domingo, 11 de mayo de 2008

SUPERMÁN, EL PROFESOR DEL FUTURO

Ha caído en mis sátiricos dedos la revista “MUFACE” del trimestre marzo-mayo. Es una publicación oficial pagada con dinero público de las muchas se hacen en España con la sana intención de comer el coco al posible lector. En este caso, los funcionarios civiles del Estado y Estadillos. En este número la citada revista habla sobre el “nuevo profesorado”, subtitulando así: “La formación docente se adapta al Espacio Europeo”. El monográfico no tiene desperdicio. Desde las declaraciones de Ángel Gabilondo, rector de la Universidad Autónoma de Madrid, que afirma cosas tan realistas como que “el objetivo es cómo hacer de España un lugar de referencia en la educación mundial” hasta la boutade del Director del Instituto Superior de Formación del Profesorado: “Hay que hacer más sociable la escuela y más escolar la sociedad”. Como frase no está mal. Dotarla de contenido ya es otra cuestión.


Pero donde se demuestra que los cabezas de huevo (o cabezas “pensantes”) se lo han currado de lo lindo (bebiendo en la ciencia ficción) es en el perfil profesional y humano que deberán tener los futuros profesores de Infantil, Primaria, FP y Secundaria. (Pregunta al canto: ¿se han dado cuenta de que la Universidad siempre queda al margen del resto del sistema educativo y que siempre es desde los ámbitos universitarios desde donde se piensa y cataloga al resto de los profesionales de la enseñanza?)


La pedagogía tradicional ha estado siempre marcada por la escolástica y la tontería. Su alejamiento de la realidad de las aulas y de los alumnos y profesores era de aurora boreal. Luego pasó a considerarse “moderna” y se adentró por los caminos típicos de la tecnocracia, la especialización excesiva y el considerar que los educadores y educandos eran simples tornillos a los que en el diseño o modelo pedagógico se podía tratar como vulgar “aparataje”. Ahora estamos, visto que ni lo tradicional ni lo moderno funciona como es debido y que la educación cuesta un dineral mientras que los resultados no acompañan, tratando de buscar una nueva vía o alternativa, haciendo de las aulas unas sociedades pequeñitas: de ahí que todos los conflictos sociales hayan entrado ya en los colegios y que se les endilgue la responsabilidad de resolverlos. Así que dentro del currIculum actual y futuro hay que meter todos las temáticas sociales posibles, aunque sea a niños de 6 años que sólo entienden de juguetes y dibujos animados, para ver si así lo que no arreglan los políticos, los economistas, las empresas, la policía, los jueces y demás fuerzas vivas, lo resuelven los profes.


Ante el nuevo panorama se precisa un profesorado mucho más formado y preparado. Ojo, no en las asignaturas, que eso tiene escasa importancia (al fin y al cabo, los cachorros de la futura casta gobernante y mangante ya están estudiando en centros de elite situados al margen del sistema) si no en todo lo demás. Y como la pedagogía tradicional tenía cosas interesantes y la moderna, ni te cuento, hagamos un totum revolutum y miren qué maravilla de profesorado se nos ha ocurrido para el negrísimo futuro que ya tenemos aquí. (Consejo: tomen un vaso de tila o melisa en el intermedio suspensivo para sofocar el calor y el plúmbeo estilo de la mandanga pedagógica).


“Los futuros docentes deberán tener conciencia social del entorno donde el centro está ubicado; tener capacidad afectiva para relacionarse satisfactoriamente con sus alumnos en el aula, con el profesorado y otro personal, con las familias, con las instituciones sociales públicas y privadas, como ayuntamientos, centros culturales, organizaciones para el ocio, etc”. (…) “A todo ello hay que añadir otras destrezas ineludibles hoy día, a saber, un cada vez mayor dominio de idiomas extranjeros, la familiarización con las nuevas tecnologías y conocimientos específicos para responder a la creciente diversidad y multiculturalidad de las aulas”.


Ahora, inteligentes y ocasionales lectores, díganme: ¿Cuántos profesores con estas características (y otras que no hemos escrito por simple pudor y vergüenza) podrá fabricar el esclerotizado sistema universitario? Y si todas estas maravillosas cualidades se les exigirán a unos simples profesores (por las que se les pagará una birria birriosa de sueldo), ¿qué cualidades habría que exigirle a un presidente del Gobierno o a un juez de instrucción o a un policía nacional o a un simple periodista televisivo? ¿Acaso no saben estos tipos tan utópicos y tan fuera de la realidad que los países más desarrollados se están quedando sin profesores nativos por las malas condiciones laborales, sociales y profesionales? ¿Desconocen acaso que España va a seguir la senda que ya han marcado desde hace años países como los USA, Holanda, Reino Unido, Alemania y otros? ¿Por qué no ponen el listón más bajo y, en vez de Supermanes, simplemente plantean la cruda realidad: que la educación interesa muy poco, que no es atractivo impartirla y que los primeros que no cumplen con los baremos que preconizan y pretenden para los docentes futuros son ellos mismos y la Universidad encargada de dicha formación?


Menos masturbación pedagógica, ñores y ñoras, y apéguense más al terreno. Cuando los destrozos educativos cada vez son más evidentes e imparables, venir contando la historia de Alicia en el País en las Maravillas (Spain) sólo demuestra que algunos, más que en el Espacio Europeo, están vagando simplemente por el Espacio Interestelar. Por Marte o Neptuno, más o menos…


== VIDEOTECA ==

“EL MAESTRO – PATXI ANDION”. DE FONDO, LAS BELLAS IMÁGENES ILUSTRATIVAS DE LA PELÍCULA “LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS”.

EDUCACIÓN EN VALORES - RETAZOS CINEMATOGRÁFICOS

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