martes, 20 de diciembre de 2005

MACHOS Y MACHAS, HEMBRAS Y HEMBROS

Acaba de caer en mis manos el planfletillo que la Junta de Andalucía, sector educativo, acaba de sacar en el Boletín Oficial Autonómico con el pomposo nombre de "I Plan de igualdad entre Hombres y Mujeres en Educación". Aconsejo a todo aquel o aquella que desee pasar un chistoso rato, que lea la referida normativa, ejemplo de la meapilez pseudoprogresista que padecemos. Al principio fueron los curas, luego les sustituyeron los psicólogos y ahora son los polítiquillos y politiquillas de dos reales los que han tomado el relevo en el asunto de comernos el coco al personal de a pie para que no seamos tan malos y así podamos ir al cielo celestial.

Resulta curioso que los/las que son incapaces de lograr que las mujeres ganen el mismo sueldo a igual trabajo realizado; los que permiten que "sus" televisiones (las teleles públicas que mangonean a su antojo) traten a la mujer indecentemente con anuncios horteras, bodrios del cuore degradantes, series y pelis asquerosas y unos programas infantiles aptos sólo para discapacitados crónicos; los que en sí mismos cumplen a rajatabla el más deleznable de los sexismos (ellas posando en el Vogue, ellos en Zero o Play Boy), sean los que –tiene bemoles el asunto- quieran darnos lecciones a los demás sobre el rollete hombre-mujer, como si se acabase ahora de descubrir el invento. Si es que siguen pensando que los ciudadanos y ciudadanas somos imbéciles e imbécilas perdidos/as. ¡Pobres mastuercillos y martuecillas míos y mías!

Veo unas estadísticas del sistema educativo andaluz por las cuales resulta que las chicas, mozas, chavalas y mujeres les dan sopas con ondas a los chaveas, mozuelos y hombres en cuanto a más y mejor esfuerzo, rendimiento y resultados a lo largo de todo el sistema educativo. Sólo en las carreras universitarias técnicas hay una superioridad neta por parte del sexo tonto (el homo penis) y en los cursos esos de Formación Profesional que sirven para pasar el rato. En todo lo demás destaca el sexo listo (la homa vaginis). Incluso dentro del personal que trabaja para la educatio (vulgo profesores y profesoras apaleados/as), las mujeres destacan en todo (número, horas de trabajo, cursillos y otras gaitas) menos en una: hay más directores que directoras, pese a ser menor el número de hombres. Lo cual que cualquier persona inteligente (menos estos memos de la Junta de Andalucía) considera como un buen indicador de la inteligencia práctica de la mujer docente andaluza, dado el perpetuo cachondeo y puteo que la Administración educativa se trae con los cargos directivos de los colegios que tan pésimamente administra.

En fin, que algunos y algunas de los que sientan sus culitos regorditos en las poltronas politiqueras, deberían pensar si lo suyo no es frustración sacerdotal, en versión laica. Para el Puñetas la cosa está clara: incapaces de resolver los graves problemas que tiene la población (a los que deben sumarse los que originan gratuitamente por su escasas entendederas y luces), distraen al personal sacándoles planecillos propagandísticos como este de la igualdad entre el "Hombre y la Mujer" (¡toma, con mayúscula!), ese del bilingüismo (sin profesores bilingües, que ahí está la gracia) o aquel de la Segunda Modernización Andaluza (sin ni siquiera una puta desaladora que nos saque del apuro cuando no haya agua, o sea, cada dos por tres). Tendremos que volver a la cultura del botijo.

"Dar existencia a las mujeres debe comenzar por no negarlas en el lenguaje". Eso dicen estos y estas lumbreras y lumbreros. Y es que estos y estas analfabetos y analfabetas (todo poder en sus manos, es poco) pretenden cambiar el diccionario de la lengua sin entrar en la Real Academia. Son como don Quijote, pero en más torpe: ven "molinos y molinas" donde sólo hay "molinos". Es lo que Vaz de Soto llama caritativamente "feminismo gramatical" y que yo -más caústicamente- califico de "meapilez progre/político/gramatical". Confundir el culo con las témporas es grave, pero no saber distinguir entre el sexo de las personas y animales y el género gramatical, roza la idiocia. Política, claro, que en su casa (alejados del Boletín Oficial y el despacho) muchos/as resultan la mar de inteligentes e inteligentas, de simpáticos/as, a la mayor gloria del Altísimo/a.

¿Habrá que llamar de ahora en adelante a las panteras, "panteros" si nos referimos a los machos? ¿Y jirafos a las jirafas? ¿Y qué hacemos con el caracol, hermafrodita el pobre? ¿Lo llamamos "caracol" cuando actúe de macho y "caracola" cuando vaya de hembra? El género gramatical varía según los idiomas, de modo que lo que en unos va con género masculino en otros lo hace con el femenino. ¿Tiene sexo la palabra "coche"? No, tiene género gramatical, que en español es masculino y en francés o italiano es femenino. Pues lo mismo pasa con el resto de las palabras del diccionario, que no es sino un libro de historia en el que se recogen las biografías de las palabras, y no un derecho de pernada de los políticos torpones que nos ha tocado sufrir.

Estos hombres y hombras, mujeres y mujeros de la Junta andaluza y andaluzo mejor harían en preocuparse en que los andalucitos y las andalucitas aprendan más lenguaje, gramática, vocabulario, semántica y etimología en vez de estar dando lecciones de analfabetismo lingüístico. Aunque estos mendas lerendas lo tienen claro, pues se mueven siempre en la dogmática cuadratura del círculo: "Las reticencias a utilizar un lenguaje sexuado constituyen una muestra de que no se ha asumido la necesidad de utilizarlo porque la realidad continúa analizándose desde una pretendida neutralidad que no hace sino buscar la inclusión de las mujeres en el referente masculino ya existente". Si es que estos tíos y tías junteros y junteras son más listos y listas que el hambre canina y canino. ¡La madre y el padre que los/las parió!

PD: Por cierto, dado que hay que utilizar el doble género gramatical por motivos sexuales, ¿a cual ponemos primero, eh listezas? ¿Decimos "todos y todas" o "todas y todos"? Porque, digo yo, que la auténtica igualdad gramático-sexual no debería incluir tampoco preferencias de orden. Así que lo mejor será que, cuando nos dirijamos a un grupo, digamos: "hola, todos y todas, todas y todos". Así ni ellos ni ellas, ni ellas ni ellos se sentirán discriminados ni discriminadas, ni discriminadas ni discriminados. Encima estos tiparracos y tiparracas cobran a fin de mes con la pasta gansa y ganso que nos sacan vía impuestos. ¡Qué bien tienen montada su cuadratura circular, los muy mamoncillos y mamoncillas!

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