lunes, 30 de noviembre de 2009

EL VENDEDOR VENDIDO

-Buenas tardes, señor. ¿Quiere que le informe de algo? ¿Está interesado en algún modelo en concreto? ¿Desea acogerse a la promoción del mes?
-Pues… yo… afuera está lloviendo en plan diluvio universal y he entrado aquí a esperar que escampe. Simplemente estoy curioseando…
-¿Algún televisor de última generación? Precisamente hoy acaban de llegar unos de China a precios súper baratos…
-Ya tengo televisor. Le decía que sólo estaba curioseando…
-Le entiendo, señor, pero a mí me pagan por informar a los clientes para que compren con calidad y buenos precios.
-Sí, ya sé cual es su función pero le decía que simplemente…
-Veo que se le van los ojillos por nuestros monitores de ordenador. ¿Desea que le informe sobre las diferentes marcas y modelos?
-Bueno, ya que estoy aquí, quizás no sea mala idea charlar con usted un ratito y que me aconseje sobre cual es el mejor monitor para mi ordenador. Estoy pensando en cambiar el mío, más antiguo que el baúl de la Piquer.
-También tenemos el baúl ese, por si le interesa…

(Aquel dependiente tan pelmazo trabajaba en unos grandes almacenes de fama internacional. Se notaba que había sido adiestrado muy tenazmente en la caza y captura del cliente. Agarrada su presa –aunque estuviese allí por casualidad- iba a ser difícil salir ileso de la situación. ¿Quién no tiene algo que comprar, anda tras un regalo o se deja llevar por unos minutos de debilidad y se permite un caprichito? El tipo era joven, bien trajeado, agresivo comercialmente aunque muy educado. Yo debía ser su próxima víctima propiciatoria…).

-Olvídese del baúl. ¿Por qué no me informa sobre lo último de lo último en monitores de HD? Quién sabe si me da la ventolera...
-Precisamente ha dado usted con el comercial más adecuado. Puedo informarle con detalle de lo mejor de lo mejor pero, yendo al grano, yo me quedaría con este BOC de alta gama. Tiene 23 pulgadas y ya ve como se ve: de maravilla. Además, tiene un precio muy asequible. Sólo 200 euros, que podrá pagar en 12 cómodos plazos y sin intereses.
-Demasiado barato. Yo buscaría algo de más calidad…
-Bueno, si puede estirarse en el presupuesto yo me inclinaría por este GL de 24 pulgadas donde la nitidez y la calidad de imagen es difícilmente superable. Aunque, si ya prefiere irse a lo más alto de la gama le recomiendo este PH, con él podrá flipar todo lo que quiera. Lo puede poner en vertical, en horizontal y la luminosidad se auto regula con una célula fotoeléctrica que tiene en la webcam. El GL vale 330 euros y éste PH le sale por 430, pero quizás le merezca la pena si usted busca la máxima calidad y el mayor confort para sus ojos…
-Pues no parece mal trasto, oiga… ¿Y también lo puedo pagar a plazos y sin intereses?
-Sí, claro. Es un modelo que se está vendiendo mucho, casi nos lo quitan de las manos porque no hay nada en el mercado que, a ese precio, le supere. Le alabo el gusto por escogerlo. Precisamente yo tengo uno en casa desde la semana pasada y le puedo asegurar que es una gozada navegar por internet o ver las fotos familiares o una película. Una maravilla, señor.

(El tipo era listo, sin duda. O sus jefes le habían preparado a conciencia. Halagaba mi ego, me equiparaba a los mejores clientes y a él mismo y las condiciones de venta eran buenísimas. Pero uno es un comprador bastante tiquismiquis…)

