martes, 27 de junio de 2006

UNA JUSTICIA A LA MEDIDA


El lector habitual de este pelanas que responde al alter ego de “er Puñetas” intuirá que creo en la justicia con la misma fe que en la existencia del más allá. Que me lo demuestren y entonces ya veremos. Ja, ja, je, je, ji, ji, jo, jo, ju, ju, justicia. Es que me entra la risa floja. Un hazmerreír. Una tomadura de pelo. Pero hasta ahora, al menos, siempre imperaba la educación, las buenas maneras, el ocultamiento bienintencionado, el carácter imperfecto de sus decisiones, tan humanas. Con el llamado “proceso de paz” entre don Zapatero el talentoso y las tres mil variantes de ETA que pululan por el paisaje vasco, las caretas y disfraces, los buenos modales y la camuflada ética se han ido a tomar por saco.


Hoy mismo, con esa brutez del capataz que se siente bien protegido por el patrón, el exfiscal anticorrupción, Jiménez Villarejo, acusa al juez Marlaska de “dificultar gravemente el proceso de paz”, “de servir a los intereses antidemocráticos del partido de la oposición” y, no se lo pierdan, escribe con una total falta de vergüenza justiciera, que “la aplicación estricta de la ley puede conducir a una auténtica ofensa del principio de Justicia, a una auténtica ilegalidad”. Y es que los mismos que aplaudirían hasta con el rabo las decisiones del juez Marlaska si les interesasen –seguir deteniendo etarras, continuar investigando las extorsiones, apartando a los funcionarios que le engañan...-, como ahora lo que quieren es que a los santitos etarras no se les toque ni un pelo, pues van y ladran y despotrican contra el juez encargado del tema, que no se da por enterado y él sigue a lo suyo. Ni siquiera tienen paciencia para esperar al día uno de julio en que tendrá que abandonar el puesto por regresar el titular. Es más, lo mismo mañana o pasado, son capaces de enviarle la Guardia Civil a casa y meterlo entre rejas por alta traición a la patria zapateril. Y todo por hacer lo que se espera que haga el juez: aplicar la ley. Estrictamente. Algo horrible, claro, porque la ley hay que aplicarla como lo hacía el señorito Villarejo y como lo hacen multitud de coleguillas suyos: usando las varas de medir que interesan en cada ocasión, según quienes sean los reos, según el momento del día, según la manteca que circule por el juzgado, según lo que digan los jefes políticos o según cómo esté la temperatura de los testículos u ovarios del juez o jueza en el momento del climax sentencioso.


Gracias a esta manera tan torticera de aplicar “justicia” han desaparecido las revistas de humor de este país. Los tribunales acabaron con ellas. El que quiera humor del bueno, ya sabe donde encontrarlo. Y gratis. Con la misma ley un juez dice que no ha lugar a pena alguna y otro afirma muy serio que veinte años y un día, por lo menos. Lo mismo te caen dos años por una banalidad, como coger un poco de manzanilla en el campo o porque tus cabras se escaparon a la finca vecina (sentencias reales de los últimos años), que en cambio te libras de la cárcel por matar con tu coche a un anónimo ciudadano, pese a que ibas borracho, no tenías carné y no te paraste ni a echarle un ojo a ver si todavía respiraba. Claro, eras un famoso bailaor llamado Farruquito. Pecata minuta, que dicen los espabilaos. La vara justiciera se alarga y endurece o acorta y ablanda en función de la interpretación cinematográfica o teatrera que el juez aplica a la ley.


Pero qué cambalaches se traen entre manos algunas cúpulas del poder y algunos de sus más salivosos lacayos, incluido personal honorabilísimo de la cosa judicial. Que de independiente no tiene ni los buenos días. Bueno, sí, cuando fabrica sentencias favorables a los que detentan el poder. Y es que, aunque se vistan de sonrientes corderitos, se les ve el disfraz de lobo a la menor oportunidad en que alguien, como en esta ocasión el juez Malarka, saca los pies del plato y contraría los intereses de estos capullos que tienen al país cogido -muy democráticamente, eso sí- por los cataplines. Ya se cuidan de que todo esté bien controlado. Vean si no esta perla del Estatuto Autonómico que se han sacado de la manga los politicuchos que estrujan las ubres de la vaca andaluza: “Los diputados gozarán, aún después de haber cesado en su mandato, de inviolabilidad por las opiniones manifestadas en actos parlamentarios y por los votos emitidos en el ejercicio de su cargo. Durante su mandato no podrán ser detenidos por los actos delictivos cometidos en el territorio de Andalucía, sino en caso de flagrante delito…”.


¿Extraña por ello que hace ya unos años un tal Barreda, diputado onubense de alto copete, fuese parado por la policía para hacerle una prueba de alcoholemia y el tío se negase a ello, insultase a los guardias y se largase con viento fresco? Poco después, los tribunales le absolvieron. Mientras los guardias no sé si todavía vestirán de uniforme o trabajarán en un andamio poniendo ladrillos, el señorito Barreda sigue luciendo dentadura lobuna en las afotos y portadas de los diarios. Ahora pruebe, amigo lector, a hacer lo mismo que este caradura cuando la poli le pare para someterle a la prueba del alcohol. Como todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, je,je, (lo dice hasta la Constitución y los tropecientos Estatutos autonómicos) pruebe, pruebe a ver los resultados. Verá como el mismo juez que se arrodilló ante el fulano le envía a usted a la cárcel en menos que canta un gallo. Y es que la ley está para interpretarla, amigo, para aplicarla según los condicionantes y causas particulares que determine el togado de turno. Si todavía no se ha enterado, el “proceso de paz” con la ETA de los demonios se lo está poniendo tan clarito como el agua. Aunque hay algunos que no quieren ver ni lo que está a la luz del día. Allá ellos, pobrecitos invidentes. El Puñetas lo tiene claro: Ja, ja, je, je, ji, ji, jo, jo, ju, ju, justicia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo del Sr. Villarejo es muy grave pero quizás está haciendo méritos para que le nombren futuro Ministro de Justicia.

Anónimo dijo...

En castellano, se dice "ropa vieja"
En gallego, "xa te vin" (ya te ví).
Todo ya, caro Don Juan, está visto y son las sobras de la pitanza de ayer.

Cosas de familia,dicen en Italia,pues casi toda la parentela del tío está en el PRI hispano.

Esto de la familia es la leche, pues también está muy implantado en la pepería, pero hay que reconocer que con ámbito más limitado y,en general, local. Vamos, en tercera división éstos y los del PRI en primera.

Anónimo dijo...

Estupenda tu bitácora, Puñetas. os de la peña satírica El Oso Bruno, de México, bautizada así en honor al pobre plantígrado que ha poco se descabezaron en Bavaria. Pronto estrenaremos nuestro Blog y publicaremos nuestra revista. Esperamos contar con tu colaboración. En tanto, nuestra dirección es elosobruno@yahoo.com. ¡mantengamos el contacto!