miércoles, 29 de abril de 2009

PAREN EL MUNDO QUE ME BAJO

 
Está el patio que da miedo abrir un periódico,  ver un telediario o escuchar una radio. No digamos entrar en algún medio informativo internetero. Siempre se han dedicado a darnos malas noticias pero esta vez ya se están pasando: es que no se puede aguantar esta inflación de noticias desagradables, negativas, tristorras y apocalípticas. Ni siquiera va a hacer falta que nos paren el mundo para que muchos nos bajemos de él: vamos a tener que hacerlo en marcha. Claro que, ¿a dónde ir? ¿Al País de Alicia la Maravillosa, a la Tierra Media del Señorito de los Anillos o al Palacio de la Moncloa, donde nunca pasa nada y se vive en la más absoluta de las felicidades?

Por si teníamos poco con el Sida, el fútbol, los políticos, las telecacas, los bancos, la Sgae, los chorizos, el juez Garzón, Jiménez Losantos, la crisis económica, la educación analfabeta, el terrorismo, los turistas, el adelanto y atraso de la hora, el cambio climático, los curas, las modelos anoréxicas y el Puñetas, nos llega ahora una nueva gripe que encima achacan al cerdo, como si el pobre animal tuviese culpa de algo, él, que nos da lo mejor de sí mismo, sin desperdicio alguno. ¿Acabaremos por ir a todos sitios en mascarilla, bien por culpa de la nueva gripe, la contaminación del aire o alguna bomba fétida de ERC? No sé ustedes, pero yo ando que no me llega la camisa al cuerpo. Nunca me gustaron las películas violentas ni de terror y ahora las tenemos servidas a todas horas, en casa y en la calle. O quizás es que nos hemos vuelto muy quejicas porque para “gripes” malas la famosa peste medieval o el tifus, la malaria y otras malas hierbas que nuestros abuelos y tatarabuelos vivieron en plenas carnes, pese a lo cual, muchos lograron salvar el pellejo. Por no hablar del hambre, las guerras mundiales y otras quisicosas relativamente recientes. Quejicas, si es que nos hemos vuelto unos quejicas… -que diría el bueno y cariñoso de ZP.

Visto así, mejor será seguir en este mundo, que es el único que tenemos y que vamos a tener, salvo que pensemos en la reencarnación o en ese más allá de las huríes o San Pedro, aunque mira que han tomado esa dirección millones de personas a lo largo de los siglos y a estas alturas de la trola no ha habido ni una sola que se haya escapado unos instantes para darnos la buena nueva de su existencia. El caso es que ya había llegado uno a la conclusión (a final del anterior párrafo)  de que cualquier tiempo pasado fue peor y que con tanto dramatismo y tanta leche no vamos a adelantar nada cuando vuelvo a caer en la depresión más absoluta: ¡Brad Pitt deja a Angelina Jolie! Bueno… pensándolo bien los dos quedan libres de amores, lo que favorecerá la felicidad de posibles aspirantes a emparejarse con ellos. Si es que todo tiene sus contras y sus pros, qué caramba… Pero –acabo de leerlo en “20 minutos”- lo que ya me noquea en plan KO técnico, sin posibilidad alguna de autoengaño, es que el intelectual Paquirrín va a ser fichado por la Sexta (la tele más progresista del mundo) para que nos ilustre con su florido verbo  cagarrutero. Sinceramente: ni con tres pastillas de valium es posible superar la caída de ánimo que provoca semejante noticia a todo bien nacido. No, si ya lo decía al principio… El patio está que da miedo y ni las buenas y optimistas inyecciones de moral de don Zapatero conseguirán levantar nuestro ánimo.  Ni siquiera que la mujer de Berlusconi considere una desvergüenza lo que hace y dice su marido.  Lo de Pacorro me ha dejado completamente turulato, sin posibilidad alguna de recuperación. Ahora sí, ahora sí que soy una causa perdida…¡Que me bajo, oiga, que me bajo...!

0 comentarios: