miércoles, 12 de marzo de 2008

UNA LEY ELECTORAL TRAMPOSA

Es lo menos que se me ocurre decir de la ley electoral que regula nuestros comicios generales y autonómicos. Una ley que tergiversa el principio de “un ciudadano, un voto”, jugando con las circunscripciones provinciales –como si las elecciones fuesen a ese territorio- y con la famosa Ley Don’t, que reparte los escaños de una manera bastante arbitraria. Votar a determinados partidos en diversas provincias equivale en la práctica a no votar: ni decide ni contabiliza nada. Una trampa en toda regla a la que ahora parece que, por fin, algunos de Izquierda Unida (habitualmente el partido más perjudicado) quieren meter mano. No servirá de nada porque los partidos siempre beneficiarios –los dos grandes y los nacionalistas- no quieren perder ese momio.

Veamos algunos datos curiosos de las elecciones del otro día:


  • UPD, con el mismo número de votos que PNV, saca 5 diputados menos.
  • PSOE saca 38.361 votos más que en las anteriores elecciones y obtiene 5 escaños más mientras que PP saca 406.829 votos más y obtiene también el mismo número de escaños.
  • CIU pierde 61.000 votos más que en las elecciones anteriores pero gana un diputado.
  • Esquerra saca 7.000 votos menos que UPD y PNV, pese a lo cual consigue 2 diputados más que UPD y 3 menos que el PNV.
  • Coalición Andalucista obtiene 6.000 votos más que NA-BAI,pero a diferencia de ésta, no obtiene escaño.

Son sólo algunos ejemplos que mueven a risa o a escándalo (elijan), pero que en todo caso indican lo tramposa que es la ley electoral actual. Como bien ha dicho Llamazares, cada escaño de los dos conseguidos por IU ha costado 500.000 votos. Mientras al PSOE cada escaño le ha sido adjudicado con 65.470 votos, al PNV le ha sido adjudicado sólo por 50.541 votos. A UPD el escaño obtenido le ha valido 303.535 votos mientras que a Nafarroa-Bai el mismo escaño lo ha conseguido sólo con 62.073 escaños. Por el contrario, los 68.344 votos de Coalición Andalucista no permiten adjudicarle nada de nada. Sobran explicaciones para cualquier persona con sentido común y dos dedos de frente, esos que les falta a tanto tramposo al que se le llena la boca pidiendo al pueblo que vote, vote y vote aunque según el cortijo donde viva su voto tendrá una valía diferente y, en muchísimos casos, no servirá para nada a efectos prácticos. (Si la circunscripción fuese única, es decir, toda España, cada voto valdría igual y todos tendrían su importancia en el cómputo total).


Hagamos ahora una sencilla prueba: dividamos el número de votos emitidos (25.514.671 –no incluyo los de correo al no disponer de ellos a la fecha) entre los 350 escaños del Congreso. Cada escaño equivaldría, en un plano de igualdad, a 72.899 votos. Según los votos totales que han recibido los partidos saldrían los siguientes resultados:


  • PSOE: 152 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica 169 escaños)
  • PP: 140 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica 153 escaños)
  • CIU: 11 escaños (ha obtenido 11 escaños)
  • PNV: 4 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica 6 escaños)
  • Esquerra: 4 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica 3 escaños)
  • IU: 13 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica 2 escaños)
  • BNG: 3 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica2 escaños)
  • CC: 2 escaños (ha obtenido 2 escaños)
  • UPD: 4 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica 1 escaño)
  • NA-BAI: 0 escaños (la tramposa ley electoral le adjudica 1 escaño)
  • CA: 0 escaños ( ha obtenido 0 escaños)

Vemos, pues, que la tramposa ley electoral (permítanme hoy repetirme más que la morcilla con esta cantinela, pero a ver si se dan cuenta que no somos idiotas) prima en exceso a los dos partidos que obtienen más votos. De igual modo lo hace con quienes ganan presentándose en un feudo exclusivamente autonómico, como les ocurre a la mayor parte de los partidos nacionalistas. Los partidos que se presentan a nivel nacional y que copan el tercer y cuarto puesto en número de votos son castigados despiadadamente, adjudicándoseles un número de escaños absolutamente ridículo. Aquí entra el mal llamado voto “útil”. En realidad deberían decir, “voto inútil”.


Por cierto, del total del censo (35.067.281), no han acudido a las urnas 9.552.610. ¿Tantísima gente pasa de la democracia, estaba enferma o en la playa? Muchísimos de ellos se acercarían a las urnas si su voto no fuese, a efectos prácticos, “inútil”. Claro que a los utilitarios partidos “democráticos” a los que les va divinamente esta tramposa ley electoral les importa bien poco. Al fin y al cabo lo suyo es gobernar con una “inmensa minoría”. El 31 % del censo votante se ha inclinado por el PSOE. Un tercio de la ciudadanía gobernará sobre los dos tercios. Todo, como se ve, profundamente democrático. Y tramposo…

0 comentarios: