martes, 31 de enero de 2006

MIRANDO A LA MECA



Tiene uno la sensación que como sigan así las cosas, tarde o temprano, acabaremos todos mirando a la Meca. Y es que cada vez hay más indicios –el acobardamiento de unos y el envalentonamiento de otros- de que los islamitas radicales están empezando a cortar demasiado bacalao.


Cuando muchos ya estamos de vuelta del cristianismo (algunos sin haber hecho el viaje de ida) y cuando hemos tenido que pelear por cosas tan elementales para los no creyentes como el casamiento civil, el divorcio o que no te pongan en un registro por no ir a misa o hacer la primera comunión, resulta que empiezan a tocarnos los cataplines otro tipo de políticos creyentes, pero esta vez de las tierras de Mahoma. Está visto que los que asumimos y respetamos las religiones ajenas pero exigimos que a los descreídos nos dejen en paz, no vamos a descansar ni cuando nos llegue el juicio final. Cuando parecía que respirábamos aire puro (tras superar la exclusividad católica de tropecientos años de una España y Europa vigiladas por los santos padres romanos y su personal de a pie, con infiltraciones en todos los ámbitos, desde el político al económico pasando por el folklórico y el educativo), resulta que ahora están sacando la cabeza otros capullos -estos con turbante y larga barba- dispuestos a devolvernos de nuevo a la estupidez y las cavernas.


Hasta ahora la cosa apunta sólo en detalles, pero si uno mira hacia delante hay que pensar que –de seguir así las cosas- en pocas generaciones acabaremos mirando a la Meca y haciendo el Ramadán cuando toque. Algunas pinceladas de indicios:


- El presidente Zapatero visita tierras españolas situadas en África (o sea, Ceuta y Melilla), en poder de España hace más de 500 años y cuando todavía Marruecos no existía. El gobierno del primo Hassan se mosquea y dice que el viaje es inoportuno y que así no se juega. En la vieja piel de toro, el Estado más antiguo de Europa, ni un mal gesto ni una boquita entreabierta.¿Miedo? ¿Condescendencia? ¿Gilipollez?


- En Dinamarca un periódico ha publicado un dibujito caricaturesco sobre Mahoma y los islamistas de medio mundo se han tirado como degüello ante el asunto, intentando aplicar sobre los periodistas daneses ¡en su propio país! los calenturientos y troglodíticos principios de su ley coránica. ¡Tiene bemoles la cosa! Y el resto de la prensa y de los países europeos, calladitos como muertos no vaya a ser que los tipos del turbante se vayan a enfadar también con ellos. Sólo algunos periódicos franceses y alemanes se han atrevido a escribir verdades tan elementales como “tenemos el derecho a caricaturizar a Dios” y, añado yo, a todo bicho viviente sea terrenal o celestial. ¿Pero dónde demonios queda el sentido del humor, la crítica, el pensar libremente, la libertad de expresión y tantas bellas cosas que nos ha costado sangre, sudor y lágrimas conquistar y desarrollar durante siglos, para que ahora vengan unos tíos que andan todavía por el medievo y pretendan hacernos censurar en nuestro propio país y dentro de nuestras fronteras?


- En un pueblo de Valencia (de cuyo nombre no quiero ni acordarme) van a publicar todos los bandos en tres idiomas, el valenciano, el castellano y el árabe. Todo porque tienen una población que ronda el 5 % con esa procedencia. ¿Esplendidez? ¿La típica hospitalidad hispana? ¿Complejo de inferioridad o cagarritis?


- Por Andalucía andan construyéndose algunas mezquitas árabes de lo mejorcito que va a parir madre en estos temas. Edificios que serán inviolables en suelo extranjero. Los inmigrantes marroquíes y adláteres se mueren de asco, pero al menos que tengan un sitio bonito donde rezar por sus penas. Si es que no somos más tontos porque todavía no nos entrenamos demasiado.


No nos alarguemos más. En Irán están coladitos por tener energía nuclear (tienen el mismo derecho que los USA, Israel o Mortadelo y Filemón), pero a ver quien es el guapo que pone la mano en el fuego de que lo primero que harán sus cavernosos dirigentes –antes que dar luz a su depauperado pueblo- no será sino lanzar varios pepinazos a Israel o a media Europa, si nos ponemos tontos, por una caricatura o tontería que les parezca mal. Y es que jugamos con desventaja frente a estos islamistas: si la espichan se pasarán de putísima madre el más allá rodeados de huríes y mozas fáciles. Los cristianos tendrán un cielo de lo más soporífero y abstinente. Los ateos y tal, sólo serán presa de los gusanos…


Media Historia se la han pasado los cristianos y musulmanes peleándose por situar a sus monógamos dioses en el primer puesto de la Liga religiosa. Ahora parece que estamos empezando de nuevo a recordar y ejecutar viejos tiempos: empiezan los radicales, le siguen los partidos políticos (no perderemos de vista a Hamas) y les seguirán detrás los gobiernos y los Estados. No es sólo culpa de los islamitas, quede claro, pues dos no se pelean si uno no quiere, pero con gente con tan pocas luces (quiero decir, gente que no sabe lo que es la Ilustración ni la egalité y la fraternité, ni la democracia ni el taquito de jamón con un buen vino) uno estaría más seguro si empezásemos a reaccionar con cierto orgullo civilizatorio. Lo ha escrito bien claro el periódico francés “France Soir”: “Ningún dogma religioso puede imponerse a una sociedad democrática y laica”; “Nunca nos disculparemos por ser libres de hablar, pensar y creer”.


La madre del cordero la ha puesto un periodista danés, al que haríamos muy bien en levantarle un monumento por lo que pueda pasar en un futuro: “Con el islamismo radical pasa lo mismo que con todos los movimientos totalitarios: cuando cedes para alcanzar un compromiso, en seguida te piden más”. Zapatero de mis Españas, aplícate el cuento, machote, que tú eres bastante ligero para estas cosas y así nos va. Ponte algo firme ante el primo marroquí, el paleto etarra o el ávaro Carod o al final nos vamos a quedar la gente decente en paños menores y mostrando las pocas vergüenzas que aún nos quedan por mostrar.

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