domingo, 25 de mayo de 2008

EUROVISIÓN: CADA VEZ MÁS IDIOTAS

Ha tenido el Puñetas el valor casi sobrehumano de visionar todas las canciones ganadoras del Festival de Eurovisión. (He acabado hecho unos zorros, claro). Un Festival de capa caída al que acuden muchas televisiones públicas no se sabe si para enterrarlo definitivamente o para cachondearse del público. (La RAI italiana al menos tiene la decencia de no acudir). Una de las cosas que se observan tras el visionado es que la calidad musical es inversamente proporcional a cada año que pasa. Parece que el personal se está volviendo más tonto conforme avanza el calendario.


Esta tesis aparece contemplada en una reciente película satírica. Un tipo idiota se somete a un experimento de hibernación. Cuando llega el 2025 es despertado y comprueba que en esos momentos él es el tipo más brillante del planeta Tierra. La fabulilla bien pudiera hacerse pronta realidad vista nuestra evolución como bichejos humanos y como naciones pueblerinas: terminaremos siendo completamente imbéciles, si es que ya no lo somos en bastante medida.


Ya digo, en el Festival de Eurovisión se da perfectamente –salvo honrosísimas excepciones- la tesis de la citada película, llamada “Idiocracia”. El ejemplo de esa estupidez musical y mediática que ha representado el “Chiqui-chiqui” de un tal Chiquilicuatre y de la televisión privada más hortera –la Sexta- nos ilustra que en algunas cosas ya estamos en el 2025. Desaprovechar la oportunidad que ofrece Eurovisión para dar a conocer a un cantante o a la música habitual que se hace en el país y convertirla en un infame cubículo del mal gusto y la gilipollez sólo se le puede ocurrir a TVE y, secundariamente, al público que participó con su voto en el invento. Pensar que la televisión pública, que vive gracias a la pasta gansa que nos chupa de los impuestos, la derrocha en la imbecilidad del “Gili-gili” debería abrir las carnes de más de un sufrido contribuyente. Sin embargo ha ocurrido todo lo contrario. La elección ha debido ser todo un acierto para la cadena pública y la cadena hortera si consideramos los enormes ingresos económicos obtenidos gracias a las descargas de politonos y jueguecitos subnormaloides para los móviles. Un precio demasiado barato, no obstante, para el daño neuronal que ha producido en el resto de los mortales la sandez chilicuatrera. (La de veces que nos hemos encontrado en nuestra navegación internetera, sin buscarlo ni quererlo, con el careto del cretináceo invento de la Sexta y la TVE).


El saqueo al buen gusto musical acabará pasando factura, incluyendo al actor (o lo que sea) que ha puesto su imagen a tal estupidez. Hasta la ONCE y el Instituto Cervantes se han permitido el “lujo” de usar al personaje para vender o promocionarse, lo cual dice mucho del nivel intelectual de los rectores de ambas instituciones. ¡No todo vale en los negocios, ñores y ñoras! Sé que corremos el riesgo con esta opinión tan radical y exagerada de ponernos en el punto de mira de miles y miles de fanáticos o seguidores del geniecillo que ni canta, ni hace humor, ni baila ni ná de ná. Simplemente está ahí gracias al ingenio de unos pocos mercaderes a los que la bolsa se les va a llenar de euros gracias a los ingenuos que aplauden cualquier rareza que produce la industria del idiotismo mediático.


"Los gustos de los ciudadanos están condicionados por lo que ven, escuchan y leen y los medios públicos pueden ser más experimentales e innovadores y favorecer el crecimiento intelectual de los espectadores" –sostiene Roman Gubern, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona. A lo que añadiríamos desde aquí que lo mejor sería cerrarlos: para ofrecer mierda ya tenemos habitualmente a los privados. El gran problema es que somos un país que milita en la tercera división educativa. Con esos mimbres las masas de púberes, de adultos rejuvenecidos y de marujonas y marujones no tienen el paladar preparado para poder disfrutar de bocados más exquisitos. No es que propugnemos una cultura elitista o de altos vuelos, no, pero tampoco podemos aplaudir con las orejas que los mercaderes y negociantes del entretenimiento nos ofrezcan esta basura vestida de politonos, guitarritas falsas, poses majaderas y risas enlatadas. A perrear al siglo 2025, capullitos de alhelí. Salvo que uno ande despistado y no se haya dado cuenta que el futuro idiotizado ya está aquí. Nos tendrán en contra hasta que nos volvamos como ellos. Si es que ya no lo estamos...

== VIDEOTECA ==

Hay ocasiones en que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. Es lo que le ocurre al Festival de Eurovisión.

1967: RAPHAEL - "HABLEMOS DEL AMOR"



1988: CELINE DION - "NE PARTEZ PAS SANS MOI"




AUNQUE EL MEJOR FESTIVAL HA SIDO Y SERÁ EL "CHORRAVISIÓN" DE MARTES Y TRECE.

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