-Me gusta, sí que me gusta… pero quisiera más información técnica. No sé, especificaciones de color, datos sobre el consumo, conocer si cumple la normativa de cero mercurio o halógenos… Ya sabe, esas cosas de las que nadie informa porque no tiene ni idea…
-Ejem…., bueno, eso ya son palabras mayores… Comprenderá que yo no puedo saber las características técnicas de todos los modelos…
-Bueno, usted me ha dicho que era el comercial más adecuado en esto de los monitores…
-Y lo soy, señor, pero yo también tengo mis limitaciones… Los monitores entran por los ojos y los clientes no suelen preguntar esas cosas. Se fían de nuestra palabra y de nuestra información y si no quedan satisfechos, ya sabe, le devolvemos su dinero…
-Ya, pero es que yo soy bastante especial para estas cosas, ¿entiende? Me gusta comprar poco pero a conciencia, sabiendo lo que compro para adaptarlo a mis necesidades y gustos. ¿No tendría algún folleto explicativo emitido por el fabricante y que diga algo sustantivo?
-Qué va, señor. Fabrican tantos modelos diferentes que ya pasan del tema. Quizás en la internet consiga alguna referencia determinada pero no es fácil ni fiable… Me temo que tiene usted que hacer un acto de fe. En esta compra y en otras muchas. Con nosotros tiene la garantía de probar y de devolver…
-Entonces, ¿no puede informarme de más cosas del monitor aparte las que se ven a simple vista?
-Usted lo ha dicho, 24 pulgadas, 3 puertos USB, garantía de un año y un color negro cromado muy bonito…
-Pero al menos podrá decirme el modelo concreto de monitor…
-Ah, eso sí, espere que miremos por la carcasa… Sí, el modelo PT7456mc. Fácil, ¿verdad?
-Sí, veo que los fabricantes no se estrujan mucho el cerebro poniéndole nombres llamativos y recordables a sus aparatos. Igual que fabrican monitores u otros artefactos, podrían fabricar chicles, chupetes o patatas de plástico. Pero, ¿me ha dicho el PT7456mc?
-Creo que sí… ¿Voy preparando la factura?
-Pues va a ser que no, amigo. Ahora que recuerdo este modelo pesa 9,89 kilos, por lo que es demasiado pesado para lo que busco; su resolución en diagonal es de 1920 por 1080 cuando yo quiero un 1920 por 1200 puntos; tiene un brillo de 400 cd/m2 que es de lo mejorcito del mercado pero a precio de oro; su contraste dinámico tiene una ratio de 3000 a 1. Bastante mejorable, oiga. Su tiempo de respuesta de 3 ms no está mal pero busco un 2 ms. Sus altavoces, eso sí, son muy contundentes, con 3 W RMS escalofriantes pero no me interesan, ya tengo unos separados que son la leche. Dispone de conexiones HDMI, VGA y audio IN pero mi ordenador precisa la DVI, que le falta. Como usted decía, puede pivotar y es regulable en altura pero todas estas virguerías le acercan a un consumo de 70 W, demasiado para mi maltrecha economía. ¿Quiere que le informe de algo más, señor?
-Ejem…

(Al pobre comercial se le iba y venía un color detrás de otro. Parecía otro monitor más de la exposición. Aquel cliente que tenía enfrente le había salido respondón…)

-¿Y cómo sabe usted todo eso?
-Amigo mío, porque yo hago lo que ni sus jefes ni ustedes hacen: informarme previamente antes de comprar. Para no comprar a tontas y a locas, para hacerlo con la mejor relación calidad/precio y en aquello que realmente necesito. Siento decirle que cada vez que voy a comprar algo, sea un coche, un colchón, un mueble, un equipo de música, un libro o una medicina, sé mucho más de estos productos que los propios vendedores. Es una de las revoluciones de hoy día, una sociedad de la información donde los que sabemos algo  podemos encontrar la información precisa de casi todo. En internet, en las revistas de consumidores, en los manuales públicos de los laboratorios donde se hacen pruebas comparativas... Como es lógico, nunca me verá comprando en una tienda de los chinos porque en ellas sólo venden mierdas que duran lo que un suspiro pero, sobre todo, soy lo que se llama un consumidor responsable. Por eso mismo compro poco pero a conciencia. Soy el enemigo público número uno de los fabricantes y vendedores. Yo también diría que de los publicistas, a los que tomo por ignorantes, y a los gobiernos, que pretenden que compre y compre para que el PIB y el POB vaya para arriba como si todo consistiese en consumir y consumir. La sociedad del despilfarro, ya sabe… Hubo un tiempo en que las lavadoras, frigoríficos, televisores, coches, etc duraban más de 20 años. Hoy nos venden basura con mucho aparataje pero con fecha de caducidad a cortísimo plazo. Lo mío, simplemente, es una manera tontorrona de enfrentarme a esta forma tan abstrusa y torpe de desarrollo económico. No, no es lo que ZP o un tal ministro Sebastián llaman “economía sostenible”. Simplemente es “economía responsable”. Me cuesta mis dolores de cabeza pero me evito bastantes tomaduras de pelo y timos de la estampita. Ah, parece que ha dejado de llover… Ha sido un placer hablar con usted, señor mío. Muchas gracias y buena suerte…

(Un día de éstos volveré por allí a ver qué otra cosa pretenden venderme como si yo fuese tonto de capirote. Presiento que esta vez va a ser una lavadora…).

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