martes, 12 de diciembre de 2006

SE REPITEN MÁS QUE EL AJO


No contentos con repetir hasta la náusea y la saciedad los refritos del año La Pera, pero actualizados con las últimas tecnologías, ya se dedican con total descaro a imitarse a sí mismos. Hay que estrujar a los Beatles hasta sacar el último céntimo de euro y dólar, así que ahora se inventan un CD en el que han lavado la cara a la música del famoso cuarteto, remasterizándola y poniéndola bonita, para revendérnosla como si fuera el no va más de lo moderno. A hacer caja con la misma historia de hace 40 años, pero sin emplear ninguna neurona nueva.


Siguiendo en el terreno de la música, las viejas glorias del firmamento cantaril llevan varios años regresando desde las catacumbas al moderno siglo XXI, no se sabe bien si por nostalgia de los aplausos y la fama, si porque ya se han quedado sin los ahorrillos ganados a fuerza de gorgoritos o porque para la música que hoy se hace, lo suyo (aunque tenga treinta años de solera y diez trienios) sigue siendo chachi piruli. Así que regresan todos los músicos y trovadores de nuestra niñez y aunque no pueden con las arrugas, el retoque fotográfico y el maquillaje obran milagros, mientras que nosotros, los parias sin voz ni canto, no podemos ni con nuestra alma o almeja. Pero la cosa es más grave, porque no sólo vuelven los que se fueron sino que los que están se resisten a irse, con lo cual el patio anda que no cabe un alfiler. Y como ya quedan pocas ideas, porque el pozo se secó de tanto sacar cubos de inspiración, el único recurso disponible es hacer antologías, revisiones orquestales, dúos o tríos con otros prójimos, ediciones especiales y así ir tirando hasta que llegue el día de la jubilación forzosa. De modo que no sólo vuelven a editarse los discos de los Beatles, mil veces reeditados, sino que todos los músicos que uno escuchaba en sus años mozos andan con su CD al hombro. Darse una vuelta por las casas de discos es como regresar uno a la mocedad. ¡Qué horror!

Porque esto es como volver a ver treinta años después a aquella chica rubita y picarona que nos alegró las pajarillas cuando éramos unos renacuajos y calzábamos pantalones cortos, la cual se habrá cuidado mucho pero –claro- ya ni tiene la misma sonrisa ni sus caderas se cimbrean al ritmo del chachachá. Mejor es dejar las cosas como están, creo yo, pero como faltan ideas y ganas, pues se pasa la música del vinilo a la cosa digital y a ver si nos sacamos unas perras gordas… Ya sólo falta que Antonio Machín o la Lola Flores se levanten de sus tumbas y salgan en Operación Triunfo pidiendo una oportunidad. Joé, si todavía anda por ahí el Dúo Dinámico cantando eso de “Quince años tiene mi amor”. ¿Quince? ¡Será cincuenta y cinco!

Pero lo que peor llevo es lo del cine. Remakes, refritos, adaptaciones… El caso es volver a colarnos lo que hace tiempo ya hemos olvidado, pero con un toquecito de modernidad y colorín que lo único que hace es estropear tan bellos recuerdos. No sólo es que el mítico James Bond ahora vaya de rubio mamporrero, casi en plan adolescente, como si de nuevo empezase la saga. Es que hasta el Silvestre Stallone, que ya calza más años que Matusalem, vuelve a las pantallas con Rocky… ¡¡VI!! Treinta años después de que se estrenara la primera película, vuelve el famoso boxeador a repetir por sexta vez la misma insípida historia. De seguir así las cosas, con tantas reposiciones y tanta gaita, cuando uno tenga viruelas (ya saben el dicho, a la vejez, viruelas) es probable que andemos por Rocky 14, Supermán 13, Alien 8, Rambo 11, James Bond 50 y la enésima reedición de las Obras Completas de Joaquín Sabina.

Señor, señor, cuanta falta de imaginación y de creatividad. Cuantas ganas de estrujar la teta de la vaca, cuando todavía la inspiración acompañaba un poquito. Y no crean que sólo es patología de la música o el cine. En el teatro vuelve Jesucristo Superstar, Cabaret, el Fantasma de la Opera, Hair y la Madre que los Parió. En libros, no digamos. Y en las telecacas, videojuegos y otras fanfarrias es que no paramos de darle a la manivela del revival. ¡Hasta en la política se sigue hablando de Pinochet, Castro, Rafael Vera y la momia de Tutankamon! De verdad que dan ganas de volver a nacer de nuevo. En vista de lo cual rescato un chistecillo que publiqué hace años en mi primera bitácora, a ver si cobro los derechos de autor nuevamente y saco unas pelas extras para la Navidad. Ustedes perdonen pero la vida es que es muy dura…

-Joder, hay que ver como es esta juventud, mire a ése, ¿podría usted decirme si es un tío o una tía?
- Pues es una chica.
- ¿Y usted como lo sabe?
- Porque es mi hija.
- Uy, ¡perdón! ¡No sabía que usted fuese su padre!
- Soy su madre.

2 comentarios:

Jc dijo...

Es un síntoma más de los tiempos que corren. En épocas de "Operación Triunfo", "Gran Hermano" y todos esos inventos para hacerse famoso y millonario sin estrujarse el cerebro ni dar palo al agua, es perfectamente normal que en las "artes" ocurra exactamente lo mismo.

Habría que oir a Leonardo o a Miguel Ángel si pudieran volver.

Anónimo dijo...

Yo no sé si es falta total de creatividad. O vagancia (es más descansao repetir que crear o inventar). O que sólo les interesa el dinero y cuanto más fácil y antes lo consigan, mejor... El caso es que la mediocridad en las artes (no así en las ciencias) es general y sólo así se comprende que -para los de mi generación- parece que no haya pasado el tiempo en según qué temas (música, algo de cine, teatro...). Lo de los años de vacas flacas y vacas gordas debe ser verdad. A ver cuando regresan las de buen ver...