martes, 1 de mayo de 2007

LLAMAZARES, EL REPUBLICANO


Confieso mi debilidad admirativa por don Gaspar Llamazares, el líder de Izquierda Unida. Es el político español (de largo) con más sentido del humor y con menos sentido del ridículo de todo el arco parlamentario. Cada vez que abre el pico el Puñetas no tiene más remedio que esbozar una sonrisa y aplaudirle hasta con las orejas. Su felicitación a los Príncipes de España por el nacimiento de su nueva hija es sólo un botón de muestra: “Desde una postura austera y republicana felicito a los Príncipes, como haría con cualquier otra pareja joven que tuviera un hijo”. Mi vecina del 6º (que encima vota IU) todavía está esperando que don Gaspar le felicite por el nacimiento de su criatura hace ya dos meses. Y mi vecino del 7º (que vota al PP) dice que a cuento de qué viene hablar de la República –que no tiene nada de austera- para felicitar por un nacimiento, por muy real que sea.


En fin, que don Llamazares no pierde ocasión para demostrar al mundo entero que es más republicano que Azaña y que si por él fuera aquí ya estaríamos viviendo en la III República. Lo que no dice nunca es qué tipo de República es la que defiende: si una de talante parecido a la francesa, italiana o alemana u otra más populista como la Cubana, o las de Túnez, Camerún o Checoslovaquia. Si sus preferencias son las desdichadas Primera y Segunda República españolas de principios del siglo XX, entonces muchos -que no somos republicanos ni monárquicos, si no todo lo contrario- optamos con los ojos cerrados por una Monarquía de corte parecido a la inglesa, holandesa, danesa o sueca o a la actualmente vigente. También hay monarquías horrorosas, como la saudí, la de Mónaco, la de Suazilandia o algunas de las que padecimos en la España del siglo XIX, así la discusión no está en República o Monarquía si no en qué tipo de República o de Monarquía.


No estaría mal que los chicos de IU y don Llamazares a la cabeza, indicasen cuando venga o no a cuento hablar sobre la República, por qué tipo optan y cómo aspiran a alcanzarla con los deficientes mimbres de nuestra clase política actual (incluidos ellos), anclada más de lo debido en la corrupción, la mentira y la estupidez. Por no hablar de los propios partidos políticos, que necesitan una ducha reparadora de los pies a la cabeza y un baño intensivo de cultura democrática. Hoy mismo, sin ir más lejos, una encuesta del CIS revela que los políticos son el quinto problema que más preocupa a los españoles. “La clase política y los partidos, que debían ser la vía para el progreso y para mejorar la calidad de vida, se han convertido en uno de los cinco problemas de España, detrás del terrorismo, el paro, la inmigración y la vivienda”. Claro que –pensará don Llamazares- los españoles que refleja el CIS se han pasado todos a la extrema derecha, o no saben lo que dicen o no están bien informados por culpa de la prensa amarilla… Todo puede ser, hasta esta fina justificación, pero el dato está ahí y, por lo que se ve y huele, no parece que preocupe mucho a los aludidos.


Comprendo que pedirle al bueno de don Llamazares un análisis algo más sutil y complejo en el asunto de la república y en otros de alto calado, sea tan complicado como pedir a un cura que hable sobre el sexo de los ángeles, pero don Gaspar ya va peinando canas y debería ser más riguroso en sus planteamientos, al igual que sus camaradas de profesión. Ahora anda embarcado en llevar al expresidente Aznar a los tribunales por genocidio en Irak. Por el mismo precio podría intentar que le acompañase el camarada Fidel Castro, con 50 años de experiencia genocida, pero se ve que el dinosaurio cubano le cae más simpático que el tío del bigote. Está bien que cada político vaya a su bola pero muy mal que al resto del personal nos tome por idiotas. Si la llegada de la República a España acabase con gente tan infumable como el señor Llamazares, aunque fuese una república a la congoleña, yo hasta me apuntaba con los ojos cerrados… Ya puestos a decir tonterías, aquí las decimos todos...

2 comentarios:

Jc dijo...

Pues creo que el CIS se ha quedado corto. Para mí los políticos son el primer problema del país. Sin ellos probablemente no existiría el terrorismo, el paro, etc.

Así que los españolitos somos más gilipollas de lo que parece a primera vista.

Anónimo dijo...

Aplaudo tu comentario hasta con las orejas. No sé cómo pueden poner como problema a los políticos en quinto lugar y en primer lugar el terrorismo, la vivienda, la inmigración y el paro si estos cuatro temas dependen de las políticas que aplican los susodichos. En fin, los españolitos nunca hemos sido muy letrados en esto de la cultura política y así nos ha ido en la historia: siempre en el furgón de cola y llevando la contraria al resto del mundo civilizado.

Lo cierto es que con estos mimbres (nos tragamos todo lo que nos echan, incluidas las toneladas de alcohol de los botellones) estamos cada vez más cerca de un retroceso hacia comportamientos fascistas (véase lo de Malasaña)de una parte de nuestro pueblo o de los mismísimos gobiernos de turno (véasen los tropecientos ejemplos diarios). Aquí te pongo uno muy local que viene hoy en el diario, y que me ha llamado mucho la atención:

"El Psoe amenaza en Gibraleón (Huelva) con despedir al funcionario que pille hablando con el PP. "Como averigüemos quién es y le cojamos, ese va a ir a la calle. Y me da igual que un tribunal diga luego que es un despido improcedente", afirma en una grabación un concejal. El edil de Personal recordó que cuatro trabajadores de la televisión municipal ya fueron despedidos en su momento -de manera improcedente, según los tribunales- porque les identificaron con el PP, y manifestó que "creo que hemos tenido la suficiente paciencia incluso con ellos". Seguro que hay por ahí ejemplos con otras siglas, pero en todo caso, da pavor saber en manos de qué gentuza han depositado su confianza algunos pueblos.