martes, 9 de enero de 2007

EN EL FILO DE LA NAVAJA Y EL TÍO SIGUE RIÉNDOSE


Nos llevan por donde les da la gana. ¿Adivinan cual ha sido la noticia más impactante de todas las navidades, el hecho existencial que nos ha tenido en un vivo sin vivir en mí a lo largo de todos estos días de francachelas, bebercios y comercios? Naturalmente que el bombazo de ETA en el aeropuerto de Madrid el día 30 de diciembre, con los dos “accidentes mortales” de rigor, según mi compadre Zapatero Zapatético, el de la hipócrita y vacua sonrisa.


Sí, reconozco que el atentado se presta mucho para las portadas, reportajes televisivos y otras gaitas de descomposición mediática. Los efectos especiales gustan y venden mucho en las películas, pero más si cabe en la realidad. El Puñetas, perro viejo en esto de observar el mamoneo político y mediático, ya lo vaticinaba en estas mismas páginas virtuales el pasado 24 de noviembre con este bello título: “Desaparecido proceso de paz. Se gratificará a quien aporte alguna pista. Firmado: el señor Zapatero”. En la parida consiguiente escribía esta perlilla majórica: “El proceso de paz anda como puta por rastrojo y cualquier día de éstos (cuando la banda crea que ya le han dado tiempo suficiente para rearmarse, como en las ocasiones anteriores) tendremos un nuevo muerto sobre la mesa.…)”. Me equivoqué en el número de víctimas. Han sido dos. Nunca destaqué en las matemáticas.


No quisiera, pues, volver a darle a la manivela del mal llamado proceso de paz con la serpiente etarra, la cual no estirará la lengua bífida hasta que se la corten por la vía policial y por el estrangulamiento político y económico de los numerosos nidos de víboras que –con presupuesto oficial y canguelo empresarial- campan por sus anchas en el bello pero desnortado País Vasco. ¿Cómo es posible, por ejemplo, que en la cantamañanera Unión Europea al gran jefe Josu Ternera –en busca y captura policial y judicial desde hace tiempo- no se le encuentre ni debajo de las piedras? ¿Misterios del más allá, incapacidades del más acá o cagalera de todos los democráticos ternerillos políticos que medran y mangonean al norte y al sur de los Pirineos?


Sólo a un bobo iluminado que se cree mitad Ghandi, mitad Napoleón Bonaparte, se le puede ocurrir decir ante la chusma que en el tema de ETA “dentro de un año estaremos mejor”. Para milagros, majete, los del Nuevo y Viejo Testamento. Cualquiera con dos dedos de frente sensata sabe que en el asunto de los carcamales etarras y en el de la mismísima vida cotidiana tenemos todas las papeletas para –de seguir así las cosas- llevarnos el premio gordo… del gran batacazo. Mujeres dando a luz a los 67 años. Gobiernitos preocupados sólo de regalleguizar nombres, sepulturas y usos horarios. Un IPC real, no el que nos dicen en plan cuento de Blancanieves, del 60 % en los cinco últimos años gracias a los que trincan del euro. Con el agua al cuello, pero sin agua, que es lo más difícil: nos ahogaremos de sed. Entrampados hasta las orejas con las porcas hipotecas. Algunos, ni eso, sólo con el único panorama de dormir debajo de un puente a poco que cruja el barco. Con cerca de 100.000 abortos al año y la tasa de natalidad más baja del mundo. Algo más de 3.000 muertos en las carreteras, según las cifras oficiales, lo que quiere decir que rondamos realmente los 4.000. (Tenemos más probabilidades de quedarnos atrapados entre la chatarra abollada de nuestro bólido que descalabrados por los cascotes de una bomba o petardazo etarra). Con unos médicos y enfermeras que emigran al extranjero para poder ganarse la vida decentemente, mientras aquí traemos a los licenciados en medicina de la Universidad de Tobago, a los que en urgencias sólo vemos (pero no entendemos) después de cinco horas de tensa espera. Con más políticos corruptos nativos y mafias foráneas que edificaciones ilegales, que ya es decir. Construyendo más viviendas que Francia, Italia y Alemania juntas, pero con los jóvenes sin poder comprarlas. Una educación que roza niveles de cloaca. Una dependencia casi exclusiva del gas de Argelia, así que cualquier día tenemos que calentarnos con el tradicional brasero y el picón de orujo. Continúa la fiesta nacional de los cabestros: disparar o rajar a la parienta en cuanto se les cruzan dos neuronas y media (las únicas que tienen). Y por si fuera poco, el Real Madrid hace el ridículo y la selección nacional no se come una rosca ni harta de vino de Rioja.


Con este panorama –y lo que no nos cuentan para evitar que salgamos huyendo a Somalia- ¿cómo se atreve alguien, por muy Presidente de la Cosa que sea, a proclamar en plan canario cantarín que estamos de maravilla y que vamos directos al orgasmo de la felicidad? ¡Pumba!, le contestaron los canallo-etarras al día siguiente, para que te enteres y dejes de tirarte faroles a nuestra costa... El hombre, de resultas del estruendo, se ve que ya sólo puede escucharse a sí mismo. “No he cometido ningún error". Ni lo cometerá, claro... ¡Pumba!, le dirán más electores de lo previsto en las próximas elecciones que se avecinan allá por mayo. Dará igual porque –según demuestra nuestra Historia, escasamente aburrida-, a los hispanoides nos va la marcha y la movida funambulesca. O sea, bailar en el filo de la navaja. ¡Y encima te sacan en todos los periódicos, teles y enciclopedias del mundo, con lo que nos gusta enseñar el careto por esos andurriales del copón fermoso!


Ya digo, regresa uno de los fastos navideños, y se encuentra con que seguimos hablando de la apuesta más chiripitifláutica que el camarada Zapatero se ha echado al cogote desde que ganara las elecciones hace ya una eternidad trienal: tomarse unas copichuelas con los gañanes de ETA y engañarles como a chinos, aunque sean vascos de pura lana virgen. Les cree (y nos cree) imbéciles perdidos. De todo lo demás, esas cosillas sin importancia que angustian al personal de a pie," rien de rien" que dicen los franchutes. O sea, que nos vayan dando… ¡Pumba!


PD: Según mis fuentes, la única paz que existe sobre la Tierra es la de los cementerios, una vez descartado por inverosímil el más allá, con sus huríes, su diablo y demás fauna erótico-cachonda. Así que, menos lobos e ínfulas, Caperucita Rodríguez…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenido, amigo Puñetas. Se te ha echado de menos durante estos días.

Como bien dices, en este putiferio en que nos ha tocado vivir, lo de "año nuevo, vida nueva" no reza.
Hemos comenzado un nuevo año pero las paridas de los cabestros que pastan en el pesebre público siguen siendo las mismas.

¡En fin! Feliz año, aunque te lo ponga difícil nuestra "admirada clase política". Seguiremos poniéndolos a parir desde nuestros reductos.

Anónimo dijo...

Bien hallado, JC. Uno intenta pasearse por la política sólo lo imprescindible y siempre que sea algo general, pero tenemos unos politicastros que nos lo ponen difícil. Pese a todo, seguiré intentándolo...