura un cacharro mientras funcione decentemente. Y si se estropea, pues intentaba que me lo arreglen. Y digo “intentaba” porque eso ya es imposible. Ya no hay tĆ©cnicos que sepan hacer unos cuantos jaretones a las cagarrutas tecnológicas que usamos hoy en dĆ­a, y si aparece alguno te cobra el remiendo mĆ”s caro que si te comprases un nuevo artilugio, mĆ”s barato, mĆ”s potente y mĆ”s perecedero que el que tienes ahora en la UVI.

La sociedad del despilfarro, la cultura del desperdicio, la producción de la chapuza y el estercolero tecnológico. Todo en uno. Aunque me tachen de troglodita el menda lerenda piensa seguir con este puƱetero teclado hasta que se me declare en huelga indefinida.  QuĆ© le voy a hacer, soy un sentimental que sólo consume lo estrictamente necesario. Un enemigo del “progreso”, vamos.

2 comentarios:

Dompepito dijo...

Pues cuando lo cambies cómprate uno inalÔmbrico, que verÔs qué comodidad teclear en mil posturas diferentes.

Y hablando de la sociedad del despilfarro y el todo vale, ¿para cuĆ”ndo un artĆ­culo sobre esos autobuses que llaman "bĆŗhos" y que no son mĆ”s que la institucionalización de la cultura del etĆ­lico, y apologĆ­a de la litrona, para que los jóvenes no se estrellen por la noche (cosa que veo bien, pero que deberĆ­a corregirse de otra forma) o para que no les multen perdiendo el carnĆ© e incluso algunos con entrada en calabozo dado que serĆ­a la enĆ©sima vez que les atrapan?

Con nuestros impuestos se pagan autobuses nocturnos para transportar a las masas estúpidas de movida en movida, y todo para que la cultura del kalimotxo y de los milvatios que alientan "emprendedores" que no saben mÔs que abrir un bar de copas no tengan que cerrar.

Si el horario de cierre de estos bares de copas (por ley) a las 03:00 horas en fines de semana, ¿cómo es posible que haya autobuses nocturnos a las 05:00 h. o a las 06:00 h.?

Aquƭ algo falla, seƱor PuƱetas. Y como siempre son nuestras Adminis-traiciones.

Juan PuƱetas dijo...

Sí, lo del inalÔmbrico es cómodo pero la comodidad hay que pagarla con pilas, el medio ambiente lo ponemos perdido de Duracell y Cegasas y, encima, cuando menos lo esperas se te acaban y te quedas a dos velas, con teclado pero sin teclas. Cosa de las moderneces de ahora que también tienen sus contras...

Lo de la institucionalización de la cultura del etílico sí que es para nota, autobuses incluidos. Hoy decían las telecacas que uno de cada cuatro jóvenes se pilla una curda de cuidado cada fin de semana. O sea, que serÔn dos jovenzuelos. Tenemos uno de los países donde el alcohol es mÔs barato y eso, unido a nuestra cultureta borrachuza, lleva a lo que lleva. Claro que también eso es beneficioso para la cosa del turismo y la entrada de divisas, que se ponen ciegos aquí en los cuatro días que vienen a torrarse al sol. Por cuatro libras o euros (como tienen un poder adquisitivo superior al nuestro...) agarran unas cogorzas que ríase usted de las que pillan los nacionales.

Pero Jetapé y toda la corte que le acompaña o quiere segarle los pies para ponerse ella, tienen cosas mucho mÔs importantes en que pensar, legislar y oponerse. Entre el alcohol, el tabaco (que aporta vía impuestos el doble del presupuesto de Sanidad), las drogas y el fútbol, amén de las telecacas, aquí hay que buscar con un microscopio a ver si se encuentra a alguien limpio de polvo y paja. O sea, a un ecologista por dentro, que tampoco estÔ mal.

Y eso de cerrar los bares de copichuelas a la hora en que canta el gallo... En cambio precisas de una barra de pan a las tres de la maƱana (urgencias del estómago) y no hay un puƱetero garito para servirte ni un mendrugo, aunque sea duro. Y esos jovenzuelos, que salen de picos pardos a partir de las 12 de la noche porque es a esa hora cuando empieza la movida... ¿Usted ve esto normal, Dompepito? No sĆ©, yo le veo un seƱor serio y formal y no creo que acepte estas cosas con tan buen talante como los talentosos que se encargan de prevenir sus consecuencias, regularlas y otras cosillas. SĆ­, cosa de las traiciones administrativas. Y de que estamos peor que las vacas locas....

Y es que, en confianza, y tomando prestadas unas palabras de Vicente Verdú, "pocas épocas en la historia han gozado de tanto desprestigio como ésta (y con razón, aclaro yo). La pérdida del valor del esfuerzo, el deterioro de la educación, la corrupción de los políticos, los deportistas y los banqueros, la trivialización de la moral, el aumento de la injusticia y la desigualdad, el menosprecio de los maestros y la insatisfacción laboral, la congelación salarial y la superexplotación de los mÔs débiles, la destrucción del planeta, el camelo del arte, el regular apaleamiento de las focas. (...) Ahora, por fin, ha sobrevenido un fenómeno colosal que ha frenado esta deriva: la Crisis. La llamada en un principio crisis financiera, pero que en rigor significa el derrumbe de un tiempo entero, el ocaso de una cultura y acaso de un sistema que ha alcanzado el cenit de su depravación. La crisis, en suma, no significaría otra cosa que el sonoro final de una era y el comercio, previsiblemente, de otra etapa, quizÔs mejor, en la historia de la Humanidad".

Menuda cogorza tenemos, Dompepito... ¿Hace un guisquicito...?