martes, 26 de junio de 2007

UN MATRIMONIO QUE A VECES TIENE CADA COSA...


Ya no somos dueños ni de nuestros huesos. (Del alma y de las neuronas, hace tiempo que dejamos de serlo, destrozadas por la propaganda, la religión, la política y por tantísimo capullo destripacerebros como pulula por ahí).


Seis soldaditos españoles, o colombianos o bolivianos han sido casi evaporados por un bombazo, no terrorista sino guerrero, allÔ por el Líbano. Y mientras don Zapatero, presunto Jefe del Gobierno, saldrÔ un día de éstos diciendo que nuestro ejército estÔ por aquellos pagos en misión de paz, un famoso juez ha dictado orden de que los huesos de los pobres soldados deben seguir a disposición de un alto Tribunal por si algún día, mes o año de éstos ha lugar a que los forenses se los trajinen de nuevo en busca de no se sabe qué arcanos detectivescos. Ya digo, ni muertos, nuestros huesos nos pertenecen, sino a papÔ Estado y mamÔ Justicia, que incapaces de garantizar decentemente nuestra seguridad en lugares donde Cristo perdió el gorro y a nosotros no se nos ha perdido nada (con lo baratitos que resultan unos inhibidores de frecuencias asesinas), sí tienen la capacidad de adjudicarse gratuitamente la posesión de nuestra osamenta por si algún día ha lugar alguna posibilidad de investigación en plan Mortadelo y Filemón.


Y con el mismo talante que este matrimonio tan decadente se apropia de los huesos achicharrados de unos militares prÔcticamente adolescentes, casi con 25 años de retraso, es capaz de meter en la cÔrcel a un señor de 76 tacos al que por aquellas lejanas fechas un gobierno primerizo pero hÔbilmente trilero le birló la cartera, el donut y todas sus empresas para revenderlas luego a precio de saldo a los amiguetes y mantenidos del presi y de algunos ministros. Todavía vive Ruiz Mateos, los tiempos son duros de pelar y con su histrionismo siempre serÔ capaz de distraer al personal frente a otros asuntos mÔs serios y complicados en que papÔ y mamÔ andan metidos hasta el corvejón.


Pero antes de entrar hay que dejar salir. Por ejemplo, a uno de los psicópatas que violaron, asesinaron y destrozaron hasta la vileza mĆ”s inhumana a una chavala en la flor de la vida, llamada Sandra Palo allĆ” por 2003. Los noticieros nos recuerdan que la pobre tenĆ­a disminuidas sus facultades mentales, aunque en realidad quienes las tenĆ­an bajo mĆ­nimos eran aquellos criminales. En vez de esperar a que las recuperen a la sombra de las rejas carcelarias a lo largo de una veintena de aƱos, han bastado cuatro primaveras (mamĆ” Justicia es que tiene unas varas de medir bastante caprichosas) para que Rafita –que asĆ­ se llama el primer criminal liberado- se vaya a un piso pagado por los contribuyentes para rehacer su pobre vida, todavĆ­a juvenil y prometedora. Ya se sabe, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, que por muy criminal que sea, de Ć©l se ganan el sueldo policĆ­as, jueces, educadores, funcionarios de prisiones y mucha mĆ”s gente. Con los muertos sólo hacen caja las funerarias y luego los gusanos. Con permiso, eso sĆ­, de la autoridad competente…

1 comentarios:

Juan PuƱetas dijo...

Hoy, 28 de junio, a las 21 horas, acabo de leer en la interné que "el juez anula la prohibición de incinerar los cuerpos de los soldados del Líbano".

Si, como dice el refrƔn, rectificar es de sabio, al menos ya hay un juez que merece tal calificativo, lo cual -viendo los tiempos que corren por las judicaturas- no es moco de pavo.