domingo, 13 de enero de 2008

EL SOLITARIO MÁS FAMOSO


A Jaime Giménez Arbe no lo conoce ni dios. Pero si decimos que es el famoso delincuente llamado “El Solitario”, algunos ya sabrán de qué pajarraco hablamos. Y es que la frontera entre el anonimato y la fama sólo depende de que algunos destripaterrones de las televisiones se encarguen de publicitar las hazañas y el careto del tipo al que quieren subir a los altares. A menudo la gentuza seleccionada no pasa de ser simples putillas de barrio, maricas de pluma o famosillos de medio pelo. El personal se divierte con sus historietas (contadas con pelos y señales pubianos por los “periodistos” del corazón y la bragueta) y se va a la cama con la tranquilidad de que su rutinaria vida tampoco está mal, comparada con la de esas pelanduscas de teta siliconada y culo movedizo o de esos zorros de pene tieso y mente blanda.

Pero cuando de lo que se trata es de darnos la matraca con las historias de vulgares delincuentes y asesinos, la cosa cambia. El ejemplo paradigmático es el del ya famosete “Solitario”, un chorizo que se dedicaba a atracar bancos, travestido con barba y abrigo. Cada hazaña que realizaba era ensalzada por algunas televisiones para que el personal de a pie empezásemos a tenerle simpatía: qué tío más listo, quién estará detrás, cuando lo pillarán, etc. Este verano, en Portugal, la policía por fin le puso las manos encima y desde entonces todavía se ha hecho más famoso. Tanto que hay un libro circulando por ahí, le han realizado algunas entrevistas y pronto se anuncia una miniserie televisiva para relatarnos la historia de sus hazañas y su detención: “Soy el solitario”. La telemierda encargada de mostrarnos semejante engendro será Antena 3, especializada en estas cuestiones. Curiosamente, la cadena que más informó sobre el chorizo cuando todavía no lo habían embutido en una cárcel portuguesa. Tras fabricar el mito, ahora se trata de sacarle los réditos crematísticos y seguir amamantando a la criatura como filón. Todo muy edificante.


El conocido atracabancos ya sabía que su fama se había extendido por el suelo hispano. Por eso, nada más ser detenido, montó el espectáculo consiguiente, recogido fielmente por las telecacas de todos los colores: "Hola a todos, soy el solitario, salud españoles". Como si fuese un artistazo, oiga. Una vez en chirona lo primero que hizo fue quitarse de encima los muertos que le achacaban: dos guardias civiles a los que mató a quemarropa y cuyo fusil delator ya ha sido encontrado. A continuación se vistió de Curro Jiménez para justificar sus atracos. Incluso llegó a considerarse un revolucionario. Al ser trasladado a una cárcel de máxima seguridad (cuando fue detenido llevaba encima un subfusil y dos armas cortas) pidió ser enviado a España pues (idiota no es el hombre) sabe que en nuestro país la vida de las prisiones es bastante placentera y, con su famita de hombre de bien, hasta podría agenciarse cada fin de semana un buen plato de langostinos y una damisela para abanicarse el organillo.


Está como un cencerro. Ese argumento tan original fue el primero que lanzó su abogado español. Tortas hubo entre los letrados más despendolados de este país (que son muchos) para hacerse famosos defendiendo al más famoso de los solitarios. Así que lo mismo los jueces se lo creen y dentro de unos cuantos meses lo tenemos de nuevo en la puta calle haciendo tournée por las distintas telecacas para restregarnos sus hazañas. No sería la primera vez: en algunos tele-programuchos del corazón y el semen hay personajillos que saben lo que es ver pasar las horas desde una celda. Alguno, como el Dioni, hasta se ha hecho fijo y encima se permite el lujo de seguir robando de vez en cuando, según cuentan las crónicas.


Total, que pronto nos meterán al Solitario en nuestros hogares. ¡Benditas sean las mentes pensantes y psicopatógenas de Antena 3! Ser un ciudadano honrado, trabajador, respetuoso con la ley y otras zarandajas por el estilo no resulta atractivo para los mass media ni para nadie. Hay que joderse a qué nivel tan estropajoso hemos caído.


== VIDEOTECA ==

NO INFORMAN, SEDUCEN. Así hablaban las televisiones de El Solitario. Aquí un ejemplo muy peliculero realizado por el programa “Cuarto Milenio” de la Cuatro. Da la sensación de que admiran al chorizo y desean que el espectador haga lo mismo. Una auténtica desvergüenza.

JOAQUÍN SABINA: "Eclipse de mar".

2 comentarios:

Jc dijo...

Antes se llamaba a la tele la "caja tonta". Pero últimamente ha superado, con creces, tal calificativo. ¿Podríamos denominarla el "estúpido estercolero"?

Es sólo una sugerencia.

Juan Puñetas dijo...

Ya sabes que yo las llamo siempre telecacas o telemierdas. O sea que todas juntas -aunque unas más que otras- forman un estúpido y carísimo estercolero.

Por cierto, que ya mismo se les ocurrirá a alguno de nuestros futuros gobernantes salerosos ponernos un canon para sufragar las telecaquiles públicas, estatales, autonómicas y locales.

Me lo ha dicho una gitana de esas que dan la buenaventura a las puertas de la Alhambra y yo, qué quieres que te diga, me fío más de sus predicciones que de las que hace el ministro Solbes con sus cuentas de la economía.