domingo, 15 de junio de 2008

LA MIENBRA DEL GOVIERNO SENTRAL QUE SÍ SAVE DE QUÉ ABLA (2 de 2)

La Junta de Andalucía lleva varios años dando instrucciones precisas a “sus” funcionarios y sectores colindantes –como señalaba Camacho- con leyes, instrucciones y manuales varios. Valga un párrafo dirigido al profesorado: para “dar existencia a las mujeres debe comenzar por no negarlas en el lenguaje, nombrándolas explícitamente tanto en la vida cotidiana de las aulas como en los patios, en las reuniones del claustro, en los documentos del centro, en los materiales escolares o en las comunicaciones a las madres y los padres. (…) la realidad continúa analizándose desde una pretendida neutralidad que no hace sino buscar la inclusión de las mujeres en el referente masculino ya existente”. Medidas a adoptar: por todo ello “se velará por el cumplimiento de las disposiciones relativas a la utilización de un lenguaje no sexista en todos los documentos emanados de la Administración Educativa y de los centros escolares”. ¡Cuidadito, pues, con que un cargo directivo o un docente escriba una nota incorrecta a los padres! La misma deberá empezar con: “Queridos padres y madres” y no “Queridos padres”. Así, las Asociaciones de Padres (APAS) deben llamarse ahora AMPAS (Asociaciones de Madres y Padres). Y las convocatorias de reuniones deberán forzosamente empezar con el consiguiente: “Se cita a los profesores y profesoras…”.


Claro que como el personal de a pie tiende a la burrez y la sarna (a diferencia de estos/as lumbreras/os), aunque sean catedráticos de Lengua y Literatura, se les dan consejitos para escribir y hablar correctamente. En vez de “Todos tenemos la experiencia de reconocer al extranjero o turista” debe escribirse “Todo el mundo tiene la experiencia de reconocer a la gente extranjera o turista”. En vez de “centrada en la actividad del profesor”, “centrada en la actividad del profesorado”; en vez de “sirven para situar a los alumnos en una perspectiva determinada”, “sirven para situar a la clase en una perspectiva determinada”; en vez de “acceso difícil para los estudiantes”, “de acceso difícil para el estudiantado” y en vez de “da la impresión de que el autor hable también en nombre de los lectores” se debe escribir “da la impresión de que autora o autor hable también en nombre de quien lee”.


Igual que desde hace muchos años el lenguaje adoptó formas nuevas para disfrazar la cruda realidad (“tercera edad” por “viejos”), así estas/os académicos/as de la lengua española de pacotilla informan a sus funcionarios que en vez de “El hombre” deben escribir “la humanidad”, “las personas” o “el ser humano”. Que digan “el cuerpo humano” en vez de “el cuerpo del hombre”. “Los niños, los jóvenes, los ancianos” son palabras a desaparecer por sexistas, así que deben utilizarse estas palabritas neutras, que albergan a hombres y mujeres al alimón: “la infancia, la juventud, las personas mayores”. “Los alumnos y profesores” deben dejar paso a “el alumnado y el profesorado”. “Los médicos y las enfermeras” a “el personal médico y sanitario”. Incluso los consejos (más bien órdenes) afectan a cosas de otros lares. Así la expresión “los madrileños” debe ser sustituida por ”el pueblo de Madrid” o “la población madrileña”. Y, no se lo pierdan, “los españoles” por la bella melodía de “la ciudadanía del Estado español”. Ni siquiera de España, del “Estado español”. Así que “los parados” pasan a ser “la población en paro”, “los trabajadores”, “el personal” o el delirante “la plantilla”. “Los padres” serán llamados de ahora en adelante “progenitores”; “los soldados”, “la tropa” o “la soldadesca”; “Jefe”, “la jefatura”; “Secretario”, “la secretaría”; “el lector”, “quien lee” o “la persona que lee” y “el firmante”, “la persona que firma” o “quien firma”.


Así que, ñoras y ñores, la señorita Bibiana Aído, Ministra de la Igualdá, sabía muy bien lo que quería decir en el Parlamento cuando LEÍA (luego no fue un lapsus, como ha querido justificarse infantilmente a posteriori) el ya famoso “miembros y miembras”. A diferencia de lo que se creen los listos y listas de turno residentes en el concepto político de “Madrid”, la señá Ministra sí sabe de qué habla. Viajen más por Andalucía, ñoras y ñores, a ver si se enteran de algo en este tema.


Ya he referido anteriormente que hay una parte teórica muy razonable en el tema del lenguaje. Hay otra que es sencillamente inaceptable porque estos/as cantamañanas parten de un defecto auditivo-visual sólo imputable a ellos/as: Y es que cuando ven u oyen “los niños”, en vez de pensar en la chavalería en general, sus retinas y tímpanos sólo retienen a la chavalería que calza pene. Eso no se le ocurre a nadie, excepto a estos personajes, pero como tienen poder y se creen los reyes del mambo, pretenden que los demás veamos y escuchemos lo que ellos captan de modo tan defectuoso. Ya saben el chiste del loco que va en sentido contrario por la autopista y piensa que los locos son los demás. Su problema (que se solucionaría con una pasada por el diccionario de María Moliner, echando horas extraordinarias) es que en las palabras ven órganos sexuales antes que letras que se han unido en un significante arbitrario para determinar un significado socialmente aceptado y también arbitrario. Donde la inmensa mayoría vemos “los españoles” como el conjunto de machos y machas que vivimos en un país de analfabetos llamado España, estos listos/as del carajo sólo ven testículos. Sólo cuando la expresión sea correcta, es decir, “la ciudadanía del Estado español”, sólo entonces lograrán enterarse de que ahí están juntos pero no revueltos los hombres y las hembras, los penes y las vaginas. No es por señalar, pero de tanto hablar del sexismo ajeno y lingüístico, parece que estos tipos y tipas han acabados contagiados/as.



Finalmente, y para no alargar la excepcionalidad de este articulillo tan extenso, a quien esté interesado, le remito a la sección de “Comentarios”, donde transcribo un ejemplo que este personal tan cateturrio pone en uno de sus manuales como ejemplo de lenguaje sexista, pero del que no efectúa las correcciones debidas, quizás para no quedar en ridículo manifiesto. De ello se encarga el Puñetas, ofreciéndoles la traducción simultánea. Verán qué texto más divertido. Gracias, doña Bibiana. Los de Madrid por fin empiezan a enterarse verdaderamente de lo que se cuece por las Andalucías y no del sol, las gambas, el Carnaval de Cai, la Semana Santa, el Rocío o el chiste de Lepe. Que aquí mucha democracia y mucho cuento, pero seguimos instalados en la pandereta de España. Y en el exterior, no digamos. (Vean el vídeo de los topicazos como ejemplillo ejemplificador, valga la redundancia ejemplar y ejemplarizante. Total, puestos ya a destrozá el lemguage, hagámosle totámehnteee!).


== VIDEOTECA ==

EL MIEMBRO... VIRIL - Canción para relajar el ambiente



PARA TOPICAZOS, LOS DE ESTE VIDEO. ¿QUIÉN SE PREOCUPA DE ÉSTO?



1 comentarios:

Juan Puñetas dijo...

OBSERVEN, DE PASO, CÓMO LA REDACCIÓN COJEA EN ALGUNAS PALABRAS Y FRASES. NO ES CULPA DEL PUÑETAS: ME HE LIMITADO A COPIAR Y PEGAR.

*** Versión de los machistas de la Academia de la Lengua y de la mayoría de los mortales.

El lector de esta novela no debe olvidar que los niños que en ella aparecen son chicos que se divierten jugando a juegos de siempre: a la pelota, a las muñecas...

Los padres de los protagonista, Emma y Luis, se ven obligados a mantener una conversación con sus hijos. Han recibido una demanda de los profesores, que cuenta con el apoyo de la asociación de padres: todos los chicos tendrán que acudir por las tardes al colegio para que el tutor les ayude en el estudio. Nuestros protagonistas, al principio, no les agrada la idea. Sus padres intentan convencerlos con argumentos ya conocidos: si no estudian corren más riesgo de convertirse en parados, mientras que si se preparan como es debido, pueden llegar a ser médicos, abogados o, al menos, trabajadores mejor cualificados .

El lugar donde viven los protagonistas de nuestra novela es un bonito pueblo costero, Chiclana. Los chiclaneros son hombres alegres a los que les gusta disfrutar del campo y la playa. Por eso, Emma y Luis se resisten, al principio, a aceptar la disciplina del estudio.

*** Versión Bibianesca y del coro de cantamañanas que le aplaude. (Entre ellos parece que no se encuentra Alfonso Guerra, al que todavía le chirrían los colmillos retorcidos).


El lector y la lectora de esta novela no debe olvidar que los niños y las niñas que en ella aparecen son chicos y chicas que se divierten jugando a juegos de siempre: a la pelota, a las muñecas...

Los padres y las madres de los protagonistas, Emma y Luis, se ven obligados/as a mantener una conversación con sus hijos/as. Han recibido una demanda del profesorado, que cuenta con el apoyo de la asociación de padres y madres: todo el alumnado tendrá que acudir por las tardes al colegio para que el profesorado encargado de la tutoría les ayude en el estudio. A nuestros/as protagonistas, al principio, no les agrada la idea. Sus progenitores intentan convencerlos/las con argumentos ya conocidos: si no estudian corren más riesgo de convertirse en población en paro, mientras que si se preparan como es debido, pueden llegar a ser médicos y médicas, abogados y abogadas o, al menos, personal de plantilla mejor cualificado.

El lugar donde viven los protagonistas de nuestra novela es un bonito pueblo costero, Chiclana. La población chiclanera está formada por personas alegres a los que les gusta disfrutar del campo y la playa. Por eso, Emma y Luis se resisten, al principio, a aceptar la disciplina del estudio.