sábado, 10 de octubre de 2009

LLAMADA DE TIMOFÓNICA

RINGGGG, RINGGG!
- Sí, dígame…
- Buenas tardes. ¿Don Pedro Tuercebotas?
- No, soy Juan Sotomayor, el mayordomo de la casa. ¿Qué desea?
- Le llamo desde Timofónica para ofrecerles una promoción muy especial. Le ofertamos por 60 euros una línea ADSL de última generación que va a medio mega. ¿Podría ponerse don Pedro?
- Discúlpeme, señorita, pero antes tendría que indicarme su nombre.
- Me llamo Maruchi Caraduri, señor.
- Discúlpeme Maruchi, pero por motivos de seguridad debe indicarme el número telefónico desde el cual efectúa su llamada.
- No estoy autorizada, señor…
- Entonces se ha acabado la conversación porque no tengo la seguridad de hablar con una trabajadora de Timofónica. 
- Le garantizo, señor…
- Mire, Maruchi. Cada vez que tengo que llamar a Timofónica, yo o mi señor,  lo primero que nos piden son nuestros datos… No vamos a ser menos porque también tenemos corazoncito... Así que o se identifica o cuelgo inmediatamente.
- Está bien señor, mi número es el 8822, departamento de Ventas.
- Un momentito, si no le importa, que estoy contrastando su información con mi base de datos… Un minuto, por favor. (Tras ese tiempo, en que suena una música del estilo “A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar”…). Oiga, señorita… Mire, toda la gente de casa se encuentra ocupada en estos momentos, incluyendo a don Pedro. Le ruego espere unos minutos… (Empieza a sonar una canción revolucionaria sobre el Ché Guevara. Al cabo de un rato…). ¿Señorita?
 -Sí, señor…
- Don Pedro ya está viniendo para acá, pero antes le voy a poner el contestador automático para que marque usted el número de su casuística informativa, de acuerdo con los protocolos de esta santa casa. “Está hablando con el contestador de don Pedro Tuercebotas. Si llama para dar un sablazo, pulse uno. Si llama para dar buenas noticias, pulse dos. Si pretende vender algo, pulse tres y espere”. (La señorita ha debido pulsar el 3, seguramente…) Perdone la molestia, doña Maruchi pero al señor le acaba de dar inopinadamente un retortijón intestinal y ha salido zumbando camino de la tualéte. Mientras tanto le paso con la señora de la limpieza. Por favor, no se retire…
- (Una voz femenina toma el relevo). Sí, gracias por su paciente espera, monina. Me dice el mayordomo que está esperando al Señor. Un momento que está evacuando por otro canal. ¿Cual era el asunto de su llamada?
- Le llamo desde Timofónica para ofrecerle a don Pedro nuestra promoción "ADSL Prehistórico", en la que por un módico precio podrá navegar por internet y parte del extranjero. ¿Cree usted que estará interesado su señor?
- Maruchi, yo me llamo Bertita. Mucho gusto, monina. El señor se retrasa, así que le voy a pasar el teléfono a la señora Pachamá, cocinera de esta casa. Me he dejado el aspirador encendido y tengo que ir a pararlo. Por favor, no se retire. (Nueva canción protesta. Ahora suena aquella tan famosa de “A las barricadas, a las barricadas, por el triunfo de la Confederación…”).  Disculpe por la espera, doña Maruchi. Soy Pachama, mi chuli. ¿Qué quiere del señorito, churumbelita mía?
- Le llamo de Timofónica (la voz se nota algo nerviosa e irritada) para ofrecer a don Pedro nuestra oferta de…
- ¿Cual es su número de trabajadora de Timofónica?
- 8822 (la voz ha subido a la categoría de cabreada).
- Gracias por la información, churumbelita mía. ¿En qué puedo ayudarla mientras el señor regresa del retrete?
- (Ya completamente alterada). ¡¡Llamo de Timofónica para ofrecerle nuestra promoción "Viaje a la Prehistoria con nuestro ADSL ultramoderno” por sólo 80 euros al mes!! . ¿¿¿Cree usted que don Pedro Tuercebotas estará interesado???
- Voy a ingresar su oferta en nuestro programa de Nuevas Compras a ver si la considera oportuna.
-(Fuera de sí). ¡Ahhhhh! ¡¡Que me da algo….!!
-Oh, perdone, Maruchona mía, que don Pedro ya está aquí. Todavía se está poniendo los calzones pero no debe preocuparse….
-(Cogiendo el auricular el mocoso de la casa: 5 añitos). Sí, abuelita, ¿eres tú?
-(Decididamente endemoniada). ¡Un valium, por favoooor, un valium….! (Se oye a lo lejos, pero se oye…)
-Sí, abuelita, ¿eres tú?
-¡Pi, pi, pi…! (Han colgado).

MORALEJA. Timofónica: Quien a hierro mata, a hierro muere.

0 comentarios: