martes, 10 de abril de 2007

LOS INTELECTUALES DEL MAL ROLLO


Cada cierto tiempo sacan la patita a la calle para mostrar a los ciudadanos que ellos son más listos que nadie. Aunque cada uno anda en sus cosas (una peli, un librito, un proyecto arquitectónico, la defensa jurídica de un pez gordo…), periódicamente deciden unir sus esfuerzos conjuntamente para firmar un manifiesto que el más enteradillo de la clase ha pergeñado en un par de horas a cuentas del desastre político, social y tal que acucia al país desde que la derecha política gobierna o desde que la derecha política oposita. Lo suyo, ni lo ocultan ni tienen porqué hacerlo, es dar leña al mono a los que son siempre sinónimo de corrupción, violencia, degradación moral, cainismo, villanía y estupidez: la derecha reaccionaria y cavernaria que tiene la desfachatez de disputarle el trono del poder a la izquierda solidaria, magnánima, progresista, tolerante, honradísima y maravillosa que tenemos la suerte de tener en este bendito país.


Son una pandilla de intelectuales (abogados, escritores, músicos, cineastas, catedráticos, actores, etc) que necesitan iluminar las mentes obtusas del personal de a pie contándonos cada cierto tiempo que la lucha política y social es una cosa de buenos y malos, donde los buenos son los que ellos dicen y los malos –exclusivamente- el Partido Popular, la derecha extrema y reaccionaria. Así que esta vez tocaba arrebato y allá que se han puesto a firmar como locos bajo las siglas de “Asamblea de Intervención Democrática” denunciando una vez más lo que ya todo el país sabe pero que no acaba de enterarse hasta que lo oye y lo lee a través de estos santos varones y santas hembras. Sí, sabemos que ser de derechas es una enfermedad malísima, cosa de la que ellos –gracias a dios- están vacunados, incluso cuando les llega la edad más o menos conservadora de la vejez o cuando la cartera la tienen repleta de billetes. Hasta ahí estamos de acuerdo, queridos intelectuales de pacotilla. (Lean el libro “Historia social de los intelectuales”, de Victor Alba y se enterarán de qué va la pacotilla. Y lean la historia de Victor Alba y sabrán la distancia que hay entre una camada de faroleros pesebristas y un tío serio y honrado que acabó –por su independencia, a pesar de que estuvo en todas las tostadas de la izquierda- con una mano delante y otra detrás, ninguneado por quienes tenían la obligación de echarle una mano).


En lo que ya no estamos tan de acuerdo es que, como al lobo del cuento, debajo de la patita se les vea siempre el mismo maniqueísmo y las mismas siglas partidistas. Dicho de otra manera: se les ve que más que gente de izquierdas son gente del PSOE y del PCE. A estas alturas de la película y de la historia confundir el culo con las témporas es un error menos mayúsculo que confundir a la casta política pesoísta y comunista de este país con el posicionamiento clásico de izquierda, tan alejado de estos mamporreros del poder. Cierto que la deriva de sus antagonistas peperos, que ora se mueven en las negras charcas del inmovilismo tridentino, ora parece que sean ellos los predestinados a salvar a la patria (que, por cierto, está bien muerta desde hace la tira de años), les lleva a considerarse poco menos que los más progresistas e izquierdistas del mundo mundial. Pero bastaría que hubiera un partidillo un poco centrado y algo más serio que el PP, para darse cuenta que lo del PSOE y PCE huele tan a rancio como lo de sus antagonistas, y también camaradas, peperos.


Es esta falta de objetividad, esta miopía ideológica, esta bobalicona defensa de unas siglas concretas (aunque siempre procuran ocultarlas) lo que hace que resulten cada vez más risibles las apariciones de estos intelectuales de alta cuna y de baja cama, tan poquita cosa como el nivel cultural del “pueblo” al que se dirigen para contarle sus milongas. ¿Pero dónde se ha visto que los “intelectuales” abdiquen de su histórica misión de dar caña al poder, se autoproclame éste de derechas, de izquierdas o ambidextro? ¿Pero qué majadería es esa de “posicionarse contra el mal rollo” de la oposición populachera del PP? Si quienes tienen la sartén por el mango lo hiciesen medianamente bien, la oposición –fuese la que fuese- no tendría más remedio que cerrar el pico o verse ladrando falsedades que nadie creería. Los tiros, amadísimos hermanos, hay que dispararlos contra todo quisque, contra el poder, contra la oposición, contra vosotros mismos, contra todo lo que se mueva sin orden ni concierto… Releyendo a Victor Alba, ¿qué tipo de intelectuales sois, queridísimos querubines? ¿Los sacralizados, los secularizados, los ideologizados, los manipulados o los manipuladores? ¿O todos a la vez?


Cada vez que reaparece esta tropa (a los que pululan cerca de la otra hornada del arco parlamentario se ve que el pudor o el miedo les hace no mostrarse demasiado en las trincheras), el Puñetas aumenta su ya larga lista de gente “etiquetada y empaquetada, consumida y consumible” que se proclama “intelectual” pero a la que le falta lo más importante: pensar con ambos hemisferios cerebrales y no sólo con uno de ellos. Gente previsible antes de que te llegue su aromático olor. A estas alturas del cuento con el que nos adormecieron desde que nacimos, algunos todavía tenemos ciertas luces innatas para desechar a compañeros de viaje hacia ninguna parte, así que la lista aumenta cada día y así andamos, cada vez más huérfanos de contemporáneos y más amigos de los clásicos de siempre. Para mal rollo, hijos míos, el vuestro. Y hasta el próximo manifiesto en defensa de los jefes…

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