viernes, 23 de diciembre de 2005

CHAPUZAS A GOGÓ



Aunque algunos listillos piensen que estamos en pleno siglo XXI, a las puertas del año 2006, para muchas cosas no andamos más allá de chapuza medieval. Mucho ordenador, muchas encuestas, muchos expertos “enteraíllos” y mucha mandanga, pero no dejamos de ser tan paletos como nuestros antepasados. Peor, porque aquellos –con cuatro nabos y una faca- se apañaban tan ricamente en la miseria. Hoy, sin ni siquiera con cosas tan superfluas e inanes como la televisión, seríamos capaces de sobrevivir.


Cerremos el telón del año con algunas chapuzas típicas de nuestra era tecnológica.


CHAPUZA UNO. En el pueblecito malagueño de Valle del Abdalajís saben mucho de los tontos del haba de última generación. Por el bello pueblo del interior malagueño el agua siempre ha corrido por sus fuentes y manantiales como gloria bendita. Tenían agua para dar y regalar, aún en periodo de sequía en los alrededores, gracias a los veneros que abastecían al pueblo con un caudal superior a los 300 litros por segundo. Pero en mala hora llegaron los listos que construyen el AVE Córdoba-Málaga y la jodieron. El pueblo que antes se llamaba “villa de los manantiales” se ha quedado sin agua desde que le perforaron sus manantiales y acuíferos con las dichosas obras del AVE. Desde hace siete meses las gentes de Abdalajís tienen que abastecerse de cubas de agua transportadas desde otros pueblos vecinos. Más de siete meses desde el “aguacidio” provocado por los idiotas que construyen el AVE y que, a estas alturas, ni han solucionado ni –por lo que parece- quieren solucionar. Es más, según los vecinos, a causa de la perforación en sus manantiales, se están perdiendo 30 millones de litros cada 24 horas. Abueletes hay que en sus 74 años de vida nunca habían visto sin agua las fuentes del pueblo. Han tenido que llegar los inútiles chapuceros del AVE (ingenieros, constructores….) para convertir tan bello pueblo y sus alrededores en un auténtico patatal. Mucha tecnología, escasa formación técnica y muy poca vergüenza.


CHAPUZA DOS. El Puñetas, por esas cosas familiares que aprietan y a veces hasta casi ahogan, se ha visto obligado a cambiar de compañía suministradora de ADSL. Lo que desconocía (porque no lo cuentan los muy canallas en sus propagandas) es que el cambio de empresa puede llevar un tiempo sin conexión entre casi un mes y los dos meses. Si logras que el Altísimo interceda por ti y aceptan que lo que haces es un traspaso, te vas a un mes. Si cortas el grifo y quieres abrirlo en otra teleco, ármate de paciencia y dedícate a la lectura o al cine, que lo que es a la interné….Y en esas estamos. (Si no fuese por la bondad de algunos camaradas, no podría subir al espacio estas paridas). Tanta tecnología avanzadísima, tanta millonaria propaganda y tanta tontería para que luego, entre burocracias, incapacidades y absurdideces, se te vayan los dos meses sin servicio. Menos mal que es sólo la interné, de la que se puede prescindir. Si el engendro girase en torno al agua, la electricidad, el teléfono…. Así que cuando usted vea que le cuentan que los dos primeros meses los tiene casi de regalo si se apunta al ADSL de TAL, siéntase timado. Es el tiempo probable en que va a estar sin conexión internetera y por eso rebajan la minuta. Van de listos los querubines de las empresas de telecomunicaciones, pero en el fondo son más tontos, torpes e ineptos que Abundio y toda su familia.


CHAPUZAS INFINITAS. Y así, casi todo. Jueces que cuando emiten un veredicto, el acusado adolescente ya es un senil ancianito. Presidentes zapateriles de gobierno a los que les birlan la cartera y encima no sólo no se enteran si no que se creen que les han metido dinero dentro. Obras del metro en ciudades como Málaga que se quieren iniciar sin haber tomado las medidas apropiadas para paliar los colosales colapsos de tráfico que se avecinan con ellas. Fontaneros que en vez de arreglarte el calentador, se largan con cien euros y te dejan la espita del gas abierta de par en par. Muebles que llegan medio rotos a consecuencia del maltrato a que les someten los transportistas –se creen que son bolsas de patatas- y que encima quieren que te los quedes como si vinieran nuevos e inmaculados. Coches cronometrados con cinco años de garantía que al primer día de finalizar la misma, empiezan a salirle más goteras que a un tejado de paja. Funcionarios a los que tienes que explicar que su trabajo consiste en recogerte los impresos dentro del horario especificado y no comerse el bocata de chorizo. Deportistas que sabiendo que millones de ojos les escrutan todos los fines de semana, hasta en los más mínimos gestos, se dedican a patearse mutuamente, insultarse y hasta lesionarse dando bellos ejemplos de mala educación. Constructores de pisos que cuando los entregan, lo hacen con tan pésimas condiciones de calidad, que dan ganas de trincarlos y encerrarlos en ellos, sin pan, sin agua y sin secretaria. En fin, una enorme patulea de gente para la que la chapuza sigue siendo un deporte nacional, cobrado –eso sí- a precio de ese oro que cagó el moro.


ÚLTIMA HORA: EL CHAPUZÓN QUE SE AVECINA. El recorte de la libertad de expresión. Empezarán con la COPE, seguirán otros medios de comunicación un poco críticos y acabarán cerrando la boquita de piñón a todos aquellos que no tragamos con los carros ni carretas de los pájaros que nos la endiñan desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. No nos van a dejar ni el derecho al pataleo. Más ya tendremos todo el año que viene para hincarle el diente al asunto.

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