martes, 17 de abril de 2007

CON LA MÚSICA A CUESTAS


Escena de la vida cotidiana. Imagínesela. Once de la mañana. Llueve a todo trapo. Ciudad andaluza de 60.000 habitantes. Una banda de música, perfectamente uniformada, que asoma sus instrumentos por la esquina de la plaza. Ni un alma ni una almeja en la misma. Llueve a cántaros.


Los músicos empiezan el concierto guarecidos bajo la entrada de un edificio.


Piripí… Piripó… Pom, po, pom.. Parapá, tarará…


Atentos todos al director, que mueve la batuta bajo el aguacero. Suenan pasodobles.


Una vecina y su hijo de dos años pasan por allí y se paran a escuchar el concierto. Espectadores privilegiados y únicos.


Al día siguiente se repite la escena nuevamente. También la fuerte lluvia. Los músicos (componentes de la Banda Municipal de Vélez-Málaga) están de nuevo liados con el concierto de pasodobles, aguantando estoicamente bajo los soportales. Esta vez hay algunos espectadores más, algunos medios de comunicación que acuden al lugar para informar sobre una charla de la Universidad de Málaga para alumnos de bachillerato. Los músicos aprovechan la presencia de los periodistas y califican el concierto sin público (un concierto que no figura en agenda cultural alguna) como un castigo.


Entonces alguien cae en la cuenta que los músicos están de movilizaciones para reclamar mejoras laborales y salariales. ¡Acabáramos! Durante la Semana Santa la banda ha estado de huelga, por lo que no ha salido con ninguna de las cofradías a las que suele tradicionalmente acompañar.


El concejal que se encarga de Personal niega que el concierto sea un castigo y para demostrarlo, tomando por idiotas a los periodistas y al personal común, señala que “lo único que se hace es hacer cumplir a la banda las 13 horas semanales de trabajo a las que están obligados y ello en las semanas en las que no existen actos a donde debe acudir”. Inflando los carrillos de suficiencia, cierra el pico afirmando solemnemente: “No es la primera vez que esto sucede”.


Sin previo anuncio, sin auditorio, con lluvia, bien uniformados y sin perro que les ladre. Así actúa la banda municipal de música de Vélez-Málaga cuando sus jefes se cabrean porque reclaman mejoras laborales. Como premio.


A algunas fieras la música no sólo no las amansa sino que les excita los bajos instintos...

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