viernes, 20 de abril de 2007

TIREN TAMBIÉN DE LA SEGUNDA CADENA


La televisión española del gobierno de turno tiene dos canales en abierto, sin necesidad de TDT, satélite ni gaitas. El canal 1 se dedica a emitir la misma basura que cualquier canal privado. El canal 2 siempre se ha distinguido por cierto carácter “cultural”, entre documentales sobre animales en la hora de la siesta y películas clásicas en versión original a la hora de las brujas. Poca cosa, pero al menos servía para dar el pego y engañar al televidente un poco exigente.


Como era previsible, la llegada de los psocialistas al poder va a servir para que lo poco de cultural que había se vaya a hacer puñetas o, en todo caso, se desplace a la hora en que todo el mundo está durmiendo a pierna suelta. De la derecha política nunca esperamos que la cosa cultural le atraiga cantidubi, pero de los que se dicen de izquierdas (con todo el morro), cabe al menos esperar un poco de vergüenza torera y audiovisual. Pues, ni eso. Cuando gobernó el PSOE con González, se cargó aquel programa modélico llamado “La Clave”, censurándolo primero y aniquilándolo después. Ahora han decidido tirar por la borda los pocos espacios culturales que había en la segunda cadena, poniendo proa directamente a la telemierda.


Así que la 2 entra ahora en la lucha por la audiencia y abandona su escasa atención a una minoría selecta, incrementando su oferta de bazofias yanquis –en serie y cine-, a la vez que refuerza y multiplica los espacios informativos para comer el coco al personal, que es lo que le gusta al poder bananero. Objetivo: convertir la telele público-estatal en un lodazal mediático más, a imagen y semejanza del resto de canales privados y públicos-autonómicos, cuyo hedor atufa nuestras narizotas las 24 horas del día.


Como los directivos puestos a dedo por el gobierno de turno en la TVE son unos cínicos de Champion Ligue, los espacios culturales más emblemáticos de la 2 no los suprimen directamente; los trasladan a franjas horarias de dos a seis de la mañana, esperando que el personal les dé la espalda (a esas horas, mangas verdes), para entonces darles el cerrojazo, con la asepsia y la neutralidad con la que nos tienen acostumbrados.


No censuran o liquidan. Simplemente, el que quiera ver una película clásica en versión original, ya sabe, a partir de las cuatro de la mañana. Y el que desee contemplar un programa sobre literatura, que aguante ante la caja tonta hasta las una y media de la madrugada. O hasta las 2,30 si desea ver cosas un poco vanguardistas, como muestra “Metrópolis”. Y, digo yo: ¿no sería mejor cerrar la Segunda Cadena y eso que nos ahorrábamos los contribuyentes? Para ver la misma programación telecaquil, ya tenemos tropecientas televisiones privadas y autonómicas... Claro que esta medida no les permitiría chupar del bote y de nuestros impuestos. Encima, no tienen ni una sola idea original en el coco, así que cuando se les ocurre algo tiene que ser porque compran los derechos de emisión de concursitos y memeces de otras televisiones, como el próximo “Allá tú” (Polonia) o el actual “Tengo una pregunta para usted”, copiado literalmente de la televisión francesa.


Como andamos rematadamente mal de higiene televisual, tiren también de la segunda cadena: que todas las telecacas se vayan por el sumidero del olvido y el desdén. ¡A otro perro con esos huesos!

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