martes, 15 de mayo de 2007

ELECCIONES: PASEN Y VEAN


-¡Pasen, ñoras y ñores! Vean nuestro maravilloso Circo Nacional. Disfruten con el Presi diciendo que no insultará a nadie y haciéndolo a las primeras de cambio. Comprueben cómo al Partido de la oposición le crecen los enanos… Asistan a las más bellas escenas circenses de la mano de nuestros más insignes monologuistas: el Tribunal Constitucional propugnando lo mismo y su contrario, la Comisión del Mercado de Valores vendiendo baratijas a precio de botella de güisqui del bueno, el Monarca hablando off the record para que todo el mundo se entere de su cacao mental, la Pantoja actuando en el Corral de la Comedia, el bueno del De Juana Caos paseando sin pistola, los directores de periódicos más afamados inventándose noticias que favorezcan a sus padrinos políticos… Todo por el módico precio de un voto cada cuatro añitos. ¡Paisa: barato, barato!


Y el Puñetas que pensaba que ahora tocaban elecciones municipales. O sea, elegir a esos señores y señoras tan cercanos al administrado que es imposible hablar con ellos ni aún cuando salen a tomar unas cervezas. O sea, elegir a quienes se dedicarán a cosas tan prosaicas pero necesarias como ponernos farolas en la calle, procurar que el tráfico no sea un caos, cuidar de que no se caigan de viejos nuestros colegios, hacer unos cuantos parques para que defequen en ellos los dueños de los perros, etc. Cosas prosaicas, sencillas, modestitas, pero tan necesarias…


Pues, no. Eso será en los países anormales, pero en la normalizada España (embuchada, diría yo) lo cotidiano y típico es que en las campañas electorales municipales se hable de la Guerra de Irak, del problema del País Vasco y de la Fórmula I.


Así que yo estoy en un sin vivir. ¿Correrán los bólidos esos de Fernando Alonso por las calles de Valencia si gana el PSOE las autonómicas de por allá? ¿Seguirá la masacre iraquí si gana el PP en la mayoría de las ciudades españolas? ¿Se la envainará Eta si consiguen sus primos una concejalía en Pamplona? ¿Volveremos a la Guerra Civil si ganan los comunistas? Duras preguntas a las que sólo podremos responder tras conocer los resultados de las elecciones municipales del 27 de mayo. Por unas municipales, hace ya la tira de tiempo, se fue al exilio un monarca y se proclamó una República, así que de lo que viene puede salir cualquier cosa…


Mientras se despejan las incógnitas, asistamos al circo vestidos con nuestras mejores galas y con el manual de campaña en la mano para no perdernos detalle. Hay espectáculo garantizado, aunque tras treinta años de democracia reinstaurada, lo suyo sería que todos nos aburriésemos cantidubi, votásemos en paz y sin alharacas y empezásemos a exigir al día siguiente (fuese quien fuese nuestro alcalde) que cumpla lo prometido. Más no caerá esa breva. Aullarán, insultarán, se pondrán como trapos los unos a los otros, como si la gente no eligiese al mejor si no al menos ladrón, menos inepto, menos malo. Se alabarán a sí mismos en un ejercicio de cinismo impresentable, mientras a los rivales los tratarán de gilipuertas y tontos del haba. Nos tratarán a los ciudadanos como si fuésemos más idiotas de lo que ya somos.


Por fortuna, a los alcaldables los conocemos aunque sólo sea de haberlos visto por la telecaca local. Los conocemos por lo que han hecho o deshecho en los cuatro años de atrás. También conocemos –habitualmente- a quienes compiten con ellos. Al fin y al cabo, salvo las excepciones de rigor, los unos y los otros vienen siendo los mismos desde hace la tira de años. La clase política (hasta la local, dios mío!) tiene bien anclado el timón del poder y contrapoder y no deja muchas vacantes vacías para nuevo personal. Aunque, digámoslo claro, da igual. Aquí mandan los que cortan el bacalao en el partido allá por los madriles, las ejecutivas nacionales y esas gaitas. Al que se sale de madre o se mueve en la foto se lo liquidan y colocan a otro/a más obediente. Al fin y al cabo, con las listas cerradas y bloqueadas, está todo perfectamente controlado. Embuchado, diría yo.


-¡Regresa el circo! ¡Sea usted protagonista por el módico precio de un voto cada cuatro años! ¡Espectáculo garantizado y si no queda satisfecho espere que pasen otros cuatro añitos! ¡Oiga, el tiempo pasa volando!

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