domingo, 16 de diciembre de 2007

DE SERRAT A BARDEM, DE LA COHERENCIA A LA FANTASMADA


Tengo al actor Javier Bardem por un tipo inteligente (mucho más que su madre), al que habiéndosele quedado pequeño su país a nivel profesional, tiene que buscarse los garbanzos –millonarios, eso sí- fuera de nuestras fronteras pues su nivel y caché interpretativo se nos ha quedado pequeño. Lo cual demuestra la escasa calidad de la industria cinematográfica española. En Spain (y no sólo en el cine), en cuanto destacas un poco tienes que largarte fuera si quieres seguir haciendo carrera de la buena. Todavía tenemos esa asignatura pendiente.


Estos días atrás leía en “Público” que don Javi, de gira por la Cuba de Fidel Castro (y escribo bien, porque Cuba es propiedad personal del sátrapa), había manifestado que “si las cosas marcharan como debieran en este mundo, habría que juzgar a Bush, Blair y Aznar por sus crímenes de guerra". No entraré en la cuestión de fondo pues cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera, aunque luego debería ser reo de sus paridas y cagadas. Sí me llama la atención que el listado sólo contenga tres presidentes de gobiernos democráticos, elegidos acertada o equivocadamente por cierta mayoría de ciudadanos, mientras que no cita a otros que ni siquiera pasan por el dictamen de las urnas o que someten a sus pueblos a las más desvergonzadas miserias. Hoy mismo anda de visita por España el amiguito Gadafi, al que ya se le debería haber juzgado varios cientos de veces. Pero, sin salir de Cuba ni Latinoamérica, don Javierito tenía la oportunidad de añadir algunos gobernantes más a su escasísima lista. Por otro lado, su fijación casi enfermiza con la guerra de Irak, como si en el mundo no hubiese más situaciones de guerra y miseria que allí, nos lleva a pensar que su conciencia es demasiado selectiva en el tema. Yo diría que casi monotemática.


En consecuencia, parece que el amigo es bastante parcialote en sus críticas o, cuando menos, bastante sectario. Quizás prefiera la democracia de Fidel a la española o británica, vete tú a saber. En todo caso, nos deja en la duda. Pero comprendiendo al personaje (todos somos presos de nuestras ideas, aunque unos más que otros), lo que ya me parece severamente criticable es que se vaya a Cuba a decir lo que ha dicho. Eso, queridísimo Bardem, donde hay que decirlo es en Inglaterra o en los mismísimos USA. Allí, delante de las cámaras, los bolígrafos y micros de los periodistas y las teuves. Con dos bemoles, aunque parece que esos sólo se tienen en los rodajes de la ficción peliculera.


Me viene a la mente la historia de Joan Manuel Serrat, que habiendo sido elegido para representar a España en el Festival de Eurovisión con la canción “La, la, la” (nos remontamos a 1968, en plena dictadura franquista), le dio la ventolera y dijo que o cantaba en catalán o no lo hacía. Y, naturalmente…, no sólo no pudo cantar si no que –como ya presentía don Joan- tuvo que coger la maleta y exiliarse del país. Estuviésemos de acuerdo o no con Serrat –que podía haber dicho desde un principio que no quería cantar en español y no lo hubieran seleccionado-, lo cierto es que fue consecuente con lo que pensaba en ese momento, le echó bemoles al asunto y desgraciadamente pagó las consecuencias pues don Franquito era un estilo a don Fidel, pero con la voz más aflautada y menos bocazas. Pero matar, mataba que era un primor. No se llevaba muy mal el muy caudillo con el muy comandantito Castro.


A diferencia de Serrat (todo un señor, en lo personal y en la coherencia), don Javierito Bardem con su destemplada crítica en la Cuba fidelizada, lo único que ha hecho ha sido –por omisión- enaltecer al sátiro de su gobernante y de la casposa clase dirigente que le arropa hasta que estire la pata un día de éstos. (Otra semejanza con Franquito). Javi no tiene ni el señorío ni los huevines de Serrat para (en una situación muchísimo menos beligerante) decir en Inglaterra o Estados Unidos lo que ha dicho en Cuba. En España, donde campa por sus respetos el coño de la Bernarda, algunos hasta le dirían qué huevos tienes. Pues sí, los tiene… pero en las películas. ¡Menudo fantasma!


== VIDEOTECA ==

EL LA, LA, LA DE SERRAT QUE NO QUISO CANTAR

SERRAT EN ARGENTINA TRAS LA DICTADURA MILITAR

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